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Todos los caminos conducen a Roma

[17 de abril de 2010] El 21 de marzo se corrió la Maratón Internacional de Roma. En esta importante prueba participaron (en un grupo de 18.000 atletas) los doctores Guillermo Moro y María Teresa Ahumada, matrimonio nuevejuliense que desde hace seis años le sintió el «gustito» al atletismo, y los motivó a vivir una experiencia inolvidable en el viejo continente.

Los inicios, de adultos

Nunca es tarde para empezar a practicar una actividad, en todo caso hay que adaptarse a las posibilidades de cada uno. Desde hace aproximadamente seis años que empezó a despertarse el interés de Moro y Ahumada por el atletismo, casi por casualidad. El primero que dio inicio en esta actividad fue papá Guillermo para apoyar a su hijo Guillermo Gabriel cuando practicaba taekwondo. «Para alentarlo y apoyarlo, Guillermo empezó a trotar con él» recuerda María Teresa agregando que «a él le gustó y me entusiasmó a mí».

«Eran pequeños desafíos y lo primero pasaba por cambiar hábitos sedentarios, al empezar a trotar. Mi primer objetivo era correr una primera carrera de 10 kilómetros, después empecé en una media maratón y enseguida surgió la idea de ser atletas de fondo, de 42 kilómetros, que es lo que somos. Todo eso se dio en forma escalonada», indicó Guillermo.

Al respecto, la Dra María Teresa Ahumada agrega que «las cosas se dan con una lógica. Corremos en horarios cómodos que nos permite la profesión. Nos resultaría más complejo armar un equipo y cumplir horarios en un club. Se fue dando que esto nos resultara cómodo de acuerdo a los horarios».

La motivación no sólo tuvo origen en acompañar a Guillermo Gabriel mientras se preparaba para el taekwondo. Fueron fuente de inspiración lo que hacían otros atletas como el amigo Alejandro Blázquez, y de otro grupo que integran Vanesa Bentancurt y Martín Leppera, en un grupo consolidado desde hace cinco años y en el que «cada uno tiene su historia realizada», con un entrenador como Martín Strevezza que es «un Norte» a la hora de planificar y aconsejar.

Roma, un regalo en el camino

Con una historia de seis años en el atletismo, apareció en el camino la Maratón de Roma. «Alguna vez se nos había planteado hacer alguna carrera en el exterior. Tal vez por casualidad escuchamos la fecha del 21 de marzo, sumado a que nosotros nos debíamos un festejo luego de haber pasado y cumplido los 50 años. Decidimos festejarlo en Roma, corriendo una maratón. Se dio una motivación especial, fue un auto regalo, con un objetivo que nos había resultado difícil».

«Lo de Roma es una experiencia muy valiosa» afirmó María Teresa, quien se sintió emocionada al salir del histórico coliseo junto a miles de atletas. «Preparamos el viaje con tiempo, parece sencillo y a medida que lo vamos viviendo adquiere un peso especial», confesó.

María Teresa Ahumada comentó que «éramos pocos los argentinos, nos buscamos y nos encontramos un rato antes de la carrera y eso fue algo diferente», en una prueba de atletismo «muy numerosa, con mucha cantidad de gente, haciendo una representación del país sentimentalmente».

«Llevamos la camiseta y la bandera por una cuestión de sentimiento personal y de a poco empieza a tomar otra fuerza y otro peso, dándole una característica muy especial. Para el que la vive esto tiene algo muy especial que es difícil transmitir»,  agregó Ahumada.

Guillermo Moro señaló que «cuando estábamos allá teníamos una expectativa de lo que iba a pasar, conocer Roma y estar en una carrera populosa. Pero la expectativa fue ampliamente superada, formando parte de un evento internacional  de las características de Roma con 18.000 corredores»

Moro recordó con emoción haber corrido con la camiseta argentina, del mismo modo que desplegar la camiseta argentina en la llegada. «Eso fue muy fuerte, con un sentido de pertenencia que uno a veces piensa que no tiene. Le queríamos decir a la gente que éramos representantes argentinos».

Ahumada comentó que «no fuimos a representar al país, pero inevitablemente lo representamos con la camiseta. Cuando llegamos fuimos uno más y a Guillermo lo reconocieron por la camiseta, haciendo mención en altavoces».

«Llegamos bien físicamente y en los tiempos que uno se propone. Ojalá muchos puedan vivir esto, nosotros somos privilegiados de haber podido estar ahí y agradecemos a la vida».

La carrera sigue

Haber participado en Italia de esta maratón, no significa que «hayan llegado al techo de lo que queremos hacer», sino que motivó al matrimonio Moro a pensar que correr en otros países en los próximos años. Mientras tanto, este año Guillermo participará de dos maratones más en Argentina (Mendoza y Buenos Aires).

«Esta característica especial de correr tan lejos, para nosotros es nueva e íntimamente deseamos correr en otro sitio», señaló la doctora.

El sentido de correr

«Nosotros no competimos, nosotros participamos» se encarga de aclarar María Teresa Ahumada y «hacer fondo nos permite hacerlo a nuestro ritmo, tranquilo y disfrutarlo. Hacer distancias más cortas implica tener más velocidad y no es lo nuestro. Las cosas se van dando con una lógica»

En esta maratón como en otras pruebas de atletismo a los atletas les preguntan cómo clasificaron, mientras que para Guillermo y María Teresa ese no es el objetivo, sino que desean participar «compartiendo experiencias con gente muy sana no sólo por lo que corre, sino porque tienen un placer de compartir como amigos, conformando una comunidad de corredores».

Agradecimiento

Guillermo Moro agradeció a los amigos que se interesaron por su participación en Roma, al entrenador Martín Strevezza, el artífice desde la motivación hasta la planificación del entrenamiento, a la familia y a Agustín Galassi quién entrenó a la par de Guillermo sin correr la carrera, en un lindo gesto.

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