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Nueve de Julio
jueves, marzo 28, 2024

«9 de Julio es una ciudad de una importancia enorme para la celiaquía»

entrevistaceliaco8La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. Pueden padecerla tanto niños como adultos. Actualmente, la incidencia es mayor en mujeres, que en varones.

Las proteínas se clasifican en dos grupos, prolaminas y gluteninas. Las prolaminas reciben distintos nombres según el cereal de origen: Trigo = gliadina, Avena = avenina, Cebada = hordeína y Centeno = secalina.
El gluten de los cereales mencionados es la forma más conocida de presentación de las prolaminas tóxicas para los celíacos. La gliadina constituye el mayor problema, es la más utilizada en la industria alimenticia.
La avena pareciera no producir daño pero, en su proceso de industrialización, puede encontrarse contaminada granos de trigo, cebada o centeno.
La Celiaquía se presenta en personas que tienen predisposición genética a padecerla. Se sabe que aparece con más frecuencia entre miembros de la misma familia. Se estima que en Argentina 1 de cada 100 habitantes puede ser celíaco.
El doctor Eduardo Cueto Rúa, jefe del Servicio de Gastroenterologia del Hospital de Niños «Sor María Ludovica» de La Plata, es un referente en el estudio y el tratamiento de pacientes con esta enfermedad. En diálogo con EL 9 DE JULIO, el profesional indica que, «al año y medio que una persona celíaca ha sido sometida a una dieta, puede ser examinada por una junta médica y difícilmente pueda encontrar la enfermedad; porque, cuando se realiza la dieta, el organismo vuelve a la normalidad absoluta. Sin embargo, tantas veces como vuelva a comer trigo volverá a dañarse».
«Es un grave error -añade- el de aquellas personas que suponen que no deben seguir haciendo la dieta. Existen pacientes celíacos que, efectuando correctamente la dieta, llegan a realizar hasta deporte de alto rendimiento. Un caso por demás notorio es el de Andy Murray, que es celíaco»
«Hemos efectuado una encuesta a 4000 personas celíacas, a lo largo y a lo ancho de la República Argentina, por lo cual conocemos cuáles son sus gustos y muchos aspectos acerca de sus experiencias», dice.

SIGNOS DE ALERTA
En la infancia, alrededor de los dos años de edad, la diarrea, la desnutrición o la distensión abdominal pueden ser signos de alerta de que se trataría de una persona celíaca. El síndrome de mala absorción de los alimentos, la desnutrición, es característico en esta enfermedad, que incluso ha causado la muerte de muchos niños que no han sido diagnosticados a tiempo.
Tal como lo especifica el doctor Cueto Rúa, «si el niño es diagnosticado a tiempo puede recuperarse totalmente, de lo contrario puede tener un retraso en el peso y en la estatura».
«En este caso -agrega-, sus hermanitos siguen creciendo, siguen ocupando el lugar de la fila en la escuela y el niño enfermo comienza a perder posiciones; entonces, estando, por ejemplo, en sexto grado, termina siendo el primero de la fila con hermanos que son altos».
Al referirse a las adolescentes jóvenes que son celíacas, el entrevistado precisa que «por lo general, tienen un retraso en su primera menstruación, lo que se denomina menarca tardía»; mientras que, y en el caso de los varones, «puede existir una falta en el desarrollo genital». El organismo, al tener una mala absorción de los alimentos, no puede encarar el desarrollo sexual de la persona.
Tratándose de un adulto joven que no haya sido diagnosticado, un síntoma de la celiaquía, son -según el doctor Cueto Rúa- «el cansancio, el agotamiento, el abatimiento; en el caso de la mujer, la generación de abortos recurrentes, fatiga, sequedad en la piel, caída del cabello».
«Una vez que la persona diagnosticada y puesta en tratamiento, todos esos síntomas se podrán revertir. Claro está, que en el caso de la estatura de una persona de veinte años que es petisa y ya ha soldado sus huesos, cuando se le haga el diagnóstico a esta edad ya no habrá posibilidades de crecer; distinto sería el caso si, en lugar de diagnosticar a los veinte años se lo hubiera hecho a los doce», subraya.
Al mismo tiempo, exhorta a «los padres de los niños de baja talla para que consulten a sus médicos ante la sospecha de psiquiatría, lo mismo que una mujer joven que tenga abortos recurrentes; de esta manera se puede obtener un diagnóstico temprano que permita revertir la situación».
«Es importante que el paciente pueda sugerirle a su médico la posibilidad de un estudio para determinar si es celíaco o no», expresa.

9 DE JULIO EN LA CELIAQUIA
El doctor Cueto Rúa comenta que «en 9 de Julio el conocimiento acerca de esta enfermedad y médicos con experiencia; como así también, muchos profesionales jóvenes interesados en el tema».
«9 de Julio -sostiene- es una ciudad de una importancia enorme para la celiaquía, porque en el Instituto Superior de Tecnología Alimentaria (ISETA) y en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se ha desarrollado la primera harina panificable del mundo. Aquí se realizó, en gran escala, por primera vez en la historia, una harina apta para celíacos».
Efectivamente, dirigidos por el ingeniero Nicolás Apro, este equipo aplicó todo el conocimiento científico para desarrollar una materia prima de alta calidad, harinas ella tienen un reconocimiento a nivel nacional, y más allá de las fronteras del país.
«9 de Julio para el mundo celíaco es ampliamente conocido por este hecho. Con esta harina desarrollada en esta ciudad se le puede permitir a las personas celíacas acompañar su comida con un pan apto para ellos. Argentina, precisamente, es un país rector en el continente, está muy avanzado en esta materia», manifiesta.

LA CELIAQUIA ES UN MODO DE SER
Para el doctor Cueto Rúa, «la celiaquía no es una enfermedad sino un modo de ser. Si se pudiera conseguir tener en todos los lugares galletitas para celíacos, ellos podrían disfrutar de la comida en los restaurantes; para ello, en todos esos lugares debería existir una panera con productos apto para celíacos, incluso de esta forma se podría ver cuántas personas celíacas hay».
Concerniente a ello, destaca que «si en un restaurante se colocarán paneras aptas para ellos, sería factible observar la cantidad de personas que, en silencio, son celíacos; porque cuando las personas celíacas ingresan a un restaurante y no ven productos aptos para ellos, directamente no consultan y no comen». Entonces, en este caso, el mozo supone que se trata de una persona que no come pan; pero, en realidad, no puede hacerlo, es un celíaco en silencio.
También deberían existir galletitas para celíacos en los kioscos y en las estaciones de servicio que estan abiertas las 24 horas del día. Al respecto, el doctor Cueto Rúa ejemplificó: «Una chica celíaca que sale a bailar y, a las 5 de la mañana cuando sale, tiene hambre, a esa hora difícilmente encuentre un mercado abierto para comprar una fruta. Sin embargo, puede ir a la confitería de la estación de servicio y tomar un desayuno con galletitas aptas para ella; de lo contrario, tendría que salir a bailar con un taper o transportar un sandwich dentro de la cartera».

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