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viernes, abril 26, 2024

«Enriquece… Dora»

[14 de septiembre de 2010]

* Por Carlos Crosa, escritor nuevejuliense

La legislatura de la Ciudad de Buenos Aires acaba de consagrar de interés cultural la obra “Jugando con las palabras para leer la vida en serio” de nuestra paisana Dora Gianoni. El emotivo acto contó con el aporte de la coterránea y escritora Adriana Romano como una de las oradoras.

Tal cual lo señala el excelente prólogo de la convecina Graciela Ferrario, Dora ha propuesto en esta obra a la poesía como canal hacia los contenidos del lenguaje.

“No es moco e’pavo”, diría ante esto, Wimpi, aquel humorista y pensador que día a día abría su radial “Ventana a la calle” y cuyo pestillo de cierre era “hasta mañana y que todo sea para bien”.

Para bien también, es esta obra “enriquece-dora” de la “hace-dora” que es nuestra Dora, para seguir su instancia a jugar con el lenguaje.

“La palabra traiciona, subyuga o engaña. Creada para testimoniar la inestabilidad de las sensaciones, les impone a las mismas su propia estabilidad. Entonces el pensamiento, en vez de salir cual agua de manantial -continuo, limpio, libre-, nos sale como salen las conservas de la fábrica: envasado en la palabra. Según la forma y tamaño de la palabra en que se manifiesta, a veces, le queda grande a la palabra y hay que cortarlo. A veces, le queda chico, lo cual se nota cuando sobra palabra”, decía Wimpi desde su ventana radial.

Dicho de otro modo: la idea no está en la palabra como el sembrador no está en la semilla que florece cual azulina alfalfa o “Dora-do” trigal. Es una sana contienda jugar con ella como lo propone Dora y lo refrendan Adriana Romano y Graciela Ferrario sin que por ello todo quede en familia. Pues el nivel intelectual de la cosa, trasciende para bien, las fronteras de nuestro querido pago chico.

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