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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Una experiencia inolvidable: G.A.M (Grupo Andino Marianista)

 La propuesta del G.A.M. nació en el año 1996, con la intención de que los alumnos vivan una experiencia personal y en comunidad de esfuerzo, solidaridad, superación, introspección, contacto con la naturaleza y con Dios; y con el objetivo de que estas vivencias les signifiquen un salto en maduración, compromiso con el otro, valoración de sus propias potencialidades y valores.

Tratándose de un campamento de travesía de montaña, implica también una preparación técnica mínima y un compromiso con sus objetivos muy fuerte para concretar lo planificado, teniendo en cuenta el gran margen de imprevisibilidad que conlleva este tipo de propuestas. Son fundamentales para concretar la propuesta, valores como: esfuerzo, superación, cooperación, solidaridad, entre otros.
Una de las alumnas que participó fue Pilar Riopedre y aquí nos cuenta su experiencia:
El Grupo Andino Marianista, es un campamento de travesía en la montaña donde asisten optativamente chicos de entre 15 y 16 años de colegios marianistas y adultos acompañantes. En esta aventura se pueden conocer distintos aspectos personales y grupales, que salen a la luz después de varios días de convivencia en el grupo y de éste con la naturaleza. El GAM que pasó fue el numero  dieciséis y fue el primero en que asistió otro colegio marianista que no sea el de Buenos Aires, asistió 9 de Julio.
Al correr de los días es muy lindo notar la solidaridad, el apoyo logístico, buena onda, alegría, esfuerzo y empeño en cada uno de los que realizamos la caminata.
Personalmente, fue una experiencia que me encantó y que sin dudarlo lo haría nuevamente. Me gusto mucho la parte de vivir con lo indispensable que cuando uno está en la ciudad piensa que sin celular, sin internet, sin plata, sin ducha ni baño es imposible vivir,  cuando en la montaña te das cuenta de que son todas cosas que decoran porque pudimos sobrellevarlo y pasarlo super sin nada de eso.
Lo que más te llena es la onda entre el grupo, las amistades que se van formando y la nueva relación que formas entre tus compañeros de carpa que quizás pensabas que los conocías demasiado, pero no como los conociste en el GAM: ya sin humor, cansados, capaz extrañando a familiares o a quien sea, ya no existen caretas, cada uno es tal cual es. No te importa cómo te ves, comes lo que sea, nada te preocupa más que disfrutar el momento en que caminas con el peso de la mochila, pero con la felicidad de que cuando llegues a la parada vas a ver un paisaje infernal, que podes disfrutar a pleno, “cómo vas a saber lo que es la humildad si nunca te sentiste tan grande y tan insignificante simultáneamente al llegar a la cumbre”.
Una vez en casa, es difícil parar de contar anécdotas y tratar de explicar lo que sentiste estando ahí, aunque es muy complicado porque cada uno lo vive distinto. La relación con tus compañeros sigue siendo la misma que allá, compartiendo ahora momentos vividos y recordándolos con las fotos que no nos cansamos de ver e intercambiar.
El GAM tiene una magia especial… difícil de explicar. Pilar Riopedre

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