* Por Carola Uahb.
La caída de las hojas es una de las adaptaciones evolutivas de las plantas caducifolias para sobrevivir a las condiciones rigurosas del invierno. La abscisión es un fenómeno de ocurrencia periódica debido a la formación de una capa de células entre el pecíolo de la hoja y el tallo que la sostiene. La capa celular se va completando hasta que la hoja sólo queda unida por los conductos de savia que finalmente se quiebran por efecto mecánico del viento o por peso. La abscisión está determinada por varios estímulos ambientales: acortamiento del día, menor intensidad lumínica y menores temperaturas. Estos cambios producen la disminución de ciertas hormonas ,reguladoras del crecimiento vegetal. Dicho decrecimiento hormonal determina que las hojas comiencen a envejecer.
¿PORQUÉ APARECEN NUEVOS COLORES EN LAS HOJAS
EN EL OTOÑO?
Contrariamente a lo que se piensa, la coloración de las hojas no depende de las heladas; las heladas tempranas reducen la abundancia y brillantez al matar o dañar las hojas antes de que los pigmentos alcancen su máximo desarrollo. Aparentemente, la secuencia que conduce a la coloración otoñal comienza a fines del verano cuando la planta cesa su elaboración de clorofila. A medida que la clorofila va desapareciendo, los pig- mentos amarillos presentes en las hojas se evidencian. Los colores de mayor realce en el paisaje otoñal son los rojos, naranjas y púrpuras que son producidos por otros pigmentos que toman fuerza (antocianinas). Esto se debe a que en otoño las hojas contienen más azúcar que en cualquier otro momento del año pues la disminución de la temperatura reduce el movimiento de azúcares dentro de la planta. El exceso de azúcar que permanece en las hojas es convertido en antocia ninas. A mayor intensidad lumínica mayor producción de antociani- nas; por lo tanto, los días brillantes de otoño y los lugares soleados son favorables para una mejor coloración otoñal.
Las variables genéticas y ambientales influyen en el color de las hojas. El lugar de procedencia de una planta y su parentesco tienen importancia en la determinación de su color. La selección vegetativa (por esquejes, cultivo de tejidos, etc) es más adecuada para fijar la característica deseada que la selección por semillas en las cuáles la variabilidad genética es mayor.
El medio ambiente juega un papel muy significativo en la aparición del color. La temperatura, las sombras y la edad de las hojas afectan la intensidad del color. La cantidad de nutrientes también influye en este fenómeno. Un experimento realizado en demostró que una dosis baja de nitrógeno (50 ppm) durante tres meses determina una coloración otoñal dos semanas antes que aquellas plantas con altas dosis de nitrógeno (300 ppm). El azúcar que debía ser destinado a formar los pigmentos se une al exceso de nitrógeno para formar proteínas, disminuyendo por lo tanto la coloración. Está claro que la coloración otoñal es un fenómeno bastante impredecible, sin embargo, el equinoccio de otoño marca el inicio de una nueva estación con sus propios ritmos y su romanticismo único.
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