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Germán H. Camou: un hombre de bien…. un ciudadano ejemplar

[5 de marzo de 2011]

Por Héctor José Iaconis.

* Socio fundador y presidente del Club Libertad.

* Concejal municipal en 1942, e intendente ente 1945 y 1947, fue una excelente hombre público, que se caracterizó por su honestidad y gestión progresista.

* Presidente de  la Cámara de Comercio de 9 de Julio en 1945, colaboró en varias instituciones, culturales y sociales de la comunidad.

* En 1952 se desempeñó en la presidencia de la Usina Eléctrica “Mariano Moreno” (hoy CEyS), entidad que lo contó como a uno de los más decididos impulsores.

* Por su relevante  trayectoria como dirigente en 9 de Julio se había constituido un hombre de consulta.

* En el recuerdo permanente a su memoria el Club Libertad, le impuso su nombre a   la Biblioteca  Popular.

Han transcurrido cuarenta y cinco años de su muerte; precisamente, el sábado 5 de marzo de 1966, dejaba de existir este hombre que, había concretado plenamente su vida, prodigándose  a través de las instituciones sociales, deportivas y políticas de la comunidad; que abrazó los más nobles ideales y los transmitió como un legado a la sociedad nuevejuliense. Germán Heriberto Camou fue, ante todo, un hombre de bien y hoy, a más de cuatro décadas de  su fallecimiento, su recuerdo sigue inalterable con el paso de los años.

Nacido en 9 de Julio en 1906, fue descendiente de familias de vascos franceses afincadas en la zona de French para realizar tareas agropecuarias. Era hijo de José F. Camou y de María Mouremble,  un hogar formado, además, por otros cinco hermanos Juan B., Sofía (más tarde, esposa de Negeli), Pedro E., J., Leopoldo y Ursula Eloisa (con el tiempo esposa de José  Lagomarsino).

Su padre había fundado un establecimiento agropecuario, en la zona de French, por lo cual, en un principio tuvo contacto con esta actividad; pero, enseguida, se vinculó a las actividades comerciales de la ciudad. En distintos períodos había desempeñado funciones laborales en la sucursal 9 de Julio del Banco Español del Río de la Plata Ltdo.; años más tarde, formó parte de la firma comercial “Spina, Camou y Quatorce”, dedicada a la fabricación de carruajes, carrocerías para automotores, aparatos girasoleros, reparación de maquinaria agrícola; poseyendo asimismo la representación de Siam y La Cantábrica.

Sin dudas, la actividad en la que más se le recuerda a Germán Camun, fue como representante, en esta ciudad, de la Compañía de Transporte “Expreso Villalonga”, una prestigiosa empresa que tenía su casa matriz en Buenos Aires, en la esquina de Rivadavia y Perú. Fundada por José Aguedo Villalonga, quien fuera administrador del Ferrocarril Trasandino y del Oeste, había introducido al país, importada desde Inglaterra, un modelo de chatitas que se utilizaban mucho en el campo, llamadas  «la Villalonga», y que tantas veces recorrieron las calles de 9 de Julio con servicios de encomiendas.

Camou poseía la oficina de representación del Expreso Villalonga en la avenida Vedia entre Sarmiento y Avellaneda.

EN LAS INSTITUCIONES

Siendo muy joven demostró su interés por la vida institucional de la comunidad. El 26 de diciembre de 1923, fue uno los socios fundadores del  Foot Ball Club Libertad. Primero formó parte de la primera comisión directiva de la entidad y, posteriormente, ocupó la presidencia del club, considerándose como uno de los dirigentes más activos y progresitas de su tiempo.

En su juventud, asimismo, integró el Cuadro Filodramático del Club Libertad.

Por otra parte, hacia 1938, se hallaba incorporado al Círculo Tradicional “Los 25”, la primera institución nuevejuliense, orgánicamente formada, en revalorizar las cuestiones relacionadas con la tradición.

