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jueves, abril 18, 2024

LOS PROGRAMAS DE EDUCACIÓN SEXUAL

Por Marta Bettoli- nuevejuliense radicada en la ciudad de Mar del Plata.Profesora en Ciencias Biológica (U. N. L. P)

Orientadora en Educación Sexual (C. E. T. I. S)

Generalmente se ha entendido por educación sexual el impartir una serie de charlas desgajadas de todo contexto pedagógico y fuera del horario escolar. Tales conferencias hacían referencia a aspectos biofisiológicos, particularmente en la reproducción humana cuando no de la vegetal y animal, excluyendo otras informaciones y aclaraciones que sobrepasarán los límites estrictamente bilógicos.
Una orientación más correcta, fundamentada en el carácter multisciplinario de la Sexología, está comenzando a surgir en la educación sexual.
En Francia, se realizan una serie de ciclos que se componen de cinco intervenciones, de una duración promedio de dos horas, que son precedidas generalmente por una conferencia a padres. A juicio de algunos expertos en el tema, la experiencia ha sido un fracaso, en la medida en que la clase magistral no soluciona las necesidades existentes. La educación sexual eficaz, parece que no se recibe en forma de cursos.
Un programa no puede servir para satisfacer todos los propósitos, dado que el enfoque variará de una escuela a otra, de un docente a otro, como sucede en otras áreas y aún más en el terreno sexual.
Es evidente que la selección de conocimientos, cualquiera que sea, va a imponer inevitablemente una dirección a la información. El supuesto de limitarlo a los hechos biológicos, no es sino una manera de canalizar la información. El supuesto de limitarlo a los hechos biológicos, no es sino una manera de canalizar la información y modelar actitudes sexuales, falseando y mutilando una visión amplia de la sexualidad humana, imposible ya de silenciar.
El criterio que ha de mediatizar la labor del educador debe de ser las demandas implícitas y explícitas de los propios alumnos/as. Este es un hecho decisivo desde el principio de la planificación de las intervenciones ya que así vistas, se sitúa a un nivel de reeducación sexual que pretende sobre todo desmitificar y deculpabilizar la dimensión sexual humana. En el momento actual creemos que este punto tiene una gran relevancia.
¿ La sexualidad como materia?
Mucho se ha discutido también acerca de la inclusión de las intervenciones en educación sexual, en la currícula escolar o por el contrario crear una disciplina aparte.
A este respecto se observa una casi total unanimidad, a pesar de que existen diversas modalidades en los países donde está implantada la educación sexual escolar.
Se acepta que es necesario integrar la educación sexual en las distintas áreas de enseñanza. La experiencia señala como más productivo al realizar la educación sexual a partir de la integración de las áreas específicas en horas lectivas. El desarrollar este tipo de actividades en horas no lectivas, como una especialidad aparte, supone crear expectativas y realidades poco deseables.
Desde este punto de vista cobra, mayor sentido la idea de que se puede separar la educación sexual, de la educación global, ya que aquella, no es un aspecto más de esta.
No formulamos directamente la cuestión de si la educación sexual debería integrarse o no a la currícula escolar o bien impartirla como disciplina específica, aunque en el programa del COMO, planteada en otro momento, se aclara al respecto.
Si solicitamos la opinión relativa a los contenidos del programa de educación sexual la mayoría consideran que los mismos no deben estar reducido a aspectos exclusivamente biológicos.
El educador español José L. García desarrolló en su país algunos programas en cursos de formación para educadores.
“La intervención en educación sexual no debería realizarse, en una hora específica y en un momento concreto dentro de la escuela, con un carácter de asignatura. Hay una tendencia generalizada a integrar la educación sexual dentro de la currícula escolar en diversas áreas, a través de las cuales se puede abordar el sexo desde la perspectiva que le corresponde. La sexualidad humana no es posible entenderla desde un enfoque unilateral, sino en virtud de su carácter multidisciplinario que permite acercarse desde diversos ángulos y perspectivas, evitando así dar a lo sexual excesiva importancia al aislarlo del resto de las áreas. No se puede en modo alguna, separar la educación sexual de la educación global ya que aquélla, queramos o no, es una parte de ésta”.
En este sentido José Luis García, señala las principales áreas o bloques temáticos de la ley de Educación General Básica de España en donde todos los educadores están implicados. Tales áreas son:
Área de ciencias sociales.
Área de educación cívica.
Área de lenguaje.
Área de expresión artística.
Área de ciencias físico – naturales.
“La pedagogía sexual ha de hacer de un modo continuado, progresivo y acorde a la evolución y desarrollo de los educandos, desde el inicio de la escolaridad.”
“En nuestra opinión no es aconsejable imponer un programa educativo, sino que debe remodelarse en función de las necesidades e intereses de los alumnos/as. Por tanto antes de llevar a cabo cualquier intervención ha de tenerse en cuenta de un modo relevante, la evaluación de las necesidades concretas de los educandos. Muchos programas han fracasado porque fueron diseñados por personas que desconocían las necesidades reales de las personas a los que se dirigían.”
“En el ciclo inicial más que el programa lo que cuenta es la actitud del educador ante las legítimas y naturales demandas del niño/a y ante sus conductas y juegos sexuales”.

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