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viernes, abril 26, 2024

“La pelota se limpió”

[24 de septiembre de 2009] Lo que una vez fue nuestro, ha vuelto a serlo, el patrimonio cultural, el fútbol, se ha incorporado como “ente propio” y  la gente volvió a recuperarlo. Las prácticas culturales: las costumbres, tradiciones, establecen la identidad de los pueblos, pertenecen  en “términos” a riquezas naturales, como el fútbol, y estas no tienen dueños.

A lo largo de la democracia y otros tiempos se a desarrollado un aparato que impedía la pluralidad, conocido hoy como monopolios,  es decir, grupos concentrados de unos pocos que absorbían por una vía o por otra las riquezas naturales de nuestra sociedad.

La  aparición  del Estado poniendo equilibrio en defensa de la variedad de opiniones adoptando el paradigma del colectivismo por encima del individualismo, pone de muy mal humor a estos grupos.

La pelota, esa redonda blanca, en principio ¿quien iba a decir que su pureza se encontraba en juego?, pues así lo es; ella misma es el símbolo de la idiosincrasia mas grande y representativa de los argentinos, que excede los géneros. Su práctica, en la gran mayoría de los hogares constituye un elemento de unión, rivalidad sana, dialogo, reunión, complicidad; es decir, el núcleo de muchas situaciones familiares que vivimos en forma cotidiana.

Todos estos acontecimientos que son bien nuestros no estaban ni siquiera en nuestro patrimonio, eran integrados a nuestra vida de forma aislada y según nuestra variable económica, es decir, si puedo pagar el cable, conforma mi patrimonio, y si no, pues no lo tengo, ¿un poco injusto no?

La pelota que habían ensuciado a más no poder, comenzó a limpiarse, y por supuesto esos pocos,  no la quieren así. La participación del Estado con el objetivo de regular con certeza, firmeza y pensando en la sociedad en su conjunto, es una medida que solo el peronismo podía realizar. ¿Y por qué? Porque esto forma parte de la doctrina, el bienestar general por encima de lo individual. La solidaridad vs. El egoísmo.

La suma  de acciones antimonopólicas hoy para muchos se presta a cierta confusión, pues claro, es difícil pensar cuando cada receptor se encuentra sometido por el monopolio informativo, que plantea un escenario sin puerta de emergencia, es decir,  las puertas de la información se abren y se cierran, cuando y como ellos quieren, ¿Actitud democrática?

La ley de servicios audiovisuales no solo ofrece pluralidad sino sentido de la oportunidad a todos los sectores por igual: privados, cooperativas y medios públicos, todos van a poder convivir en un mismo espacio fisco, y no es una utopía.

La regulación del estado al servicio de la sociedad, tiene como objetivo equiparar oportunidades y sustentarlas en el tiempo. Teniendo en cuenta además que se aproxima una etapa renovadora, que brindará herramientas de pensamiento, reconocimiento de la palabra del otro y por sobre todo respeto hacia el receptor.

Horacio Delgado
Diputado provincial

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