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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Cálida bienvenida al nuevo obispo coadjutor

En la tarde del último sábado , tuvo lugar en la catedral de Santo Domingo de Guzmán, una solemne celebración, en la cual se le dio la bienvenida al obispo coadjutor de la Diócesis de 9 de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, recientemente designado por el Papa Francisco. Participaron de la misa varias delegaciones provenientes de las ciudades que conforman la Diócesis como así también de Santiago del Estero, donde el nuevo obispo desempeñó su ministerio pastoral. También asistieron varios sacerdotes del clero de la arquidiócesis de Buenos Aires.

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Se hicieron presentes familiares de monseñor Torrado Mosconi, su hermano, sus tíos, sus primos y sus sobrinos. Su madre no pudo participar en la celebración por encontrarse internada, a raíz de una pequeña descompensación.
La misa fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Martín de Elizalde. Entre los concelebrantes se encontraban el arzobispo Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico en Argentina; Alfredo Horacio Zecca, arzobispo de Tucumán; Carlos María Franzini, arzobispo de Mendoza; Guillermo José Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca; Rubén Di Monte, arzobispo emérito de Mercedes-Luján; Vicente Bokalic Iglic, obispo de Santiago del Estero; Hugo Manuel Salaberry, obispo de Azul; Samuel Jofré Giraudo, obispo de Villa María (Córdoba); Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque (Chaco); Antonio Marino, obispo de Mar del Plata; Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata; Miguel Ángel D‘Annibale, obispo de Río Gallegos; Dante Gustavo Braida, obispo auxiliar de Mendoza; Luis Teodorico Stöckler, obispo emérito de Quilmes y Francisco Polti, obispo emérito de Santiago del Estero.
En un pasaje de su homilía, monseñor Martín de Elizalde destacó, entre otros conceptos «la rica personalidad de monseñor Ariel, su experiencia en la diócesis de Santiago del Estero como Obispo auxiliar, su trayectoria intelectual y espiritual», lo cual permite «esperar que su llegada habrá de aportar muchísimo, y permitirnos seguir creciendo como Iglesia particular y en la comunión de la Iglesia Universal».

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«Gracias -añadió-, monseñor Ariel, por aceptar venir entre nosotros. Gracias, Santo Padre, por esta muestra de estima y de confianza; gracias al Señor Nuncio, representante del Papa, por conocer e interpretar nuestra realidad y nuestras necesidades; gracias a los hermanos obispos que nos acompañan, y a los sacerdotes que están presentes, ustedes nos hacen experimentar la comunión. Gracias a monseñor Vicente Bokalic y a los hermanos de Santiago de Estero, que han venido a  acompañar a Monseñor Ariel y con este gesto nos dicen lo que les cuesta este desprendimiento, que es el precio de la generosidad. Y a nuestros sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y fieles quiero comprometerlos a un renovado propósito evangelizador, y a fortalecer los vínculos de la comunión eclesial».

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Monseñor Torrado Mosconi también se dirigió a los fieles en una alocución en la cual comenzó recordando su infancia, transcurrida en el partido de 25 de Mayo y el nacimiento de su vocación sacerdotal, siendo niño. Se calificó asimismo como «un veinticinqueño aporteñado, más porteño que el obelisco y, al mismo tiempo, santiagueñizado».
El obispo coadjutor manifestó su deseo de «colaborar en todo, en plena comunión con Monseñor Martín».
«Los sacerdotes -dijo- van a ser mi principal ocupación, para estar muy cerca de ellos, con mi afecto y comprensión. En todo este tiempo deseo conocer la Diócesis, para poder encontrarme con cada una de las comunidades, de las ciudades, de los pueblos. Quiero ser un obispo misionero».
«Que entre todos, sacerdotes y fieles, podamos responder al llamado del Papa para abrazar la misión. Que seamos una Iglesia de puertas abiertas, para que todos sientan en la Iglesia como en su casa, que están en familia. Que, como Iglesia, salgamos a buscar a quienes no vienen, porque se sienten lejos, afuera. Nuestra misión tiene que ser buscar a quienes se sienten lejos de la Iglesia», expresó.
Finalizada la celebración eucarística, los concurrentes se dirigieron al Colegio Marianista San Agustín donde fue servido un chocolate.

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