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Nueve de Julio
martes, diciembre 2, 2025

Monseñor Torrado Mosconi visitó la misión en Mozambique


Entre el 24 y el 28 de noviembre de 2024, monseñor Ariel Torrado Mosconi, Obispo de la diócesis 9 de Julio, emprendió una visita a Mozambique con el propósito de acompañar la labor misionera del presbítero Guillermo Gómez, sacerdote diocesano que desde principios del año en curso se desempeña en Nacala.
«Mantener viva la esperanza de poblaciones carentes de algo tan básico como el agua, amenazadas por una guerra civil que lleva décadas, es el cometido que engloba las mil y un tareas que implica la misión», declaró el prelado durante su estadía en territorio mozambiqueño, sintetizando así la naturaleza integral de una empresa que trasciende lo estrictamente sacramental para abrazar las dimensiones más urgentes de la promoción humana.
Al arribar a Mozambique, monseñor Torrado Mosconi fue recibido por monseñor Alberto Vera Aréjula, obispo español de Nacala, quien ofició como anfitrión en la sede episcopal. El encuentro entre ambos pastores propició un intercambio fraterno sobre experiencias pastorales y las necesidades específicas de sus respectivas jurisdicciones eclesiásticas, evidenciando los vínculos de comunión que trascienden fronteras geográficas en el servicio pastoral contemporáneo.

LA MISION EN QUIXAXA
Desde la ciudad sede, monseñor Torrado Mosconi se trasladó por caminos de difícil tránsito hacia la localidad de Quixaxa, centro de la misión encomendada al padre Gómez. En compañía del misionero polaco Marcin Smit y del laico Pablo Teijo, quienes lo acompañaron en diversos momentos del recorrido, el prelado concelebró la santa Misa y participó de una procesión por la aldea que incluyó la bendición de viviendas.
La jornada se extendió en una convivencia comunitaria que congregó a los habitantes locales en torno a un almuerzo fraterno, seguido de manifestaciones culturales que comprendieron música, canto y danzas tradicionales, además de actividades recreativas para niños y jóvenes. La celebración constituyó un testimonio viviente de la integración entre fe y cultura que caracteriza el trabajo misionero en contextos de arraigo comunitario profundo.

EN NAMPULA
La agenda pastoral prosiguió con una visita a la ciudad de Nampula, donde monseñor Torrado Mosconi se reunió con la comunidad de sacerdotes Misioneros del Verbo Divino. Durante el encuentro fraterno, el obispo se interiorizó sobre el estilo, planificación y emprendimientos misioneros que esta congregación desarrolla en la región, abarcando desde el primer anuncio del Evangelio y el catecumenado de adultos hasta obras concretas de promoción humana, tales como la perforación de pozos de agua y proyectos en los ámbitos de salud y educación básica.

EN TOFO
El itinerario concluyó en la comunidad de Tofo, perteneciente a la diócesis de Inhambane, donde el obispo fue recibido por monseñor Ernesto Maguenge, prelado mozambiqueño oriundo de la región de Maputo. En esta localidad, la asociación pontificia «Scholas Occurrentes», inspirada por el Papa Francisco y denominada en castellano «Escuelas para el Encuentro», despliega proyectos de promoción humana centrados particularmente en el ámbito educativo, empleando como mediadores pedagógicos el arte y el deporte.

TRAYECTORIA MISIONARIA DEL PADRE GUILLERMO
El presbítero Guillermo Gómez, quien hasta su envío a Mozambique se desempeñaba como párroco de la Inmaculada Concepción de Lincoln, había realizado previamente una experiencia misionera en el mismo país africano. Su actual compromiso en la diócesis de Nacala reviste carácter estable y abarca el servicio integral propio de toda misión: desde el primer anuncio evangelizador y el catecumenado para quienes abrazan la fe cristiana, pasando por la pastoral sacramental y catequética común a toda comunidad eclesial, hasta la participación activa en proyectos de desarrollo humano orientados a satisfacer necesidades fundamentales en materia de alimentación, nutrición, salud y educación.

JUNTO A LOS MAS NECESITADOS
La visita de monseñor Torrado Mosconi a Mozambique constituye un testimonio elocuente de la dimensión universal de la Iglesia y del compromiso diocesano con la misión *ad gentes*. En un contexto marcado por la escasez de recursos básicos y las secuelas de un conflicto prolongado, la presencia del pastor junto a su presbítero misionero subraya la convicción de que la evangelización auténtica no puede disociarse de la promoción integral de la dignidad humana. La experiencia compartida con comunidades locales, obispos misioneros y congregaciones religiosas configura un modelo pastoral que integra anuncio evangélico, celebración litúrgica y servicio caritativo, recordando que la esperanza cristiana se sostiene no solo con palabras, sino con obras concretas que transforman la realidad cotidiana de los más vulnerables.

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