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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

«La libertad de la persona está en la medida del espacio intelectual que ocupa»

* Destacado profesional nuevejuliense, docente e investigador, es una persona reconocida, no solamente en nuestra comunidad, sino también fuera de los límites de este distrito.
* Ha realizado, a lo largo de su trayectoria en esta ciudad, diferentes aportes a la sociedad, en diferentes órdenes, que van desde la adecuación de los equipos de los consultorios de odontología del Hospital Zonal “Julio de Vedia”, la obra de instalación de la repetidora municipal de canal 7, el control de plagas en la agricultura y la puesta en marcha del equipamiento de laboratorio de terapia intensiva del Hospital, entro muchísimos otros.
* Como asesor municipal en diferentes gobiernos, es autor de importantes ordenanza que han tenido repercusión en la Provincia.
* Como docente es muy valorado por sus alumnos, quienes reconocen su dedicación y entrega.
* Dueño de una rica personalidad, tiene la humildad propia del que sabe escuchar y trasmitir su conocimiento sin vanidad.

No siempre, cuando nos ponemos a realizar una nota periodística, se pueden contar con la posibilidad de encontrar a una persona de la dimensión intelectual y la formación del ingeniero Juan Javier Parise. Si bien, la entrevista mantenida tenía como finalidad trazar una semblanza biográfica, como suele hacerse en esta sección semanal, puede decirse que para el redactor significó una sugestiva experiencia de encuentro con distintas dimensiones del conocimiento.
Ese es el mundo en el que vive este profesional nuevejulienses, el ingeniero Parise, en el que conviven de una manera armoniosa la lectura, la investigación, el coleccionismo y otras tantas facetas que parecen tener un hilo conductor: la búsqueda del saber, del conocimiento, de la verdad.
“ La libertad está en el espacio intelectual que la persona ocupa”, es una de las frases que, a lo largo del diálogo mantenido con EL 9 DE JULIO, expresó el ingeniero Parise. En ella se encuentra inmersa toda una filosofía, pensamiento sustancial que relaciona al hombre con el conocimiento y con su libertad, una idea que en nuestro tiempo, muchas veces, parece olvidada.
Trazar una semblanza biográfica acerca de la trayectoria de que nos ocupa, resulta una tarea difícil. Una vida tan intensa y multifacética no podría ser sintetizada en las apretadas líneas de una nota periodística. Por ello, lo que a continuación sigue es apenas un acercamiento a la personalidad de este nuevejuliense, en cuyo interior se mantiene latente con imperecedero impulso ese imperativo sublime que inflama el corazón del hombre y lo proyecta en la búsqueda permanente de la verdad.
Juan Javier Parise nació en el antiguo Barrio Villa Garibaldi, en la calle Levalle entre Mitre y San Martín, frente al viejo Prado Español. Allí transcurrió gran parte de su vida, de su infancia y juventud, y día a día sigue frecuentando ese lugar, donde actualmente tiene su estudio profesional.
“Mi padre –recuerda-, fallecido, era de profesión sastre y trabajó toda su vida aquí, en la casa que la familia tiene desde hace 105 años. Mi madre me brindó en mi infancia un espectro cultural muy amplio, ella fomentó mi curiosidad, el amor por la literatura y la fantasía”.
“En mi casa siempre se priorizó el estudio, aprendí a leer desde muy pequeño y tuve la suerte de haber estado rodeado siempre de buena información y, fundamentalmente, de información guiada por mis padres”, comenta.
Sus estudios primarios los comenzó en el Colegio Jesús Sacramentado, hasta tercer grado. Luego pasó al Colegio Marianistas San Agustín, donde cursó los restantes de la formación primaria y toda la etapa de la educación secundaria.
Javier, de su etapa escolar, guarda un especial recuerdo hacia sus profesores marianistas.
“Me llamaba la atención –afirma Javier, volviendo su mirada hacia sus días de estudiante secundario- en ellos la formación y el conocimiento que cada uno poseía. En esa época, en el Colegio, la mayor parte de los profesores eran religiosos marianistas y a quien en un año lo tenía en Historia, al año siguiente lo tenía en Geografía, al otro año ese mismo profesor daba Castellano o Educación Democrática. Los docentes poseían una versatilidad notable en la enseñanza y una dedicación total”.
Como otra característica importante de la educación marianista que recibió entonces, destaca “la permanencia del alumno en el Colegio”.
“Nosotros –dice- teníamos doble escolaridad, la entrega de boletines cada quince días, aquel alumno que se llevaba una materia debía quedarse más cantidad de horas en el Colegio. Los viernes teníamos libre solamente entrábamos en horario de tarde, lo mismo que el sábado”.
Al respecto, destaca como notable la “existencia una permanencia del docente, seguían presentes durante el fin de semana, incluso hasta existían los campeonatos de fútbol y de basquet internos, de los cuales también participaban los profesores, sea jugando o oficiando de árbitros”.
“Ese contacto permanente con los alumnos hacía que cada profesor los conociera más acabadamente. En el Colegio no querían y nos educaron en una libertad responsable”, considera.
Entre los profesores que recuerda, de manera especial, se encuentran Calixto Menoyo, Enrique Barbudo, Manuel Madueño, Fernando Bringas, Fermín Fernández, Vidal Ochoa, el padre Luis, José Luis Fernández, “ellos tenían la capacidad de trasmitir el gesto humano”.

