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Nueve de Julio
domingo, septiembre 7, 2025

Florencia Bravo: «el teatro es magia compartida»

20 temporadas con el Grupo de Cáritas

En el marco de la temporada 2025 de Agosto a Todo Teatro, la actriz Florencia Bravo cumplió 20 años con la actuación. Días pasados recibió el saludo de sus compañeros y el reconocimiento del público, para alguien que se ganó un lugar desde muy joven y fue creciendo para alcanzar su presencia en el escenario teatral. En una entrevista Florencia compartió su experiencia.

– ¿De qué manera te sumaste al Teatro de Cáritas? ¿Qué te motivó?
Me incorporé al Grupo de Teatro de Cáritas cuando mi mamá habló con Sergio Pignataro para comentarle que yo me quería sumar, que me encantaban las obras. Sergio me conocía y sabía que era su fan, ja, ja, ja. Entonces habló con el director, Eduardo Bonoldi, me llamaron a una reunión y desde ahí ya formé parte del grupo. Me motivó que desde chica siempre me gustó disfrazarme, actuar y bailar. También mi papá, por su trabajo, influyó mucho: yo hacía personajes en sus programas. Cuando vinimos a vivir a 9 de Julio conocí al Grupo de Teatro de Cáritas por él, porque en su momento iba a hacer notas a los ensayos, filmaban los ensayos generales, cubrir las temporadas y se divertían mucho, en casa se esperaba mucho AGOSTO A TODO TEATRO. Yo siempre decía que me encantaba. De hecho, de chica iba a ver todas las obras: las 10 funciones que daban, y si agregaban alguna más, también estaba ahí. A veces iba dos o tres veces con ellos y sus amigos Oscar Rodríguez y María Teresa Diaz , otras con mis abuelos, y cuando ya no tenía con quién ir, iba sola… y después me pasaban a buscar cuando terminaba la función.

– ¿Cuál fue tu primera participación? 
– Mi primera participación fue en el año 2003, con 14 años. Mi personaje se llamaba Inés y la obra era ‘Guerra a las Polleras’, una comedia superdivertida, como siempre se caracteriza en nuestro grupo. En esa historia interpretaba a la mujer de Julio Mascheroni, y tuve el honor de compartir escenario en esa primera experiencia con un elenco realmente de lujo: Oscar Díaz, Nancy Díaz, Angélica Fleire, Eduardo Nacusse, Laura Molteni, Sergio Pignataro, Marta Tórtolo y Julio Mascheroni.


