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jueves, abril 25, 2024

Lenguas indígenas que van desapareciendo

* Por la Dra. Olga Fernández Latour de Botas

Mi querida amiga chilena Karen Müller Turina, distinguida estudiosa hija del eminente antropólogo don Oreste Plath, me ha enviado un texto de Mariana García, periodista del diario porteño Clarín, sobre lenguas indígenas americanas publicado en dicho medio el 12 de marzo de 2012. Lo recibido dice así:

«Apenas quedan 13 lenguas de las 35 que se hablaban en el país. La mayoría de las que sobreviven están por extinguirse, pero intentan salvarlas.

No es algo nuevo ni autóctono.

Cada catorce días una lengua desaparece en todo el mundo y se calcula que para el año 2.100 habrán desaparecido la mitad de las siete mil lenguas que hoy existen. Estos datos fueron elaborados por un grupo de lingüistas norteamericanos del instituto Living Tongues quienes junto a National Geographic crearon el proyecto Enduring Voices (Voces Duraderas) para rescatar esas lenguas que están a punto de desaparecer.

En Argentina, por ejemplo, encontraron que todavía subsisten cuatro personas que hablan tehuelche y otras cinco que pueden hacerlo en puelche , dos lenguas que se creían desaparecidas. “Nosotros comenzamos con este proyecto para documentar algunas de las lenguas que más peligro corren en el mundo y también para ayudar a las comunidades en la revitalización de su lenguaje”, explica David Harrison.

Además de trazar un mapa con las zonas donde más peligro corren las lenguas autóctonas, el equipo busca documentar y grabar las voces de cada comunidad . Argentina está en la lista de los próximos viajes. La zona figura como nivel “alto” de amenaza. Dos de esas lenguas son el vilela –de la que quedan sólo 20 personas que pueden hablarla– y el tapieté.

Pedro Barcia, titular de la Academia Argentina de Letras señala algunas de las causas que empujan la desaparición de una lengua. “Son varios factores como el avance hegemónico de lenguas fuertes como el español o el inglés, las migraciones internas que hacen que los nativos abandonen gradualmente su lengua, por la ausencia de maestros bilingües y también porque las nuevas generaciones prefieren hablar una lengua de integración con un ámbito social mayor”. Barcia agrega que los esfuerzos en nuestro país por revitalizar estas lenguas son “muy precarios, la asistencia económica e intelectual es mayor de los organismos internacionales”.

Gregory Anderson, miembro de Enduring Voices, señala que además de un interés “obvio” como lingüista también hay un “componente de derechos humanos” que motiva el proyecto.

El cacán, la lengua de los diaguitas, se perdió hace más 200 años. Del tonocoté de nativos del Gran Chaco sólo quedaron registradas dos palabras, gasta (pueblo) y gualamba (grande). Charrúa, abippón, chané, ona, alacaluf, allentiac, yagán. Todas fueron lenguas que algunas se hablaron en el país. Hoy ya no queda nadie que pueda pronunciarlas.»

Demás está decir que me interesa mucho este tema de las lenguas americanas y, en general, el de las lenguas minoritarias de todo el mundo, porque pienso que la lengua constituye el elemento más rico en datos sobre los factores integrantes de una cultura vistos desde un enfoque cognitivo émico de su deasarrollo y de sus adaptaciones funcionales a través de la historia.

En el texto de Mariana García, que es muy buena síntesis, se parte de una premisa especiosa: «Algunas desaparecieron tan rápido como la tierra comenzó a llenarse de conquistadores» . ¿Creemos seriamente que los conquistadores con lenguas diversas empezaron a llegar y a llenar la tierra a partir del primer viaje de Colón? ¿No eran acaso imperios expansivos y conquistadores los que antes de 1492 habían desarrollado sus civilizaciones en tierras de lo que, después de Colón, comenzó a pensarse a sí mismo como un continente? Evidentemente constituye una visión reduccionista de la prehistoria y de la historia americanas la de ignorar los procesos de cambio, pacíficos o compulsivos, que se operaron antes de que, gracias a la llegada de esos conquistadores venidos de Occidente, empezó a poder ser objeto de observación, de documentación e incluso de preservación para el resto de la Humanidad.

