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viernes, marzo 29, 2024

Agradecimiento a Ana M.Gentile de Manhala y Sabrina Lucero

Una joven madre desde Bolivia, ha enviado este testimonio de agradecimiento hacia Ana M.Gentile, presidente de la Asociación Manhala por el acompañamiento durante su estada en Argentina para que su hijo pudiera ser atendido en el Hospital Garraham..
«Lamentablemente en mi país la ciencia está muy atrasada. Cuando mi niño nació todo parecía normal y bueno de tanto observarlo noté que sus encías estaban un poco amarillas y le hicieron los laboratorios y terminaron dándonos el alta porque no era preocupante, era la bilirrubina que es normal y nos llamaron para dos semanas al control. Pasaron las dos semanas y volvimos a hacerle los laboratorios y los resultados subieron, nos dieron una medicación que le bajaría y nuevamente nos dijeron que volvamos para un nuevo control, pasó y nuevamente subió. El médico quiso operármelo al mes de nacido, una cirugía paleativa nos dijo que nos costarían 6 mil dólares. Nosotros como papás quisimos sentirnos tranquilos y pienso que estábamos en todo el derecho de tener otras opiniones. Consultamos con muchos médicos y ellos nos pedían muchos laboratorios, ecografías, en fin…muchos estudios, todos con diferentes cosas; unos me decían que no tenía el vaso, otros que no tenía vesícula y otros que no quisieron hacerse cargo de la situación de mi niño. Pasaron muchos meses con pinchazos, ayunos, estudios y más estudios para mi bebé. Conocimos a una doctora que gracias a Dios llegamos a ella. Justamente ella estaba viajando a Argentina y me dijo que aliste todo los estudios que le realizamos a mi bebé que los llevaría y si hubiese alguna medicación lo traería. Fue nuestra última esperanza: mi bebé sólo vivía con mi pecho no toleraba ninguna leche. Llegó la doctora en el mes de enero; ella fue por un mes y diciembre fue el único mes que mi hijo no se sometió a nada. Bueno llegó en enero con noticias buenas! me dijo que mi niño necesitaba un tratamiento que sólo en Argentina lo harían, me dijo que si podíamos llevarlo que ella ya había hablado con el sector hepático y les dio todos los estudios y que era necesario llevarlo allá. Nuestra decisión fue una con mi esposo: era la vida de mi hijo. Nos fuimos. Ella envío el fax al Hospital Ricardo Gutierrez para que nos recibieran, me fui el mismo domingo y para el lunes estuve presente en el Hospital. Nos internaron y empezaron con los estudios a mi niño; fueron dos semanas de nuevos estudios. Terminó la segunda semana y me hicieron pasar a la sala de médicos y me dieron la noticia que el hígado de mi bebé no daba más y que necesitaba un trasplante, que no resistiría mucho, que sólo lo estaban mateniendo. Lamentablemente no se realizaban trasplantes en el Hospital y me derivaron al Hospital Garrahan. Llegamos al Hospital Garrahan y empezaron nuevamente con estudios y me dijeron lo mismo que su hígado estaba muy mal que necesita el trasplante con urgencia. Explicaron los dos tipos de trasplantes que se realizaban: el cadavérico, que podía tardar horas, días, semanas, meses, años y muchas veces el paciente no aguanta. El donante vivo viendo la compatibilidad de padre o la madre en ese momento sólo pensé en lo más rápido y era donarle yo. Me dijeron que para entrar a la lista de espera de órganos necesitábamos al menos tener la precaria que era como la autorización para estar en el país de Argentina, que gracias a Dios ya me entregarían a los días porque en el Hospital Ricardo Gutierrez me dijeron que lo haga por sí necesitaría para algo y con su historia clínica lo realice. Jamás me pusieron trabas ni nada, realmente fui acogida mejor que en mi país, aún estando sola sin conocer a nadie me sentía muy bien. Los médicos, las enfermeras y las personas que estaban a nuestro alrededor realmente fueron bondadosas, el doctor me informó que mi bebé ya estaba en la lista de espera y que por la gravedad del caso sí era uno de los primeros, pero no me dijo en que número. Lo único que me dijo fue que sólo debíamos esperar la compatibilidad que era lo más importante. Llegó marzo y mi hijo estaba estable y me dieron el alta me dijeron que no podía vivir en el Hospital que tenía que estar cerca por cualquier cosa. Lloré porque tenía que salir con mi niño con muchos medicamentos, sonda, a buscar dónde vivir. Me alquilé un cuarto el miércoles que me dieron el alta al día siguente la sonda de mi niño se salió al bañarle. Lo llevé al Hospital que no era lejos y pase por guardia, le pusieron la sonda y me volví al cuarto. El viernes mi bebé tenia su control a medio día y yo un estudio para realizarme en el Hospital Argerich a las 8 de la mañana del mismo viernes. Cuando estabamos en camino el doctor de trasplante me llamó y me hizo preguntas sobre mi hijo, pensando que estaba mal por que vio en el historial que el jueves lo lleve a guardia, le expliqué lo que sucedió en eso me dijo que pase por el Garrahan en ese momento que ya no me vaya al Argerich. Le hice caso y nos fuimos, llegamos al Garrahan y me dijo que habia un hígado para mi bebé que entraría a quirófano. NO LO PODIA CREER. Porque me dieron dos dias antes el alta y cuando me dieron el alta pense que se olvidarían de mi hijo por ser extranjera pero no fue así. Gracias a Dios mi hijo tuvo la oportunidad de vivir y nosotros la oportunidad de tenerlo con nosotros. Es triste saber que en mi país no hay ningún tipo de ayuda. Aquí en Bolivia todo se paga, los médicos los estudios todoooo….. cuando fui a pedir ayuda al Consulado boliviano me la negaron eso es una realidad.
Anita, tu también eres la mejor personita que Dios nos puso en el camino.
En un tiempo pedi ser aceptada en el grupo Manhala trasplante y aceptaron mi solicitud chatee con Anita y le comente mi situación y Anita tan gentil y bondadosa se puso en campaña para mi niño, y consiguió que me donara su amiga Lucero que por cierto es una persona tan gentil como Anita. A Dios gracias por ponerlas en nuestro camino».

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