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viernes, abril 26, 2024

Alerta invierno: cómo protegerse para prevenir enfermedades

Las vacunas son fundamentales, aunque las medidas de higiene como lavarse las manos o taparse la boca con el codo al estornudar suelen dar buenos resultados. Es muy importante cuidar especialmente a quienes integran los llamados “grupos de riesgo”.

Cada año al comenzar el otoño es importante empezar a cuidarse para prevenir el impacto de las enfermedades que durante el invierno atacan a grandes y chicos.

Si bien existen diversas medidas de higiene y cuidado que ayudan a evitar el contagio y la propagación de los cuadros –un tema no menor-, lo cierto es que según los especialistas lo primero y lo más importante es vacunarse.

“En nuestro país tenemos enfermedades que son endemoepidemicas, cuya prevalencia se incrementa en los meses fríos. Entre ellas se destacan las infecciones provocadas por el virus sincitial respiratorio, por la influenza y también por las bacterias como el neumococo. En algunos casos contamos con vacunas eficaces”, expuso el Dr. Enrique Casanueva, jefe del servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral (HUA).

“En lo que respecta a la influenza o gripe, por ejemplo, la vacuna debe darse todos los años dado que tiene protección limitada (corto tiempo). Con respecto al neumococo recientemente fue autorizada para su utilización en adultos la vacuna conjugada antineumococcica 13 valente (que cumple 13 serotipos diferentes y por ende tiene amplio espectro), que ya podía ser utilizada en niños. Aún no contamos con una vacuna contra el virus sincitial respiratorio”, detalló el Dr.

En consonancia con Casanueva, el Dr. Matías Tisi Baña, médico del staff de Clínica Médica del HUA remarcó: “El periodo invernal se caracteriza por el incremento de las patologías de la vía aérea alta como el resfrío, la faringitis o angina, los cuadros gripales, la bronquitis, la sinusitis y la otitis media aguda; aunque también por la reagudización de enfermedades respiratorias crónicas como puede ser el asma, el enfisema pulmonar o la bronquitis crónica”.

Al ser consultado sobre la importancia de la vacunación, el Dr. Tisi Baña sostuvo que si bien se trata de la medida fundamental de prevención, por ejemplo en el caso de la vacuna para la influenza, ésta “no impide que una persona vacunada pueda tener un cuadro gripal durante el invierno. Su función, entonces, es evitar complicaciones”.

Esta aclaración es vital dado que muchas veces la gente se vacuna e igualmente se contagia gripe o se siente mal durante algunos días en el invierno, generando que descrean de la vacuna y al año siguiente ya no recurran a ella.

Alguna “ayudita”:
En cuanto a las medidas que más allá de la vacunación pueden contribuir a no enfermarse y sobre todo a no contagiar ciertos microorganismos, el Dr. Enrique Casanueva enumeró: “La lactancia materna en el caso de los menores de 1 año, evitar el humo de cigarrillo, lavarse las manos y taparse la boca con el codo al toser o estornudar son medidas que han demostrado efectividad en la reducción del riesgo de infección. Sin embargo debemos aclarar que se considera que las vacunas constituyen la medida más efectiva”.

“Comer y dormir bien así como también realizar una actividad física acorde a nuestras posibilidades y evitar el contacto con otros pacientes sintomáticos (fundamentalmente prevenir el hacinamiento) son otras medidas de mucha utilidad, al igual que la hidratación”, completó Tisi Baña.

Los grupos de riesgo:
Entre quienes deben recibir especiales cuidados al comenzar el invierno, y obviamente deben cumplir con las vacunas indicadas por los especialistas se cuentan:

– Las mujeres embarazadas o puérperas con niños menores de 6 meses
– Los niños de entre 6 y 24 meses de vida
– Los niños mayores de 2 años
– Los adultos hasta los 64 años
– Las personas que poseen enfermedades respiratorias como por ejemplo EPOC o asma
– Quienes tienen patologías cardíacas como enfermedad coronaria, valvulopatía, insuficiencia cardíaca, cardiopatías congénitas o reemplazo valvular
– Los que poseen enfermedades inmunológicas congénitas o adquiridas
– Quienes se encuentran desnutridos
– Los pacientes oncohematológicos, así como también los trasplantados
– Los obesos con índice de masa corporal mayor a 40
– Los diabéticos
– Las personas con insuficiencia renal crónica, en diálisis o con expectativas de ingresar a diálisis en los siguientes 6 meses
– Los menores de 18 años con retraso madurativo
– Quienes presentan síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves
– Los que se encuentren realizando un tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico y sean menores de 18 años
– Quienes conviven o están en contacto con enfermos oncohematológicos
– Los que tienen contacto estrecho con niños menores de 6 meses
– Las personas de 65 años o más

Contactos:
Dr. Enrique Casanueva
Jefe del servicio de Infectología Infantil
Hospital Universitario Austral
[email protected]

Dr. Matías Tisi Baña
Médico del staff de Clínica Médica
Hospital Universitario Austral
[email protected]

Fuente: Hospital Universitario Austral.

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