Cada 10 de mayo Nápoles se llena de emoción, como si el tiempo no hubiera pasado, o estuviera a apenas un puñado de almanaques del día que de la mano de un fantástico Diego Armando Maradona el equipo de la casa cambió su historia y la del propio Calcio.
Fue exactamente hace 29 años cuando un gol de Andrea Carnevale selló el empate de 1-1 del Nápoli con la Fiorentina y significó el primer Scudetto de los «azzurris».
Liderado por un Maradona inspirado tal vez como otras pocas en su carrera, 15 goles, unas cuantas asistencias y la impronta de su arte para hacer a todos sus compañeros mejores de lo que en rigor eran, Nápoli llegó a la penúltima fecha necesitado de un buen resultado para devenir inalcanzable para Milan y Juventus.
Y así fue: el estadio de San Paolo, enclavado en el barrio de Fuorigrotta, se preparó para una fiesta sin precedentes que una de las pancartas de la Curva B dio por descontada desde muy temprano: “La storia ha voluto una data, 10 maggio 1987” (“La historia ha querido una fecha, 10 de mayo de 1987”).
El gol anotado por Carnevale alcanzó y sobró, puesto que ese punto rubricó una ventaja de cuatro puntos sobre un coloso de Milán y otro de Torino.
La campaña constó de 30 partidos, de los cuales ganó 15, empató 12 y perdió 3, con 41 goles a favor y 21 en contra (Solamente fue vencido por Fiorentina, Inter y Verona).
El plantel fue integrado por Claudio Garella, Raffaele Di Fusco (arqueros); Tebaldo Bigliardi, Giuseppe Bruscolotti, Ciro Ferrara, Moreno Ferrario, Massimo Filardi, Alessandro Renica, Giuseppe Volpecina, Antonio Carannante, Raimondo Marino (defensores); Salvatore Bagni, Fernando De Nápoli, Francesco Romano, Luciano Sola, Costanzo Celestini, Luigi Caffarelli, Ciro Muro (mediocampistas); Andrea Carnevale, Bruno Giordano, Pietro Puzone y Diego Maradona (delanteros).
El director técnico fue el bresciano Ottavio Bianchi.
Ese mismo 1987 Nápoli ganó la Copa Italia y al influjo de Maradona en 1989 se hizo de la Copa de la UEFA (hoy Europa League), en 1990 de su segundo Scudetto y en agosto de 1991 de la Supercopa de Italia gracias a una goleada de 5-1 a expensas de la Juventus.