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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

Comenzó el primer fin de semana de la Feria cargado de propuestas para todos los lectores

Un plato fuerte para la platea infantil llegó el primer sábado. Un proyecto escolar dispara una nueva aventura en el mundo de Natacha y sus amigos: Nuestro Planeta, Natacha, es la nueva historia con la que Luis Pescetti convocó a chicos y grandes a la Feria. Llenó la sala de fieles seguidores y les regaló la lectura de fragmentos de éste, su nuevo libro. No faltaron canciones y hasta hubo tiempo para el sorteo de los muñecos de sus personajes. Además, aprovechó la ocasión para presentar a Pablo Fernández, el ilustrador que dio vida a los protagonistas.

Otra actividad que congregó a los más pequeños fue la mesa en la que Sendra respondió preguntas de los chicos. Un mano a mano con el dibujante llenó de color la sala Javier Villafañe. Y la compañía de teatro El Juglar ofreció Jugando cuentos, un espectáculo pensado para acercarse a la lectura a través del juego.

También hubo espacio para los premios. Claudia Piñeiro y Federico Jeanmaire presentaron El imitador de Dios, el libro de Luis Lozano, ganador del Premio Clarín de Novela 2011.

Las artes y las ciencias siempre participan de la Feria. La matemática convoca y Adrián Paenza lo hizo de nuevo con la presentación de Cómo, ¿esto también es matemática?. El cine hace su aporte con una mesa para pensar sobre La importancia del guión cinematográfico con Daniel Burman, Joseph Cedar y Anahí Berneri.

La presentación de los libros de Laura Di Marco, La Cámpora, El y Ella, de Luis Majul, y el de José Pablo Feinmann, Peronismo II fue el toque político de la jornada.

Una visita esperada
Varias horas antes de lo programado la fila comenzó a poblarse de gente que intentaba conseguir un lugar dentro de la sala José Hernández para ver a Eduardo Galeano. La visita del escritor uruguayo fue un lujo que se dio la Feria, luego de varios años sin su presencia.

Presentó su nuevo libro Los hijos de los días, con un espectáculo que pudieron disfrutar alrededor de mil personas adentro de la sala y unas 800 más, desde las pantallas colocadas afuera, en proyección simultánea.

Apenas comenzado el acto, sentado en su sillón y con su inconfundible voz, anunció: “Les voy a contar alguna de esa historias de los hijos de los días…” y los aplausos estallaron.

Una falla en el sonido provocó el grito de algunas personas: “No se escucha”. Enseguida alguien le acercó un segundo micrófono: “Me parece demasiado”, dijo, modesto. Pero agregó: “Este es el que quería, porque mejora las palabras”. Segunda ovación de la noche.

Con un público mayoritariamente joven y en un clima de mucha emoción, leyó algunos fragmentos de su nuevo trabajo. A medida que avanzaban las lecturas fue arrancando ovaciones adentro, que se replicaron afuera. “Abracadabra en hebreo antiguo quiere decir envía tu fuego hasta el final», lee y la comunión de casi dos horas, el encuentro esperado entre el autor y sus lectores se había cumplido.

* Prensa Feria del Libro.

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