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Nueve de Julio
viernes, mayo 3, 2024

Antonio Aita y el Cooperativismo

Por Héctor José Iaconis.
Hace unas semanas atrás, cuando preparaba el esquema de una charla acerca del Cooperativismo en la Historia de 9 de Julio, hallé un viejo cuaderno de notas de medio folio referidas al tema y a otros recogidos en 1992/1993. En una de las líneas anoté la fecha en que, merced a la gentileza de Pablo Román Irigoitía y a la generosidad de Estela, que me permitió acceder a su casa, conocí a Antonio Aita.
Aún no había ingresado a trabajar en su Diario que, con el correr de los años, se convertiría en mi segundo hogar y la experiencia de conocerlo fue sustancial en esa etapa de mi adolescencia.
En aquella entrevista escuché, por primera vez, la palabra Cooperativismo. Al dialogar acerca de la Usina Eléctrica Popular (hoy Cooperativa Eléctrica y de Servicio), sobre cuya gestación Antonio conocía en detalle sus matices por haber sido parte de ese largo proceso inicial de veinte años, mencionó esa palabra tan ininteligible para mí, en mis dieciséis años.
La oí, desde entonces, de muchas otras personas; pero creo que, esa primera vez, cuando resonó en los labios de Antonio, fue la más memorable: él era parte, directa o indirectamente, de la historia de varias instituciones cooperativas. Desde su tribuna había respaldado con legitimidad los ideales del cooperativismo y apoyado las grandes obras alcanzadas por el movimiento en 9 de Julio y en el distrito.

Antonio Aita, luchador permanente en favor del movimiento cooperativo.

SOLIDARIDAD Y COOPERATIVISMO
Antonio Aita abrazó los principios y valores del Cooperativismo apenas iniciado el movimiento en 9 de Julio. En los momentos más álgidos de la lucha, en el contexto del denominado “problema eléctrico, ya era propietario del Diario EL 9 DE JULIO. Fue uno de los periodistas que, desde la primera hora, se comprometió con la causa.
Mientras que otros rendían sus armas al trust, la empresa monopólica de energía eléctrica perteneciente a capitales extranjeros, mercantilizando su opinión a cambio de una sabrosa pauta publicitaria, el Diario EL 9 DE JULIO, liderado por Antonio y Alberto Aita, se mantuvo inalterable en su posición proba.
Las notas editoriales escritas por Antonio acerca de la Usina cooperativa son profundas y, al mismo tiempo, claras. Era menester hacer comprender a los vecinos qué significación tenía el Cooperativismo, cuáles eran las bases que lo cimentaban y qué los beneficios conllevaría para la comunidad adoptarlo.
Antonio había comprendido tempranamente la esencia del Cooperativismo porque primero había hecho suya la vivencia de la Solidaridad. Un individuo que no sea solidario, jamás podrían comprender la sustancia del Cooperativismo.
Esa idea de Solidaridad no solamente lo inspiró como cooperativista: Antonio fue un contribuyente permanente a la vida institucional de la comunidad, integrando sociedades de fomento y agrupaciones de bien público.
Con apenas dieciocho años fue co-fundador del Club y Biblioteca “Agustín Alvarez”, cuya comisión directiva presidió en 1933; fue fundador de la Liga Nuevejuliense de Fútbol y de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Nueve de Julio. Colaboró desde la primera hora con el Centro Privado de Rehabilitación del Lisiado y con “El Hogar del Niño”.

Antonio Aita entrega una escritura al adjudicatario de una vivienda, durante la inauguración de un barrio de quince unidades habitacionales.

LA COOPERATIVA DE VIVIENDAS
Antonio Aita fue uno de los grandes propulsores de la denominada “Cooperativa de Viviendas, Ahorro, Crédito y Consumo Limitada de 9 de Julio” que funcionó entre 1957 y 1978. En efecto, constituida en la asamblea del 16 de marzo de 1957, esta entidad logró con los años a materializar algunos planes que le habían dado origen.
En el acta fundacional de esta Cooperativa, al reseñar cómo se originaron los primeros pasos, dice: “Aparecida la información de que en las esferas oficiales provinciales se estimularía la construcción de viviendas por medio de las cooperativas que se constituyeran al efecto, el Diario EL 9 DE JULIO, que dirige el señor Antonio Aita, inició una sostenida campaña reclamando del vecindario que se creara en este Distrito el organismo adecuado para el caso”.
“Los insistentes –añade el acta- de dicho Diario encontraron eco en el comisionado municipal Capitán de Navío Don Roberto Latino Córdoba, quien se puso en contacto con el Señor Antonio Aita y entregó a este un estatuto tipo y otros elementos recibidos de la Dirección de Viviendas, encomendándole a la vez que procurara personalmente originar la constitución del organismo…”.
A la nueva Cooperativa se incorporaron asociados pertencientes a diferentes espacios políticos, sin excepciones. Había, incluso miembros del Partido Peronista, pros-cripto poco antes.
Varias décadas después, Antonio, a través de su Diario, brindará su apoyo en los orígenes de otra institución análoga, que aún existe y ha efectuado una gran obra: la Cooperativa de Viviendas “Tres Lagunas”.

ESTILO DE VIDA
Solidaridad, ayuda mutua, responsabilidad, equidad y democracia, son los valores del Cooperativismo y, al mismo tiempo, fueron los principios rectores que trazaron la carrera vital de Antonio Aita. En su largo derrotero por las instituciones, la política, la vida privada y periodismo, fue un modelo de virtud; por eso, fue también un gran cooperativista.
Hoy, que tantas veces parecen esfumarse esos postulados, atiborrados por las ambiciones personales o las conductas henchidas de egoísmo de sujetos embozados con la espuria capa de la cooperación, la lección moral de Antonio Aita, paradigma del auténtico cooperativista, nos interpela desde la historia.

 

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