Este miércoles 8 de mayo se celebran las Fiestas Patronales del Barrio Luján de la ciudad de 9 de Julio, en honor a la Virgen María Patrona de la República Argentina. Esta tarde llevó a cabo la procesión, misa -a cargo del padre Daniel Camagna- para luego disfrutar del chocolate.
Como es habitual la comunidad de la Capilla «Nuestra Señora de Luján», ubicada en el barrio homónimo (que anteriormente se denominaba «Villa Garibaldi») se preparó con muchas expectativas para dicha celebración.
El recorrido de la procesión fue el mismo que se utilizó en 2013: incluyó las calles Heredia, Poratti, Chacabuco y Eva Perón.
Como es habitual la Comisión de la Capilla Luján ofreció el tradicional chocolate (se prepararon 60 litros), para acompañar con 600 bollitos. Es digno de destacar el empeño de los vecinos, desde hace más de 20 años, que colaboran para ofrecer año a año este servicio y compartirlo con la comunidad.
LA VIRGEN MARIA EN LUJAN
Virgen representativa del pueblo argentino, en 1630 su imagen era llevada en carreta de Buenos Aires a Santiago del Estero. A orillas del Río Luján se detuvo inexplicablemente. Por ello se dice que ella eligió el sitio de emplazamiento de su iglesia.
El 8 de mayo de 1887, con la asistencia de altos dignatarios de la Iglesia Romana y del Cabildo Eclesiástico Metropolitano, fue coronada Nuestra Señora de Luján por el Papa León XIII.
La imagen original de la Virgen de Luján, que llegó en 1630 al Río de la Plata es brasileña, hecha en terracota (tierra cocida) en el valle de Paraiba, San Pablo, donde en el siglo XVII, había una importante producción de esculturas de ese material. Mide 38 cm. Está de pie
sobre un nimbo de nubes donde aparecen cuatro cabezas de ángeles. ambos lados de la figura se ven las puntas de la luna en cuarto creciente. Tiene las manos juntas sobre el pecho. Estaba totalmente policromada, siendo el manto azul cubierto de estrellas, y la túnica roja.
En 1904, Juan Nepomuceno Terrero, Obispo de La Plata –Diócesis a la que por ese entonces pertenecía Luján-, ante el evidente deterioro de la imagen a causa
de la desintegración de la arcilla con la que fuera construida, mandó hacerle una cubierta de plata, que dejó a la vista solo el rostro y las manos. Dicha cubierta, de autor anónimo, es de perfil cónico y está compuesta de dos piezas que se unen en el costado de la imagen. La frontal remeda túnica y manto. Ambas están repujadas y cinceladas imitando telas con roleos vegetales y un galón en el borde del manto.
En 9 de Julio fue monseñor Agustín Herrera, primer Obispo de 9 de Julio, quien fomentó la veneración de la advocación mariana en la Villa Garibaldi. El bendijo la imagen que, hasta la construcción de la capilla, estuvo emplazada en otro lugar.
