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jueves, abril 25, 2024

Alicia en el País de las Maravillas

* Por Fernando Durigan (Mentes Abiertas)

Alicia se refugiaba en su mundo imaginario para escapar a una realidad que la atropellaba a cada momento. A su realidad falta de toda dicha, su mundo imaginario la llenaba de momentos especiales. Ella era poderosa. Podía contra todos, y vencía en luchas titánicas donde los malvados eran vencidos. Alicia en el País de las Maravillas, una de las obras culmines cinematográficamente hablando de Walt Disney.
Los relatos fantasiosos nos llenan de alegría el alma. Nos hacen viajar a momentos más felices de nuestras vidas, pero no solucionan los problemas de fondo cuando dejamos de leer, o despertamos. Y es allí cuando nos encontramos solos ante la dura realidad, o la desnudez total de la indefensión. Que nos mientan es algo muy común en la dirigencia política. Siempre las palabras se acomodan a como mejor parados podemos quedar. Con las palabras se intentan explicaciones a cuestiones que muchas veces, o rara vez, se le encuentra explicación. Nos han dicho en este tiempo que todo está bien. Por más que las calles se rompan. Por más que la ciudad se inunde cada vez que llueve. Por más que nos intenten explicar que las demoras en los tiempos que ellos proponen, no son su culpa, sino siempre de un tercero. Aun recuerdo aquel titular en el matutino de la ciudad, donde decía: “solicitamos la construcción de 1800 casas”. Esto era por el año 2008. Hoy la realidad, lejos del país de Alicia, nos demuestra que no se llegó ni siquiera al 1%. Y no hablo de “soluciones habitacionales”, que son sólo mejoramientos de cosas que ya están. Sino de la construcción plena de casas. Desde el cimiento. Lo aclaro para que se entienda.
El nuevo relato viene lleno de números. Y de silencios. En la campaña pasada en sus raids mediáticos, se los escuchaba, de golpe amigados con el poder provincial. Luego hablando de que los números estaban todos en orden. Y ya lo dice el dicho: Uno es dueño de sus silencios, y esclavo de sus palabras. Sucede que cuando se inauguraron las sesiones ordinarias, el mismísimo Intendente dijo que reconocía una deuda de 6 millones 300mil pesos. ¿Y los números en orden? Pero aún más curioso resulto el comentario sobre el “faltante” de 8 millones. Pocos alzaron la voz. Prefirieron la omisión de lo dicho. Y todo quedó sepultado en otras nimiedades. En la pelea mediática de la oposición. En la conformación de la mesa del HCD. En fin, de lo que faltaba, poco y nada. Más bien nada. Sucede que hoy, entrando en la web del honorable tribunal de cuentas de la pcia de Bs. As. me encuentro con el fallo, donde se sanciona al Municipio de 9 de Julio, a la friolera de una multa de más de 2 Millones de pesos. No es un dato menor si tenemos en cuenta que hace 4 años que no se aprueba la rendición de cuentas porque los números no cierran. Hablamos del ejercicio del año 2010, año no electoral. La pregunta que se impone es: ¿qué pasará entonces con la del 2011? Con lo que la campaña se llevó. Los compromisos políticos asumidos. Esperemos que esta vez el relato tenga otro final. Por si no me cree, acá le dejó la resolución del HTC. “La credibilidad es como la virginidad, una vez que la perdes, no la recuperas mas”. Y ante tantos hechos anunciados, y postergados, creer hoy es más bien una utopía.

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