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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Radio Abierta en Plaza Belgrano

Hoy, sábado,  a partir de las 18 hs. en Plaza Belgrano, integrantes de Nuevo Encuentro, realizarán una radio abierta donde se tratarán distintos temas como «Violencia de Género», Salud: «Derechos del paciente». Inseguridad Vial: «Justicia por Tomás Balhano».

EL TRAGICO FALLECIMIENTO DE TOMÁS BALHANO
(informe realizado por el periodista Federico Asef)
El adolescente nuevejuliense fue atropellado hace poco más de ocho meses por un colectivo en la ciudad de Buenos Aires. Aunque algunos testigos aseguraron que el chofer cruzó el semáforo con luz roja la causa se cerró porque el abogado de la familia jamás se presentó a las audiencias. El imputado Daniel Comesaña quien ya tenía antecedentes por accidentes similares, aun maneja el ómnibus de la línea 6 que une diariamente Retiro con Villa Soldati. La historia de los Balanho sabe a traición e impunidad.
Cadena de desgracias
En la vida de Luis Gerardo Balanho todo se fue derrumbando repentinamente. Tras perder a dos de sus hermanas por diferentes circunstancias, éste hombre de campo de 63 años, sumido en una profunda depresión, comenzó a experimentar ciertos problemas para respirar. Lo que pensó sería sólo una consulta en el Hospital Zonal de Agudos “Julio De Vedia” de su Nueve de Julio natal, terminó con una internación de once días, dolores en la espalda e hinchazón en sus piernas, un diagnóstico que excedía las posibilidades de ese sanatorio, por lo que fue derivado al Hospital “Francisco Javier Muñiz” de la ciudad de Buenos Aires. Allí finalmente le colocaron un implante de silicona en la traquea, lo que le posibilitó poder respirar casi con normalidad. Pero no todo había terminado, ya que Luis seguía sintiéndose maltrecho, y debía volver a Buenos Aires para que le realizaran una serie de chequeos, debido a que el sistema de salud en la ciudad de Nueve de Julio es básico, y la gente debe viajar a otras ciudades cuando no se trata de una afección simple.
Seis meses más tarde, el 18 de junio de 2012, viaja a Buenos Aires con su mujer Claudia Patricia Bustos y su hijo Thomas Luis para que los médicos examinen la prótesis que le permitía respirar y estar vivo. Era una mañana fría de invierno porteño, las calles grises, los edificios oscuros y mucha gente abrigada yendo de un lugar a otro. La consulta en el Muñiz fue breve, más breve de lo que imaginaban. Los Balanho entonces se retiran, caminan y llegan a un hospital vecino, el Garrahan por donde una combi de pasajeros los recogería en las primeras horas de la tarde para devolverlos a Nueve de Julio. La familia se refugia en el interior del sanatorio, el frío es potente, y Luis no se siente del todo bien. Inmediatamente surge la necesidad de comprar pastillas de menta fuerte para aliviar su garganta y un analgésico para su espalda. Thomas que se desvive por su padre, decide hacerse cargo del mandado.
Unos minutos mas tarde regresa con las pastillas, pero olvidó el analgésico, “No importa hijo lo compramos cuando lleguemos a Nueve de Julio” le dice Luis, que en lo único que piensa es en volver a su casa. Ya pasó el mediodía. Thomás de 14 años, estudiante de secundaria, número cinco de las juveniles del Club Once Tigres y monaguillo de la Iglesia Salesiana, hizo el mandado a medias, y está dispuesto a volver a salir. Le deja las pastillas de mentol a su padre y sale a buscar el Actrom. “No hay problema Papucho ya vuelvo”. Pero Thomás no volverá. El adolescente que había estado muy afectado por el estado de salud de su padre, dejará su vida en las manos de Daniel Comesaña un experimentado chofer de 53 años. Los testigos del accidente fueron contundentes: el colectivo de la línea 6 de la empresa Dota S.A. giró a la derecha desde Combate de los Pozos hacia la avenida Brasil con el semáforo en rojo y atropelló a Thomás, que murió en el acto. Y no sólo eso, sino que inmediatamente después de matarlo reacomodó el vehículo como quien quiere borrar evidencias, modificando parcialmente la escena del crimen.
Confianza y Decepción
Luis y su mujer Claudia esperan por Thomás dentro del Garrahan, pero notan que demora, así que comienzan a llamarlo a su celular. Los intentos son varios y no responde. Claudia sale a buscarlo, y enseguida observa como en el cruce de las calles Brasil y Combate de los Pozos se apretujan ambulancias, patrulleros, bomberos y un nutrido racimo de curiosos viendo el desenlace de un accidente recién ocurrido. Intuye que Thomás puede estar ahí observando y se acerca. Con un solo golpe de vista descubre por las zapatillas que es Thomás la víctima de ese enorme colectivo que lo aplasta. Presa de la desesperación se lanza infructuosamente a su rescate, pero el personal de la metropolitana la contiene, aún deben hacerse las pericias.
El chofer Daniel Comesaña fue demorado primero por la Policía Metropolitana que intervino en el accidente, y luego derivado a la Unidad 28 del Centro de Detención Judicial del Palacio de Justicia, ubicado en la calle Lavalle al 1337. En el hecho intervino el Juzgado de Instrucción Nº 13, Secretaría 140, de la Capital Federal a cargo del Dr. Juan Sebastián Schabas Madueño.
La prensa se hizo presente instantáneamente. Algunos canales de noticias muestran imágenes en vivo con cronistas tratando de informar. Los principales diarios nacionales le dedicarán un espacio a ésta noticia en su edición del día siguiente. El hecho que por lo aberrante tomó estado público, no debe quedar impune.
El abogado Eduardo Mandrini conoce a Luis Balanho por circunstancias de trabajo en la provincia de La Pampa. Enterado del hecho levanta el teléfono y le ofrece hacerse cargo de la querella. Los Balanho le depositan toda su confianza y también todos sus ahorros. A pesar que se encuentran en una precaria condición económica porque Luis, debido a sus problemas de salud, hace un tiempo prolongado no puede trabajar, juntan el dinero que les pide el doctor Mandrini y le entregan hasta el último centavo. Esa fue la última vez que lo vieron, y ya nada supieron de él. Nunca les atendió el teléfono ni les devolvió los mensajes éste abogado pampeano que ahora vive en Avenida del Libertador. Tiempo después sabrán que nunca hizo nada por la causa. Que los estafó. Que hubo audiencias decisivas en las que no se presentó, como aquella en la que se revisaron las imágenes que habían tomado las cámaras de seguridad que habrían filmado el accidente. Por las razones mencionadas, la causa no debe ser cerrada. Todavía hace falta aquí la presencia de la justicia. Justicia por Thomas.

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