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martes, septiembre 30, 2025

Doctor Ernesto Mario Abdala. Su fallecimiento

El sábado último se conoció en nuestra comunidad la noticia del fallecimiento del doctor Ernesto Mario Abdala, conocido médico nuevejuliense.
Nacido el 20 de noviembre de 1939, el doctor Ernesto Abdala, fue un hijo de esta comunidad, en la que habría de desarrollar gran parte de su vida y de su labor profesional. Había cursado sus estudios primarios en la Escuela N.º 1 y continuó luego en la Escuela Nacional de Comercio, de la cual egresó en 1957, mostrando desde temprano una vocación marcada por la disciplina, el esfuerzo y la constancia.

Doctor Mario Abdala.

Movido por una prematura inclinación hacia las ciencias médicas, se trasladó a Buenos Aires para cursar la carrera de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Allí, en un clima de exigencia académica y de efervescencia intelectual, se formó bajo el influjo de una de las casas de estudios más prestigiosas de la Argentina, con una generación de prestigiosos profesores, cuyos nombres hoy ya son parte de la historia de la medicina argentina. Finalmente, el 4 de enero de 1965, alcanzó el título de médico, coronando años de estudio riguroso y dedicación constante.
Su primera experiencia profesional estuvo ligada al Instituto de Cirugía de Haedo, donde se desempeñó durante seis años en el Servicio de Ginecología. Esta etapa resultó decisiva: le permitió consolidar saberes técnicos y clínicos, al tiempo que afianzaba su inclinación hacia la tocoginecología, especialidad que lo acompañaría a lo largo de toda su trayectoria.
El 2 de enero de 1971 regresó definitivamente a su ciudad natal, incorporándose al Hospital “Julio de Vedia”. Allí llegó a ocupar el cargo de jefe de obstetricia, desempeñándose con reconocida solvencia profesional y humana. Paralelamente, ejerció en el Sanatorio “9 de Julio” y, tras la fusión de este último, en la Clínica Independencia, además de mantener la atención en su consultorio particular.
Su labor médica fue siempre inquieta, abierta a los nuevos horizontes que la ciencia proponía. Tras el fallecimiento del doctor Humberto Benavídez, en 1983, comenzó a incursionar en el campo del diagnóstico por imágenes, perfeccionándose en la ecografía. Con admirable disciplina, viajó durante un año, semana tras semana, al Hospital Durán de la ciudad de Buenos Aires, donde perfeccionó sus conocimientos en esta técnica.
La vida institucional también lo contó entre sus protagonistas. Fue presidente del Círculo Médico de 9 de Julio, espacio desde el cual contribuyó al fortalecimiento de la profesión y a la defensa de sus principios éticos. Asimismo, desempeñó funciones como jefe de prestaciones médicas de PAMI, aportando su experiencia y criterio en la organización de un sistema destinado a la atención de los jubilados y pensionados.


Tras cuarenta años de fecunda labor en el campo de la tocoginecología, decidió retirarse de la práctica médica en el año 2011. Para entonces, su nombre ya se hallaba profundamente ligado a la historia de la medicina nuevejuliense, con el reconocimiento de colegas y pacientes que habían sido testigos de su dedicación.
Ya retirado de su profesión, Abdala no abandonó el cultivo de otras inquietudes. Incursionó en la música, destacándose como ejecutante de guitarra, y se dedicó con entusiasmo a la fotografía, junto a otros campos de interés personal que le permitieron desplegar su sensibilidad artística y su curiosidad intelectual.
El doctor Ernesto Mario Abdala deja tras de sí una vida marcada por el compromiso con su ciudad, con el arte de curar y con cada persona que depositó en él su confianza. Su legado se inscribe como el de un médico íntegro y una persona de bien.

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