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jueves, abril 25, 2024

En la ciudad del Acuerdo, el campo pidió Institucionalidad al próximo gobierno

Finalizó este último sábado el Congreso nacional de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que se desarrolló los días viernes 15 y sábado 16 de mayo en la ciudad de Santa Fe, en el Salón Los Maderos.

Ruben Ferrero presidente de CRA, durante el cierre del Congreso en la ciudad de Santa Fe
En ese marco bajo el concepto “Compromiso, Cambio, Reconstrucción y Futuro”, productores confederados de más de  300 sociedades rurales del país, entre ellas la de 9 de Julio unos 500 productores asistieron a disertaciones que hicieron repensar, como lo expuesto por el ex Fiscal Federal Pablo Lanusse, que recomendó a los productores “no pregunten tanto a los presiden ciables cual es el programa económico, sí que van hacer con la institucio nalidad”.
El congreso de CRA, también estuvo acompañado por autoridades del Gobierno de Santa Fe, de Córdoba y Corrientes e integrantes de la Mesa de Enlace.
Uno de los puntos que animo a los productores presentes para trabajar desde sus rurales es la educación y la pobreza donde los números abruman, 3 de cada 10 chicos abandonan la secundaria.
En el cierre del Congreso, su presidente Ruben Ferrero dejo sus conclusiones, diciendo; “el lema del Congreso “Compromiso, Cambio, Reconstrucción y Futuro” tiene cuatro sustantivos. Me permito empezar por el Cambio. Todos los que estamos aquí estamos convencidos de que necesitamos un cambio. Estamos viviendo en una Argentina que no es la Argentina que merecemos ni queremos para nuestros hijos.
Institucionalidad: desde 2005 nuestro país es el que mayor deterioro mostró en el mundo en instituciones como la vigencia del Estado de Derecho, la libertad de prensa, la libertad económica. Así lo dice el índice de calidad institucional correspondiente al año en curso que ubica a la Argentina en el puesto 137 de 193. Desde 1996 a la fecha Argentina cayó 93 puestos. Estamos en idénticos niveles que Ucrania, Mozambique y Nepal. Y peor que el Líbano, Uganda, China y Rusia.
Hace unos días renunció la Vice Presidenta de Guatemala por sospechas de corrupción: nosotros tenemos un Vicepresidente doblemente procesado que sigue en su puesto como si nada estuviera pasando. Valga esto como ejemplo de qué poco importante es institucional mente la corrupción hoy en Argentina.
Ahora bien, cuando hablamos de esta pérdida de calidad institucional no estamos hablando de una entelequia, ese deterioro afecta de una manera directa y concreta el desarrollo de los ciudadanos y de las empresas. La pérdida de calidad institucional ahuyenta la inversión interna y externa, y eso significa menor volumen de la economía, menor cantidad de puestos de trabajo, en suma, menor desarrollo.
Lo mismo ocurre con el deterioro que sistemática mente han venido sufriendo las economías regionales. Algunas prácticamente desaparecieron. El menoscabo de una economía regional no significa solamente menor producción: significa menos posibilidades para todo un pueblo, para una zona, para toda una región que vive al compás de esa economía.
Cada vez que aparece en los medios algún caso de muerte por desnutrición todos salen a decir que es una inmoralidad que eso ocurra en un país que produce alimentos para 400 millones de personas. Pero también hay que señalar que esos alimentos no se distribuyen mágicamente. Que haya desnutrición en Argentina es el resultado de que los impuestos que tributamos no han ido donde tenían que ir, porque si bien el relato habla de una política inclusiva y popular cada vez que la desnutrición muestra su cara espiando por encima de las estadísticas concluimos que esta política no es ni tan popular ni tan inclusi va. Que haya desnutrición en Argentina es otra de las consecuencias de una corrupción endémica que nos degrada y nos avergüenza. Es verdad que la pobreza y la falta de educación restringen el crecimiento, pero la mentira también, y es doblemente dañina, porque el no dejar al descubierto cuál es el verdadero diagnóstico de la situación impide enfren tarla.
Este gobierno que nos miente es el mismo que presiona a sus jueces y los ataca si no resultan serviles al gobierno. Un gobierno que se cree amo y señor de los otros poderes y trata por todos los medios de someterlos. Un gobierno que asfixia al sector productivo con la mayor presión fiscal de la historia y al mismo tiempo condena a las provincias a mendigar recursos, deteriorando su autonomía y destruyendo el sistema federal.
Aunque doloroso, es absolutamente necesario reconocer lo que nos sucede, saber ciertamente dónde estamos parados, que por supuesto no es donde las estadísticas oficiales nos dicen que estamos. Reconocer la situación nos llevará a utilizar las herramientas que tenemos a mano para empezar una RECONSTRUCCIÓN. Los cambios no vendrán solos. Dependerán, en gran medida de nuestra propia voluntad de cambio.
En este sentido pronto tendremos a mano la más genuina y poderosa arma que nos proporciona la democracia: la posibilidad de votar, de elegir un proyecto superador, que priorice la calidad republicana y nos devuelva una Argentina seria, confiable, próspera. Estaremos ante la más valiosa oportunidad y es absolutamente necesario que la aprovechemos con plena conciencia de lo que nuestra decisión puede generar. Somos hacedores de nuestro futuro. Nadie lo hará por nosotros. El futuro está delante nuestro y es el lugar donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas.
Prensa Sociedad Rural de 9 de Julio

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