Esta tarde, en la conmemoración del Viernes Santo, en la Iglesia Catedral, tuvo lugar la celebración de la Pasión del Señor. Se trata de un oficio litúrgico muy importante para la Iglesia, pues hace memoria viva de la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora su propio nacimiento y su misión de extender a toda la humanidad sus fecundos efectos. Siguiendo una antiquísima tradición, no se celebra la Eucaristía. Cristo crucificado fue el centro de la liturgia de hoy.
La misma se desarrolló con la liturgia de la Palabra, la adoración de la Cruz y la sagrada Comunión. Antes de la adoración de la Cruz, fue realizada la extensa oración universal, que expresa el valor universal de la Pasión de Cristo.
Monseñor Ariel Torrado Mosconi, Obispo de la Diócesis de 9 de Julio presidió esta celebración, acompañado por al administrador parroquial de la Catedral, padre Adolfo Petti.
Durante su homilía, el Obispo recordó que «la liturgia de hoy nos ayuda a profundizar en el misterio de la Cruz».
«Hay -recordó- cinco actitudes que de manera muy especial se hacen presente en esta celebración: la primera de ellas es silencio, tan importante cuando se vive un momento de cruz. El silencio nos debe llevar a una segunda actitud, la de la escucha; no de la palabra humana, sino la Palabra de Dios. Dios nos habla, siempre nos habla. Su palabra es la que puede iluminar toda situación de dolor que no encuentra una explicación en palabras humanas».
En otro pasaje de su alocución recordó la importancia de «la palabra de amor de Dios ante las realidades de sufrimiento es la Cruz, Jesús con sus brazos abiertos y el cuerpo traspasado». Asimismo, indicó que «el tercer paso, es la oración y la plegaria; porque, por la Cruz de Cristo nos llega la salvación, por medio de su sangre redentora».
Refiriendo a la liturgia de este día, monseñor Torrado Mosconi dijo que «la adoración de la Cruz de Cristo, para descubrir que El es nuestra única salvación» y, en el mismo sentido, enfatizó en «la celebración del Rito de la Comunión, Cristo presente en la Eucaristía, para que nuestra Cruz unida a la Cristo también se vuelva redentora».
Cabe recordar que, si bien esta tarde se realiza el Vía Crucis, no se celebra ningún otro sacramento, a excepción de la penitencia y de la unción de los enfermos. En caso de exequias, las mismas deben oficiarse sin canto, sin órgano y sin tocar las campanas.
El Viernes de la Pasión del Señor es un día de penitencia obligatorio para toda la Iglesia por medio de la abstinencia y el ayuno.