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Agustín Alvarez sacó una luz de ventaja

[14 de diciembre de 2009] La primera semifinal del Torneo de la Unión Deportiva, entre Agustín Alvarez y Boca de Casares dejó algunas polémicas, un partido intenso, y un resultado abierto.

La primera ocasión clara fue para el local, y nació en los pies de Meroni, que a los 14’ habilitó a Castro, quien sacó un latigazo al primer palo y encontró la excelente respuesta de Malacalza.

La segunda también fue para el equipo local: un centro frontal de Rabenna para Meroni, que remató cruzado y cerca.

Boca era poco punzante, e intentaba acercarse con pelotas paradas, siempre ejecutadas por su conductor, Lagos. Esta vía no fue muy fructífera para el equipo casarense, que siempre encontraba una defensa bien parada y un sólido Torres.

En el marco de un partido relativamente parejo, Agustín Alvarez era más prolijo con la pelota e intentaba generar más juego, sobre todo cuando la pelota pasaba por Rabenna, e intentaban sumarse Bossio y Meroni subiendo.

A los 37’, Bossio, que había entrado poco en juego hasta el momento, sacó entre dos rivales un centro bajo y medido para Moroni, quien dentro del área, definió cruzado y puso la ventaja para el último campeón de la Unión Deportiva.

Tan sólo unos pocos minutos después, Bossio se escapó en velocidad, perdió la pelota ante la salida de Malacalza, la peleó y cuando la tuvo en su poder nuevamente, el arquero lo tocó en el área. Ortubia cobró penal, muy discutido por los jugadores de Boca. Esto no pareció molestar demasiado al juvenil delantero de Agustín Alvarez, que con una definición suave y bien colocada puso el segundo gol para su equipo.

En el último minuto de esta etapa, se produjo una mano de Radiciotti, que no pareció tener intención, pero Ortubia interpretó que había detenido una jugada en ataque y decretó penal, aun más discutido que el anterior, esta vez por jugadores y parcialidad roja. Cartasso, con un disparo impecable, venció a un Torres que había adivinado la intención, y acortó diferencias antes de irse al descanso.

En el segundo tiempo, Vera tuvo la primera y su única ocasión de gol a los 6’, cuando un tiro de esquina le cayó en la cabeza y definió débil. El partido no decayó. Bossio, que fue de menor a mayor, hizo una buena jugada que no pudo definir, y del otro lado, un buen contraataque comandado por Lagos tampoco pudo ser definido por Esteban Martín, ante la justa marca de Oliva.

Cerca de los veinte minutos, Castro quedó mano a mano con Malacalza, y nuevamente ganó el arquero, esta vez saliendo con los pies, a pesar que jugó más de un tiempo con una molestia en una pierna.

El equipo de Hernán Martínez se comenzó a cansar, dependió demasiado de lo que pudieran hacer Lagos y Martín –que luego se fue reemplazado, con una molestia en una pierna-, con un mediocampo netamente batallador, que no generaba acciones coordinadas. Agustín Alvarez, más sólido y prolijo en el medio, bien manejado por Gailac y Delamer en su sector, no pudo aprovechar el cansancio rival. Quizá los ingresos de Gonzalo y Sebastián Rodríguez debieran haberse hecho antes.

A pesar de todo, Boca logró mantener el partido en un nivel de paridad, y las últimas dos ocasiones de riesgo fueron para el visitante, primero con un cabezazo de Martín sacado por un defensor, y un remate voleado de Cartasso fuera del área, tras un centro, sacado por Márquez.

Con el tiempo cumplido, se fue expulsado Hernández por doble amarilla, y esto exasperó los ánimos de los jugadores de Boca. Lo que comenzó como una airada protesta contra el árbitro siguió con una gresca entre jugadores de ambos equipos, y culminó con la amonestación de Gailac y Vera. Vale decir que Ortubia estuvo errático, no sancionó con la misma vara muchas infracciones, y por momentos fue demasiado permisivo, en un partido jugado con pierna fuerte. Tras los más de cinco minutos adicionados, el árbitro dio por finalizado el encuentro.

Boca de Casares deberá esperar por algunos jugadores, a ver cómo se recuperan de sus molestias, y suma una baja para el segundo partido. Agustín Alvarez está más entero, pero no debe confiarse de la leve ventaja obtenida.

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