Un paisaje con patos, gansos y gallaretas que disfrutan chapoteando en estos espejos de agua se encuentran a la vera norte de la Ruta 5, entre los Km 290 y 310. Lo triste es saber que estos bañados de aguas cristalinas son alimentados por desidia y falta de mantenimiento de un acueducto que conduce miles de litros de agua potable bombeados en 9 de Julio con destino a Carlos Casares y Pehuajó.
Muchos habitantes y destinatarios, están padeciendo escasez de este vital elemento, o lo reciben a cuenta gotas. Se desperdicia agua potable en estos predios que hoy contrastan particularmente por sobre los potreros más alomados y polvorientos debido a las pocas lluvias de los últimos tiempos.
Varios establecimientos ubicados a la orilla de esta ruta, reclaman por atención a estas más de 20 pérdidas desde hace tiempo, porque ven afectadas un gran número de hectáreas por anegamiento de sus campos, sin que hasta ahora alguien se digne llevar a cabo las reparaciones correspondientes.