– ¿Tenías experiencia previa en actuación? ¿Qué recordas de la primera temporada?
– La realidad es que experiencia previa a la actuación tenía, pero totalmente amateur. Como siempre digo: no estudié teatro, lo hice de cara rota y porque me gustaba. Y creo que eso fue lo que me permitió subirme a un escenario.
Mi primera experiencia la recuerdo con muchísimo cariño. Mis compañeros fueron sumamente solidarios conmigo, entendiendo también mi edad: me apoyaban, me ayudaban y me transmitían la tranquilidad para que no estuviera tan nerviosa.
El Teatro Rossini es un escenario imponente; por ahí han pasado grandes actrices y actores, y subirse tiene su plus. Y más cuando, con el Grupo de Teatro de Cáritas, casi siempre es a sala llena.
Tuve la suerte también de estar dirigida por Oscar Avelino, alguien que me enseñó muchísimo y que todos los años me daba sus devoluciones.
La verdad que mi primer temporada disfruté un montón, esa hermosa vivencia fue la que me permitió seguir formando parte de este Grupo maravilloso.
– A lo largo de los 20 años ¿qué rescatás de tu experiencia en el Grupo de Teatro de Cáritas?
– De estos 20 años rescato, sobre todo, lo humano: la familia que se forma arriba y abajo del escenario, el cariño y la solidaridad que siempre caracterizan al Grupo de Teatro de Cáritas, aportando, desde hace 36 temporadas, un granito de arena a cada institución que se suma año tras año en lo que es ‘Agosto a todo teatro’.
En lo artístico aprendí muchísimo. Compartí y comparto con grandes compañeros y seres humanos. En cada obra, en cada personaje, pude crecer gracias a mi director Eduardo Bonoldi, quien confía en mí desde mis 14 años y a quien quiero mucho.
En lo personal, el teatro me marcó la vida: me dio confianza, amistades que hoy son parte de mi historia, momentos únicos y la posibilidad de hacer lo que realmente me apasiona y me divierte.
También fue, y sigue siendo, mi cable a tierra. Porque la vida va sucediendo, pasan cosas, y formar parte de este maravilloso grupo durante estos 20 años lo rescato muchísimo: siempre todos dándome amor, cariño y sosteniéndome.
Si tuviera que resumir todo este recorrido en una sola palabra, sería agradecimiento.
– ¿En qué consistió el reconocimiento del Grupo en la función del sábado 23?
– Me hicieron un reconocimiento por mis 20 temporadas en el Grupo de Teatro de Cáritas. Si bien hace 23 años que formo parte, recibí con muchísima emoción un hermoso termo grabado. Tuve el honor de que mi compañero Sergio Pignataro —con quien compartimos escenario desde hace 20 temporadas— me leyera unas cálidas palabras, y mi director, Eduardo Bonoldi, fuera quien me entregó el regalo.
Ya me conocen: saben que me gusta mucho el mate, así que fue un obsequio muy especial para mí.
Fue una noche llena de emociones. Estuvo presente mi papá, Juan Carlos Bravo, y también amigos que son familia: Lucy Carná y Raúl Dottori. Además me acompañó mi amiga Rocío, que vino desde La Plata. Una hermosa noche, una sorpresa inolvidable y un momento que atesoro en el corazón.
¿Qué querés expesar a modo de reflexión y agradecimiento?
– En primer lugar, quiero agradecerle al público por acompañar al Grupo de Teatro de Cáritas durante tantos años, por sus palabras cálidas y por el reconocimiento que nos brindan temporada tras temporada.
A las instituciones que, año tras año, se suman para que podamos seguir llevando adelante ‘Agosto a todo teatro’.
A todos mis compañeros con los que compartí y comparto escenario, por el amor que me brindan y los momentos compartidos. También al equipo increíble que está detrás de escena, como el equipo técnico, que hace posible cada función.
A Nane Sendoya, por ayudarme a crear mis personajes junto con Eduardo. A María Hernández, por su cariño y amor.
A mis amigos, que me acompañan desde mis inicios y me siguen acompañando hasta hoy, incluso viajando para verme. A mi familia, a mi cuñada, a mi tía Gladys —que sé que me acompaña junto con mis abuelos desde algún lugar—, quienes estuvieron presentes en cada etapa.
Un reconocimiento especial para mi hermano y mi papá, que me acompañan en todos los aspectos de mi vida, no solo en el teatro.
El mayor agradecimiento es para mi mamá, Alicia, quien me ayudó a dar mis primeros pasos en este mundo y gracias a ella pude ingresar al Grupo de Teatro de Cáritas. Siempre será mi espectadora favorita, y cada obra —como este reconocimiento por mis 20 temporadas— se la dedico a ella.
Y también quiero agradecerme a mí, por la constancia y el compromiso que mantuve durante estos 23 años con este grupo maravilloso.
Gracias a los medios por difundir nuestro trabajo, y gracias a vos, Martín, por esta nota. Para mi, El teatro es magia compartida: subir al escenario para contar historias que nos atraviesan y bajar con el corazón lleno por lo que damos y recibimos del público. Para mí, es un cable a tierra y, al mismo tiempo, alas: el lugar donde me encuentro conmigo misma y con los demás, donde puedo ser otra y seguir siendo yo. Porque el teatro no es solo actuar: es vivir, sentir y compartir.

 

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