Desde el mes de octubre del año pasado, Elida Arocas se encuentra trabajando en un interesante proyecto que encontrará su culmen el próximo sábado 25 de mayo. En efecto, ese día, a partir de las 10 horas y hasta la conclusión de la obra, que se estima aproximadamente a las 17, en la Plaza «General Belgrano», realizará la intervención de un árbol, en el marco de una propuesta de arte urbano y como parte de la celebración del sesquicentenario de la fundación de esta ciudad.
En diálogo con EL 9 DE JULIO, Elida Arocas explicó que «la intervención de este árbol responde a una corriente artística denominada ‘Yarn Bombing’, que tiene unos ocho o diez años de antigüedad, con proyección mundial».
«En diferentes lugares del mundo -añadió- existen trabajos muy interesante con esta corriente, en este país los hay en Buenos Aires, en El Bolsón, en Bariloche, en San Martín de Los Andes y en La Plata. En este caso se utilizan elementos urbanos para efectuarles alguna modificación, procurando que el transeúnte se sienta atrapado o le llame la atención por ese objeto, sea un árbol, un poste u otros elementos; en otras palabras, se quiere despertar la atención de las personas para que, aquellos objetos que cotidianamente pasan inadvertidos, capturen la atención sea por su colorido o por las distintas particularidades que el artista le pone».
Según Elida, «se trata de una expresión artística popular, urbana y efímera; una forma de manifestación interior del techo que uno tiene, para compartirlo con los demás».
Yarn bombing, en otras palabras, es una forma de expresión consiste en decorar el mobiliario urbano con lana, puede durar años, se consideran no permanentes, y, a diferencia del graffiti, se puede quitar fácilmente en caso necesario. La inspiración vino del movimiento artístico urban knitting (hacer punto o tejer), también denominado como guerrilla knitting o graffiti inofensivo. Consiste en un arte callejero que creó el grupo Knitta de Houston (Texas), fundado en 2005 por dos mujeres. En diciembre de 2007 el colectivo tenía cinco miembros femeninos y uno masculino que guardan el anonimato. Y en la actualidad hay de cinco a doce grupos más en otras partes del mundo.
«Estoy convencida -sostiene Elida Arocas- que en todas las ciudades, en los conglomerados humanos, hay muchas personas que hacen cosas muy atractivas y que están desconocidos, a puertas adentro. Incluso, muchas veces las galerías y museos son ‘de puertas adentro’, a los cuales no toda la gente puede acceder. Sin embargo, esta manifestación artística permite que la gente pase y pueda verlo».
La técnica que utiliza Elida para intervenir este árbol, para vestirlo, es tejido crochet combinando algunas figuras que responden a la técnica del Anigu- rumis, una técnica de origen japonés que consiste en tejer pequeños muñecos. Los amigu- rumis toman forma principalmente de animales adorables como ositos, conejos, gatos o perros, pero también se suelen crear otros muñecos con formas variadas como comidas, plantas, e incluso accesorios como bolsos.
En esta labor, Elida cuenta con la colaboración de varios miembros de su familia, su esposo, hijos, nietos.
Todos los vecinos que deseen, pueden acercarse en el aludido horario para observar el trabajo que se está realizando. Durante el desarrollo de la intervención se contará con la actuación de artistas populares. Debe destacarse, de manera especial, este significativo aporte a la comunidad que, con absoluta generosidad, realiza Elida.
Ciertamente, vestir con tejidos artísticos un árbol no es tarea fácil; pero, sin duda, los frutos que dará esta feliz iniciativa, retribuirá en buena medida la labor acometida por Elida.