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lunes, octubre 14, 2024

Sísifo.Tiziano.

Escribe Cristina Moscato

Sísifo, fundador y rey  de Éfira (nombre antiguo de  Corinto) es uno de los tantos personajes de la mitología griega. Si creemos a Homero, era el más sabio y prudente de los mortales. Según otras fuentes,  era  un bandido y  el más astuto y  menos escrupuloso de los hombres.
Cuenta la leyenda que  cuando   la joven Egina  fue raptada por Zeus,  Sísifo revela el nombre  del  raptor a  Asopo (dios- río y padre de la joven),  a cambio de una  fuente  de agua para  la ciudad en la que reinaba.

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Zeus,  furioso con  la delación del  rey, envía a  Tánatos (dios que personifica la muerte no violenta)  a buscarlo a  la tierra. Pero Sísifo,  precavido  como era,  atrapa a la muerte  y la encadena,  impidiéndole hacer su trabajo por un largo tiempo, durante el cual nadie muere.
Ares (dios de la guerra) es quién baja entonces a  liberar a la muerte  y a llevar  al rey hasta el inframundo.   Esta vez  Sísifo,  reacio a morir, se vale de  una trampa: ordena   en secreto a su  esposa que no lo sepulte y que lo arroje  en medio de la plaza pública.
Cuando Hades (dios de la  última morada de los mortales) lo recibe  en el inframundo sin los debidos funerales, se compadece de él y le da permiso  para volver a la tierra a castigar a quién cree una  impiadosa mujer.  Demás está decir que el rey aprovecha la ocasión para quedarse en el mundo de los vivos.
Los dioses jamás  le perdonaran su astucia y  el  día que efectivamente muere de viejo,   lo  condenarán  a hacer rodar una roca hasta la cima de la montaña  desde donde la piedra vuelve a caer  por su propio peso,   trabajo vano y sin esperanza que deberá realizar  una y otra vez,  por  toda la eternidad.
En 1548 Tiziano, de visita en la corte de emperador Carlos V de Alemani a y I de España, en la ciudad alemana de Augsburgo,  recibe de  María de Hungría, (hermana del monarca) el encargo de unas pinturas  para decorar la gran sala del Palacio de Binche (Bélgica).
El tema establecido por María  será  la condena  al  infierno  de cada uno de los  personajes de la mitología helénica,  citados en forma conjunta por Ovidio en su ¨Metamorfosis¨ , a saber: Sísifo, Ticio, Ixión y Tántalo,  personajes que Tiziano tratará por separado dando lugar a cuatro cuadros  que reunidos se conocerán como ¨Las furias¨.
Sísifo de Tiziano, es un óleo sobre  lienzo de 237 cm x 216 cm,  donde este personaje mitológico,  semides- nudo, sube por una pendiente  con  una enorme piedra  sobre los hombros,  casi  pegada a la cara. Lleva la cabeza gacha para mirar donde camina y, cada uno de los músculos muestran la enorme  tensión a la que todo su cuerpo está sometido.  Detrás de él,  entre  un humo infernal, bastante parecido al de las representaciones cristianas,  asoman dos cabezas de reptiles con ojos dorados y lenguas bífidas.  Entre nubes y a lo lejos, las llamas de un volcán se elevan a lo más alto del inframundo.  Las cenizas, todavía incandescentes, caen a los pies del condenado.  Un pedacito de cielo azul en medio de la negrura, se esboza como una  ínfima esperanza de  salvación.
El   Sísifo de Tiziano, en el conjunto de la serie encargada por la casa real,  ha sido interpretado como un  mensaje de los Habsburgo  a  los príncipes protestantes  que osaran desafiar al  poder  del imperio.
Pero el mito y su significado, más allá de la pintura, sigue siendo  objeto de  análisis, y ha dado  lugar a  las más diversas interpretaciones.
Según algunos autores,  se trataría del  destino que le espera a quién desafíe  el designio de los dioses u ose  sublevarse contra ellos.   Para otros sería  un símbolo de la vana lucha del hombre por alcanzar la sabiduría.
Los más cercanos a la naturaleza verían en él,  el disco del sol que sale cada mañana  para hundirse  después  en el horizonte;  también hay quiénes lo han mencionado como  la personificación de las olas del mar.
Para   Albert Camus, novelista, escritor, periodista y filósofo francés nacido en Argelia,  una  metáfora del esfuerzo inútil,  incesante y sin esperanza  del hombre moderno que consume su vida en fábricas y deshumanizadas oficinas,  idea que  desarrolla ampliamente en su ensayo titulado ¨El mito de Sísifo¨ publicado en 1942.
La pintura se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid y puede verse en todo su esplendor en distintas páginas de la web.

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