En otros órdenes, en la etapa fundacional del  9 de Julio Automóvil Club, en 1938, se desempeñó como de Revisor de Cuentas Titular y, en 1945, ocupaba la presidencia de la Cámara de Comercio y Bienes Raices de 9 de Julio.

En julio de 1946, fue uno de los entusiastas impulsores de la creación de la Asociación de Bomberos Voluntarios de la ciudad y brindó todo su apoyo en su carácter de Comisionado Municipal.

Varios años más tarde,  en julio de 1961, al crearse la Comisión  de Amigos de 9 de Julio, fue designado  presidente de la misma.

EN LA COOPERATIVA ELECTRICA

Germán Camou integró la pléyade de hombres que bregó por un mejor servicio eléctrico en 9 de Julio. Durante varios períodos actuó en el Directorio de la Usina Eléctrica Popular S.A (hoy Cooperativa Eléctrica y de Servicios “Mariano Moreno”) ocupando la presidencia en 1952.

El recordado vecino Julio Fausto Emilio Naudín se refería, en cierta ocasión, a la figura de Germán Camou vinculada a la Usina: “desde el primer momento de su actuación, abrazó con todo fervor, nobleza y eficacia el ideal que encarnaba y representaba la Usina, el que ha sido y no es otro más que el de servir en la mejor forma posible a la comunidad, desarrollando todos los medios adecuados a su alcance para todo cuanto tuviera lugar a su progreso”.

Tal como lo afirmaba Naudín, «desde los distintos puestos de lucha, con una conducta invariable, Germán Camou, supo actuar con la suficiente inteligencia a través de las distintas etapas que le tocó vivir, ya sea al frente de la institución o como un miembro más de la misma, de modo tal que fue siempre un digno representante, que antepuso el ideal de la misma a todo otro interés particular o de sector».

“Lo vimos –decía Naudín- leal a su causa, sin dobleces, de carácter recio e indomable, persuasivo y convincente, conforme fue necesario para defender a la Usina. Dejó de lado su conveniencia personalesy hasta sus ideas políticas en honor a esta obra; porque sabía, y lo traducían en su accionar, que la entidad de bien público requería esa conducta, esos pronunciamientos”.

EN LA POLITICA LUGAREÑA

En 1942, se constituyó la Unión de Defensa Vecinal con el fin de participar en las elecciones de ese año, en la renovación del Concejo Deliberante. Liderada por Angel Maldonado, se encolumnaron detrás de esta fuerza política, como candidatos a concejales, los defensores de la Usina Eléctrica, entre otros, Manuel Viegas, Emilio Naudín, José Lagomarsino, Esteban Murillo y Germán H.  Camou.

Eran, aquellos, tiempos muy difíciles para la Usina Eléctrica Popular, en su lucha contra el monopolio eléctrico. Aún la institución se encontraba en formación y no contaba con un adhesión absoluta y explícita por parte del Municipio, por lo cual, se hacía necesario llevar a ese estrato a hombres que tuvieran arraigados los ideales de la defensa de los intereses de la comunidad.

Don Germán Camou resultó electo concejal, destacándose en su labor legislativa con proyectos interesantes para la comunidad de 9 de Julio.

El 15 de noviembre de 1945, asumió la conducción de la Comuna en carácter de Comisionado Municipal, hasta el 7 de septiembre de 1947.

En el acto de asunción como jefe comunal de 9 de Julio manifestó su principal objetivo de gobierno: “Si no pudiera dar fin al problema eléctrico, daré pronta cuenta de lo que ocurra para que sean juzgados los hechos a través de la verdad y justicia”. En otra parte de la alocución y como parte de su gestión, recordó la importancia del  servicio al pueblo, comprometiéndose a trabajar en la obra caminera, la ayuda a las clases humildes, a dar cuenta de las inversiones, al fomento de la cultural y a la preocupación por las localidades.

Su labor en el Municipio mereció calurosos elogios en lo referente al problema eléctrico local por facilitar con la mayor rapidez numerosas gestiones del organismo popular y tomó firme determinación frente al pretendido aumento de la tarifas para el suministro de energía eléctrica, lo que había originado resistencia al pago por parte de los usuarios poco tiempo antes de que dicho funcionario llegara al poder.

