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martes, abril 23, 2024

Dos grandes escritores analizados desde las neurociencias

En la tarde del sábado último, en la Biblioteca Popular “José Ingenieros”, tuvo lugar una interesante conferencia sobre “Cervantes, Shakespeare y las Neuro- ciencias”. La misma, que fue organizada en el marco de la recordación de los 400 años del fallecimiento de ambos escritores, estuvo a cargo de Alejandra Del Fabro, profesora de Inglés, docente en Neurociencias y Neurosicoeducadora.
Asimismo, como relatora participó Nancy Díaz.
En su exposición, Alejandra Del Fabro, relacionó la obra de ambos literatos, Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, con las neurociencias. Al respecto, al comenzar su alocución indicó que, “en los últimos veinte años hemos aprendido más del funcionamiento cerebral que lo que se aprendió sobre el tema en toda la historia de la humanidad”.
“El cerebro –añadió- y la actividad cerebral conforman la estructura del universo más compleja que se conoce: es el órgano encargado de regular desde procesos vitales como respirar hasta resolver los problemas filosóficos más complejos. Son éstas las estructuras del universo que permiten estudiarse a sí mismas”.
Para Del Fabro, “en la historia de la humanidad el arte es relativamente nuevo en número de años, pero resulta ser fundamental para aquello que nos hace humanos porque está directamente relacionado con el sentido de trascendencia”.
Por otra parte, la expositora recordó que, “históricamente, primero apareció el lenguaje, tiempo después la escritura”. En efecto, según su apreciación, “la aparición de la escritura resultó ser un hecho muy importante en la historia de la humanidad, de hecho es lo que separa la Prehistoria de la Historia”.
“La idea de conmemorar a estos dos grandes de la literatura, no es entonces, azarosa. Sino que por el contrario, es básicamente para recordarnos las más altas capacidades que tenemos los seres humanos trascender”, expresó.
A lo largo de su disertación, Alejandra Del Fabro tomó varios de los temas que las Neurociencias se formulan en la actualidad, para  hacer un puente de ida y vuelta a fragmentos de las obras de ambos dramaturgos, que ilustraron estos temas, pero que también, los cuestionaron.
Al situarse en “El Quijote”, por ejemplo, la conferenciante aseguró que “Alonso Quijano ha perdido la razón de tanto leer libros de caballerías y así pasó a llamarse Don Quijote; pero, esta locura hace que intente imitar las hazañas que ha leído: sale de su pueblo, vive una serie de aventuras y regresa a casa vencido y maltratado”.
“Pero –se preguntó- ¿Qué tan loco está Don Quijote? A pesar de entender, sigue comportándose como Caballero Andante. Prefiere creer que el mundo es como él lo imagina. Don Quijote, no estaría loco, sino que enloqueció. Cervantes, al final de la novela, y en el preludio de la muerte lleva a don Quijote de vuelta al juicio”.
Alejandra Del Fabro explicó que “el hombre adulto se convence de que ha llegado la etapa de la razón, la de la aceptación y conocimiento de sí mismo y de su realidad circundante; de la reconciliación con su pasado y del reconocimiento y aceptación de los demás”.
“Es, por tanto, la hora de la cordura. Ahora, el juego ha perdido lo que tenía de mágico porque ahora también sabe que con la muerte no hay juegos que valgan. Y entonces el círculo se cierra definitivamente, como afirma quien ya no es más don Quijote: ‘Ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno. Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje’”, citó un pasaje del texto de Cervantes.
LA MEMORIA
En su conferencia, Del Fabro, hizo referencia al tema de la memoria, entendida desde las neurociencias como “el proceso de codificación, almacenamiento y recuperación de la información”.
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”, prosiguió la experta, “con esta frase inicia Cervantes la escritura del Quijote; de esta forma se niega de manera deliberada a mencionar un topó- nimo que sin duda recuerda”.
“Lo que aparece ligado a ese nombre, es todo el contexto de la situación vivida en el pasado, incluida la emoción que despertó. Y naturalmente, El Quijote, como todos queremos evitar recordar lo que nos hizo sufrir, así como deseamos recordar lo que nos dio placer”, puntualizó.
OTROS TEMAS
Recorriendo las obras de Cervantes y Shakespeare, Alejandra Del Fabro, puso sobre el tapete cuestiones de palpitante rigor y actualidad: la memoria emocional, las sensaciones y el sentimiento, el enamoramiento y la locura, entre otras.
“La idea era conmemorar a estos dos grandes de la literatura resaltando capacidades que nos hacen humanos: pensarnos, repensarnos, crear, elegir y trascender. Mi deseo es que nos vayamos pensando ¿Qué huella voy a dejar? ¿Qué voy a hacer para dejar el mundo más lindo de lo que lo encontré? Que en definitiva es pensar, de alguna manera como Hamlet ¿Ser o no ser? Nuestro cerebro biológicamente está seteado para sobrevivir, para actuar como SH, hay que hacer algo más.  Entonces, ¿Ser o no ser? ¿Sobrevivir o trascender, esta sería la cuestión”, concluyó Del Fabro.

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