22.8 C
Nueve de Julio
domingo, octubre 19, 2025

Dr. Roberto F. Baztarrica. Vida y legado de un cirujano, apasionado por la medicina y por el deporte

– Graduado como Médico en 1944, ejerció su profesión en 9 de Julio, en su consultorio particular de la calle Libertad entre La Rioja y Cavallari.
– Prestigioso cirujano, fue director y presidente del Sanatorio «9 de Julio» en diferentes períodos.
– Se desempeñó, asimismo, como cirujano en el Hospital «Julio de Vedia», cuya sala de cirugía lleva su nombre.
– Miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Digestiva.
– Fue un activo dirigente del Club «San Martín».

Su figura ocupa un lugar central en la historia de la medicina de la ciudad de 9 de Julio. Supo conjugar su vocación médica con un espíritu profundamente comunitario, volcado al deporte y la vida institucional. Brillante cirujano, dirigente y amigo, dejó una impronta que aún resuena en la memoria colectiva. Su vida, atravesada por el compromiso y la dedicación, constituye un ejemplo de entrega a la profesión y a la comunidad.
Roberto Fermín Baztarrica nació había nacido el 12 de diciembre de 1916. Era hijo de Santiago Baztarrica y Rosa Cirigliano y miembro de familias con hondas raíces locales. Por línea paterna, descendía de Martín Baztarrica, quien había llegado a estas tierras en compañía de las tropas fundadoras comandadas por el general Vedia. Su abuela, Sebastiana Mugarza, fallecida en 1909, también pertenecía a una familia de fuerte raigambre social. Este linaje de arraigo, junto con el profesionalismo que le caracterizó, marcaría la inserción de Roberto en la vida social y profesional de 9 de Julio.

Doctor Roberto Baztarrica.

FORMACIÓN Y VOCACIÓN MÉDICA
Con un temprano interés por las ciencias de la salud, Baztarrica inició su carrera universitaria en medicina. En 1944 obtuvo su doctorado en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata, iniciando un camino que habría de recorrer con pasión durante casi medio siglo. Su formación no se limitó a lo académico: buscó constantemente perfeccionarse en las mejores instituciones del país. Viajaba con frecuencia a la Escuela Quirúrgica de Graduados de los doctores Enrique y Ricardo Finochietto, en el Hospital Rawson, donde se nutría de los avances en cirugía junto a su amigo entrañable, el doctor Vicente Martín.

EL EJERCICIO PROFESIONAL EN 9 DE JULIO
Tras su graduación, Roberto Baztarrica instaló su consultorio en la calle Libertad, entre La Rioja y San Luis (hoy, Cavallari). Desde allí atendió a generaciones de vecinos con una combinación de destreza técnica y trato humano. Fue director del Sanatorio “9 de Julio” y médico del Hospital “Julio de Vedia”, cargos que desempeñó con un equilibrio ejemplar entre autoridad y servicio.
Su labor como cirujano lo convirtió en referente indiscutido: era considerado “uno de los más magistrales bisturíes de la zona”, tal como han sabido reflejarlo sus contemporáneos. La sala de cirugía del Hospital Zonal Provincial de 9 de Julio lleva hoy su nombre, testimonio del reconocimiento a su trayectoria y aporte a la medicina local.

EN LA SOCIEDAD DE CIRUGIA DIGESTIVA
El espíritu inquieto y la visión de Baztarrica trascendieron el ámbito local. En 1974, fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Digestiva, lo que lo integró al círculo de los grandes profesionales de la disciplina en el país. Su búsqueda constante de actualización lo vinculaba periódicamente con los principales centros quirúrgicos de Buenos Aires, asegurando que los avances médicos llegaran también a su ciudad natal.

HUMANISMO Y DOCENCIA
Más allá de la práctica médica, Baztarrica fue un hombre de vasta cultura. Sus intervenciones públicas combinaban rigor intelectual con un estilo cercano y poético. Su discurso en las Bodas de Oro del Sanatorio “9 de Julio”, por fortuna preservado en formato audiovisual, constituye una pieza de oratoria ejemplar. Allí, subrayaba la importancia de mirar hacia atrás con gratitud y reconocer a los pioneros que habían hecho posible el presente.

EL DEPORTE Y EL CLUB «SAN MARTÍN»
El fútbol fue otra de las pasiones de Baztarrica. Desde su juventud, contribuyó a dar forma al destino del Club Atlético «San Martín», institución a la que acompañó como dirigente y entusiasta. El deporte, en su visión, era un espacio de comunidad y de forja de valores, inseparable de la vida cultural y social de 9 de Julio.
En 1949 presidió la Subcomisión de Automovilismo del Club Atlético “San Martín”. Entre 1957 y 1960 ejerció la presidente de la comisión directiva de la misma entidad.
Entre las muchas anécdotas atractivas que se refieren a la presencia del doctor Roberto Baztarrica en el Club “San Martín”, hay una que ha quedado documentada en los anales de la institución:
José Luis Zabala llegó a jugar en la primera de Boca, lo que no es poco. Después fue a Estudiantes y ya en 9 de Julio, vistió la camiseta de San Martín, como lo había hecho su padre en la década de 1940.
Fue campeón en 1977, y ya como entrenador, ascendió con el equipo de 1985 y un año después volvió a aportar sus conocimientos para una nueva vuelta olímpica. En la madrugada de un domingo, el doctor Baztarrica, le recriminó el estar despierto tan tarde, cuando ese día debía jugar contra Libertad, en la cancha de Once Tigres.
– “No se preocupe -le dijo-, que haré un gol para usted”.
Ya en el partido, Zabala paró la pelota, buscó cerca del alambrado al doctor Baztarrica y le gritó:
– “Es para usted, doctor”, y siguió hasta convertir enseguida el gol.

PALABRAS FINALES
Roberto Fermín Baztarrica, seguía activo en su consultorio y en la sala de cirugía cuando, el 3 de enero de 1989, falleció en plena actividad profesional. Sus restos fueron sepultados en el cementerio local, en el mausoleo familiar que fuera diseñado por su hermano, ingeniero civil. Su personalidad quedó grabada en la memoria popular: aire campechano, simpatía, buen humor y un trato cálido con pacientes y amigos.
Era hombre de consulta permanente, tanto en cuestiones médicas como en los más diversos temas. Encarnó la síntesis entre el compromiso profesional y la vocación comunitaria. Médico brillante, dirigente deportivo, orador culto y vecino entrañable, supo conjugar ciencia, cultura y amistad en una vida de conducta intachable. Su memoria perdura no solo en las instituciones que ayudó a consolidar, sino también en el recuerdo agradecido de quienes lo conocieron.

Más noticias