Don Emilio Naudín, quien se había desempeñado como secretario Municipal de Camou, subrayaba algunos matices de esta gestión, sobre todo en favor de los interes comunitarios, frente al denominado «problema eléctrico»: «no le fue difícil, desde la función de concejal o como comisionado municipal seguir en su derrotero insobornable, sin doblegarse a intereses que no fueran los de la comunidad; como concejal luchó solo y, contra lo que parecía imposible, gracias a su perseverancia, se obtuvo la compra del terreno municipal donde hoy se encuentra la Cooperativa eléctrica».

«Siendo comisionado municipal expidió los instrumentos necesarios de otorgamiento de concesión definitiva por la que durante muchísimos años luchara la Cooperativa, haciendo posible la licitación de las obras, tantas veces demoradas, todos ellos pasos trascendentes, gracias a los cuales se puso en movimiento la fase inicial de la puesta en marcha de la Usina», afirmaba Naudín.

Su gestión municipal tuvo otras facetas muy progresistas, marcadas por una mirada puesta en la sociedad y en las necesidades de las clases más humildes.

SU FAMILIA

Germán Camou había contraído matrimonio el 5 de noviembre de 1938, con Catalina Elena Morey, en una ceremonia religiosa celebrada en la entonces Parroquia de 9 de Julio (hoy Catedral), presidida por el cura párroco Domingo Güida y apadrinada por su suegro, Sebastián Morey y por su madre, María Mouremble. De esa unión, nacieron dos hijos, Heriberto José Camou (ya fallecido) y María Inés Camou de Diaz, docente de esta ciudad.

PALABRAS FINALES

Germán Heriberto Camou falleció inesperadamente el 5 de marzo de 1966. Sus restos mortales  fueron sepultados en el cementerio de 9 de julio, en el mausoleo de la familia Mouremble,  donde aún descansan.

Don Jesús Abel Blanco había conocido de cerca a Germán Camou, no solamente en la Cooperativa Eléctrica sino también como comisionado, cargo en el cual lo acompañó como secretario adjunto. Blanco supo definir a Camou como «un hombre digno, un ciudadano probo, un esposo y padre ejemplar, un gran compañero y mejor amigo, que siempre estaba escuchando y respetando»

Para Blanco, «como vecino, Germán Camou, inquieto y progresista, estuvo al servicio de las instituciones estrechamente ligadas al quehacer fecundo de la comunidad; no pocas y algunas de gran trascendencia y proyección, llevan el sello inconfundible de su nombre junto al de otros vecinos con lo que compartió horas de lucha y de sacrificios en aras del bien común».

«Su espíritu de trabajo –afirmaba Blanco-, su gran vocación por el bien del vecindario y total comprensión de las inquietudes y acciones concurrentes al progreso lugareño. Su nombre se proyecta y si integra en todo cuanto sea pródigo para los intereses vecinales; su laboriosidad, su sencillez, su capacidad realizadora con su espíritu de sacrificio y profundamente generoso, sus condiciones de vecino cabal en el más amplio sentido de la palabra, constituyen un gran ejemplo».

Cierta vez, en un  antiguo epitafio se leía un pensamiento axiomático que bien puede ser citado para el caso de la biografía de Germán Heriberto Camou: «Vivir se debe la vida, de tal suerte que viva quede en la muerte».

En  efecto, su paso por la vida dejó una huella importante en su comunidad. Una biblioteca popular lleva su nombre, como un homenaje a quien supo tener en cuenta las distintas dimensiones de la sociedad, constituyéndose en un colaborador en las manifestaciones sociales, institucionales, culturales, económicas y deportivas.

El  devenir de los años no ha borrado aquella huella, que permanece para que otros la observen y la sigan; para que la enriquezcan y la nutran según los tiempos modernos y las necesidades de hoy.

Después de cuarenta y cinco años de su fallecimiento, Germán Camou, sigue siendo un ejemplo para las generaciones actuales.

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