¿Qué es lo que impide el crecimiento en el número de hablantes de las lenguas supervivientes? Atento a que en ningún país del continente se halla en la actualidad prohibido el cultivo de determinadas formas del habla, lo que el trabajo de campo indica como más extendida causa de la desaparición de estas lenguas es la caída de su funcionalidad. La lengua madre de personas cuyas familias las practicaban en determinado habitat del cual surgían los elementos por ella nombrados dejó de satisfacer sus necesidades de comunicación. Designadores cuya familiaridad y frecuencia fueron cambiando cuando las nuevas generaciones se trasladaron a núcleos urbanos mayores, donde desearon y necesitaron fundirse en la masa emparejadora, no encontraron siquiera a qué aplicarse cuando eran relativos a la tierra, a la flora, a la fauna, a las formas peculiares de sociabilidad, a los tabúes y a las creencias que quedaron en su lugar de origen. El caso de las adivinanzas es paradigmático porque esos enigmas lúdicos no tienen sentido cuando el receptor de la pregunta no conoce la respuesta y el emisor lo sabe. Y ya hemos sostenido antes de ahora que el enigma es una expresión potenciada del semema.(OFL de B, El enigma y el mensaje.Homenage a Wittgenstein en su centenario, en Letras, FFyL /UCA, 1989)

La cultura no retrocede desandando caminos, aunque sí puede hacerlo equivocándolos. Es para mí una estrategia errónea y nociva la de comenzar con reproches hacia los europeos el abordaje de cualquier tema relacionado con los pobladores que hallaron Colón y sus seguidores de 1492 en adelante en que hoy conocemos como Continente Americano. Tampoco los chiriguanos deberían condicionar su existencia actual y sus cambios lingüísticos al «extrañamiento» o trasplante de que los hicieron objeto los Incas, sino a su derrota guerrera y a los cánones de su lugar y su tiempo. Y qué decir del cacán diaguita que fue suplantado en relativamente corto tiempo y en procesos por lo general pacíficos, por la fuerza del quechua, la poderosa lengua general del Perú. Por lo demás, una cosa es la existencia de hablantes y otra la del conocimiento de repertorios lingüísticos que dejaron de ser funcionales para sus portadores a causa de los procesos históricos de cambio cultural, como muy bien lo ha señalado el doctor Barcia en el párrafo seleccionado por la autora del texto a que nos referimos. Este es el caso de los Artes y Vocabularios de lenguas aborígenes americanas uno de cuyos primeros inventarios más completos encontramos en la obra de Bartolomé Mitre Catálogo razonado de la sección lenguas americanas. (Buenos Aires, Museo Mitre.1909-1910). Por nuestra parte, hemos hallado en la ciudad de Módena (Italia),. copias de Artes y Vocabularios maravillosamente trabajados por misioneros jesuitas, de lenguas como Tonocoté, Lule, Mbya y otras,. Algunos de ellos eran desconocidos y sus copias microfilmadas, que hemos donado, se encuentran desde hace casi diez años en nuestra Academia Nacional de la Historia donde nadie las ha trabajado profundamente hasta hoy.

Bienvenidos los aportes de la National Geographic siempre que no lleguen como mensajes anacrónicos contrarios a los procesos de conquista y colonización de América Hispana cuyas connotaciones ideológicas y dogmáticas son bien conocidas y, por el contrario, que nos muestren – para aprender de ellos- los métodos utilizados y los resultados obtenidos 1) en comarcas influídas por imperios precolombinos , 2) en países hablantes del inglés, del francés, del holandés, del ruso, del chino, del árabe o del portugués, entre otros, como lenguas colonizadoras; 3) en las regiones de Europa y del mundo entero donde se están descuidando peligrosamente los dialectos o lenguas de hablantes numéricamente minoritarios.

La historia no vuelve atrás pero es posible estudiarla científicamente en todos sus aspectos siempre que se lo haga con objetividad y no con intenciones subliminares que la denigran. No hemos encontrado un sinónimo de la palabra «libertad» en las lenguas aborígenes americanas precolombinas consultadas. Si existió aspiramos a hallarlo y pedimos ayuda para ello.

* Fuente: ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS.

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