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Nueve de Julio
miércoles, abril 24, 2024

El obispo diocesano celebró la Misa de Navidad

Ayer, con motivo de celebrarse la Solemnidad de la Navidad, los fieles católicos participaron de los diferentes oficios litúrgicos realizados en los templos de la ciudad. En la Catedral, el obispo diocesano, monseñor Ariel Torrado Mosconi presidió las celebraciones en la víspera de la Navidad y en la noche de ayer.

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Con motivo de esta importante festividad, para toda la cristiandad, el obispo dirigió a la grey su homilía, en la cual recordó que «la Navidad es la manifestación de la Misericordia de Dios».
«Tanto nos amó Dios -añadió- que quiso hacerse muy cercano y nos envió lo que más quiere, a su propio Hijo. Y para dejar aún más de manifiesto la locura de su amor, por nosotros pecadores, lo envió como un niño recién nacido, que no se impone por la fuerza del poder, sino que se acerca y nos atrae por la fuerza de su ternura desde la pequeñez y la humildad».
Para el prelado, «Dios sigue empecinado en manifestarnos su amor con gestos cada vez más tiernos y amorosos».
«La experiencia -dijo- del amor misericordioso de Dios no nos puede dejar iguales, necesariamente nos debe transformar. Nos debe llevar a ser misericordiosos con los demás, a tener un corazón más parecido al de Jesús que no se cansa de perdonar».
Más adelante, monseñor Torrado Mosconi señaló que, el «amor divino una y otra vez se acerca a nosotros pecadores; Dios lejos de alimentar los deseos de venganza siempre nos perdona; nos sigue llamando pese a que nosotros no hemos respondido a su amor sino con indiferencia y frialdad, con rechazo y dureza».
«Este misterio -agregó- de la misericordia debe interpelar toda nuestra vida, toda nuestra manera de pensar y de actuar. En esta noche ya no podemos seguir sin acercarnos a aquellos que nos hemos distanciado, no podemos dejar de perdonar a quienes nos han ofendido, no podemos olvidar a aquellos que por diversas circunstancias hoy sentimos que están lejos. Dios nos persigue con su misericordia, nosotros no debemos resignarnos fácilmente a dejar que tantos hermanos se alejen de nuestro amor y de nuestra vida».
El obispo diocesano, en un pasaje de su homilía recordó palabras del Papa Francisco al afirmar que «la verdadera fe en Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí mismo, de la pertenencia a la comunidad, del servicio y de la reconciliación con la carne de los otros».
«La revolución de la ternura de la misericordia de Dios ha de inspirar el gesto y la palabra oportuna frente a los niños que sufren falta de amor y cuidado, a los jóvenes que han caído en la trampa de las adicciones, a los abuelos que han sido abandonados, a las familias heridas por divisiones y peleas, al hermano sólo y desamparado», refirió el obispo, entre otros términos.

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