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Nueve de Julio
martes, abril 23, 2024

En bici desde Ushuaia a Alaska, pasando por 9 de Julio

Arribó a 9 de Julio un ciclista de 29 años que viene desde la ciudad de Ushuaia con la misión de llegar en dos años hasta Alaska. Pasó la noche en la Ciudad y hoy temprano partió rumbo a Suipacha, para estar dentro de dos días en Buenos Aires.

Para Guillermo Federico Aimar (oriundo de San Martín, Buenos Aires) unir Ushuaia y Alaska en bicicleta -según le explicó a EL 9 DE JULIO- forma parte de algo más que un hobby, para él es una muestra de un estilo o una forma de vida.
Tal como lo informa en su página de facebook que se denomina «Proyecto Ushuaia Alaska» dónde lo siguen miles de seguidores, el objetivo es «ir visitando instituciones infantiles como colegios, hospitales, etc., para compartir en ellas las experiencias y expectativas de este viaje por toda América, cuyos límites geográficos son cosas de grandes y no de chicos».
El proyecto Ushuaia-Alaska es una travesía que tiene por fin unir en bicicleta los dos extremos del continente americano. Partiendo desde Ushuaia, la ciudad más austral del continente, la meta es hacer más de 32.000 kilómetros que separan esta ciudad de Proudhoe Bay, en el Estado de Alaska.
Este proyecto es acompañado por Save the Children – Argentina y auspicia este proyecto el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación.
Salió hace dos meses de Usuahia, el 22 de junio y lleva más de 3.000 kilómetros recorridos. «La idea es llegar a Alaska dentro de dos años aproximadamente», comentó.
En el camino visita instituciones infantiles y es así que los chicos firman un libro de viaje. «La idea es ir hermanando las diferentes culturas y realidades que existen entre los diferentes chicos de América», expresó.
Aimar siempre tuvo pasión y hábitos de buen deportista. Anteriormente corría en pruebas de ultrama- ratón y utilizaba su bicicleta para llegar a distintas sedes en que había competencias. Es así que adquirió experiencia en viajes en bicicleta desde Buenos Aires a Trelew y a Bariloche, parando en ciudades o en la ruta y notando que a los chicos les llamaba mucho la atención.
«Empecé a pensar la idea de hacer un viaje largo y no sólo quería que sea una experiencia para mí. Quería dejar algo en los lugares que visitaba. Fue así como se me ocurrió visitar escuelas, y compartir la imaginación de los chicos en la aventura como algo significativo», así se le ocurrió el sentido de la misión.
Guillermo renunció a su trabajo y vendió su auto antes de decidir el viaje. Estudió Ciencias Políticas. «El año pasado hice un Master y trabajaba para un proyecto del Banco Mundial denominado Proyecto de Modernización del Estado», sostuvo.
«Esto no lo veo como un hobby. Cambié mi forma de vida. Lo veo como una evolución, no como que dejé todo en stand by. Es una evolución porque «lo que vivo en el viaje, ningún libro me lo va a dar. Lo tomo desde ese lugar» comentó el ciclista muy seguro del gran cambio.
Aimar señaló que con el armado de la página y de las visitas, siente algo así que esta expedición se lo toma con la responsabilidad similar a la de un trabajo por más que no lo sea. «Es algo que me gusta hacer y sin querer está implicado todo lo que estudié» señaló en la entrevista con nuestro medio.
«Salí con la idea de hacer la vuelta al mundo, pero no sé porque por ahí dentro de dos años mi cabeza cambia y hago otra cosa. No me voy a aferrar a la idea si tengo ganas una vez que llegue a Alaska me cruzo a Asia y seguiré», señaló.
Cada día hace entre 90 y 130 kilómetros de distancia. Sus paradas dependen de las condiciones climáticas, entre ellas el viento que puede ser un aliado si está a favor o un obstáculo si lo tiene de frente. Aunque si hay un pueblo que lo está esperando a 60 kilómetros también puede acortar la distancia por esos motivos.
Salió en la mañana del jueves 30 de Pehuajó y por la tarde, después de recorrer 100 kilómetros, llegó a 9 de Julio a las 15 horas. Enseguida comenzó a establecer relaciones «sociales» con nuevejulienses que despertaron curiosidad, con mates de por medio en comercios de la zona céntrica, se corrió la voz de su llegada y hubo gente que se acercó a saludarlo.
«Venía mentalizado con hacer noche en 9 de Julio» señaló el viajero al que le gusta ser sorprendido por el día a día. Con toda la tranquilidad del día dice me faltan más de 30 mil kilómetros, pero sería mucho si lo hiciera en forma lineal, reflexionó Aimar…

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