UNA VOCACION HACIA LA CIENCIA Y EL SABER
Tal como ha quedado dicho, desde edad temprana el ingeniero Parise experimentó una vocación hacia la ciencia y hacia el saber.
“Un día, siendo pequeño, mi madre me obsequió un Jeep militar, con un enganche que llevaba un equipo de radar”, rememora, haciendo referencia a un contexto que estimuló de manera muy significativa su propensión constante hacia la búsqueda del conocimiento, a cuestionarse cada una de las situaciones de la realidad, a hacerse constantemente preguntas sobre aquellas cosas que desea comprender.
El ingeniero Parise es un gran lector, con una media de lectura de cuatro horas por día. Sus temas predilectos, además de los aspectos técnicos relacionados con su profesión, están vinculados con las más diversas disciplinas y ámbitos de conocimiento, desde la historia hasta la teología de las religiones.
“ Tal como lo afirmaba que el ingeniero Comelli, en este mundo nada es al azar, todo se encuentra de una forma u otra relacionado y vinculado”, suele decir, dando fundamento a su búsqueda intelectual.

SUS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS Y SU FORMACION
Sus estudios universitarios los cursó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. Por aquellos años debió sufrir las presiones del Proceso Militar iniciado en 1976 que clausuró la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones cuando se encontraba cursando el último año.
Javier tuvo la posibilidad de conocer personalmente y trabajar al lado del notable ingeniero Angel Comelli, el creador de la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones.
“Una vez que me recibí, el ingeniero Comelli me brindó un espacio de investigación y, al mismo tiempo, fue mi tutor y padrino para que hiciera mis primeras prácticas en la docencia a nivel universitario”, refiere.
Al recordar la figura de Angel Comelli, Javier Parise reconoce que “ tenía la humildad de su grandeza, fue una persona que en la Facultad de Ingeniería, cuya aula de postgrado lleva su nombre, ocupó veintiocho cargos honoríficos”.
“Tanto –añade- era el prestigio del ingeniero Comelli, que era consultor de la empresa Ericsson de Suiza, y de cada producto que esta compañía pensaba sacar al mercado, le enviaba el proyecto para su revisión final y aprobación. Tenía un bagaje de conocimientos importantísimo y era posible verlo en sus estudios e investigaciones.
“El ingeniero Cosmelli era un sabio y tuve la suerte de formarme a su lado”, asegura el entrevistado.
Juan Javier Parise ha realizado diferentes Posgrados, En Acústica Arquitectónica, Corrosión Metálica, Corrosión en la Industria Eléctrica y Electrónica aplicada a Prótesis Humanas, Bioingeniería (la aparatología electrónica aplicada a la medicina), Ingeniería Ambiental.
Acerca de su capacitación en Corrosión en la Industria Eléctrica y Electrónica aplicada a Prótesis Humanas, aclara que “cuando hablamos de corrupción electrónica, se refiere al estudio del comportamiento de los electrones en la corrosión; porque del conocimiento del comportamiento del electrón se desprende toda la física electrónica”
En la década de 1980, cuando aún no se hablaba con tanto énfasis acerca del cuidado del medio ambiente, el ingeniero Paríse arribaba a esta ciudad con su especialización en Ingeniería Ambiental. A partir de entonces fue un pionero en la difusión de cuestiones ecológicas y ambientales.
Puede afirmarse que su cercanía con ecología y el medio ambiente se remonta a su infancia, cuando recibió de sus padres aquellas enseñanzas sobre la importancia en el cuidado del agua y de los recursos naturales.

MAQUETISMO BELICO, UN HOBBY APACIONANTE
Como hobby, el ingeniero Parise, desde los ocho años practica el maquetismo bélico. En efecto, posee una interesante colección de maquetas y de soldados en miniaturas, que recrean escenas de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, también ha representado por medio de maquetas edificios y contextos urbanos de la Roma antigua, en los siglos II y III, antes y después de Cristo.
Tan notable y pormenorizado de su hobby que, basta con observar una de las maquetas para advertir el cuidado que pone, su autor, en reflejar cada uno de los detalles, de modo tal que el espectador puede llevarse una imagen casi real de la situación representada.
Por ejemplo, puede citarse una escena de Soldados avanzando en el frente ruso, donde ha quedado representada la destrucción que ha su paso deja la guerra. Además, en esa maqueta se revela el talento Javier, en cada uno de los detalles más mínimos. Con una genialidad de artista, rescata en la escena toda la dimensión histórica.
Javier siente, por este hobby una especial apacionamiento que, sin dudas, se ha acrecentado con el correr de los años y con la adquisición de mayores elementos para crear. En cierta oportunidad hasta se ocupó de estudiar la evolución y la transformación de los ejes utilizados en los carros romanos.

LA ENSEÑANZA
Por otro lado, apenas graduado como Ingeniero en Telecomunicaciones comenzó su carrera docente, la cual ejerció en los claustros universitarios y, más tarde, en distintos establecimientos de esta ciudad. Puede decirse, y esta versión la hemos recogido de manera unánime en muchos de sus ex-alumnos, que Javier es de los profesores que todo alumno, ávido de aprender, desearía tener a lo largo de su carrera secundaria y también en la universitaria.
Cada vez que se dispone a presentar un tema a sus alumnos busca de lograr que ellos tengan un posicionamiento geográfico, histórico y étnico de la cuestión. Esto demuestra su interés por que el aprendizaje sea significativo, relacionado y constructivista.
En cierta oportunidad, el ingeniero Comelli le sugirió que, en la docencia, encontraría una posibilidad que no iba a tener en otras áreas profesionales: el ejercicio de la enseñanza, la transmisión del conocimiento, lo cual es más que importante en un país como el nuestro. Ese concepto quedó grabado en su mente para siempre y lo motivó a abrazar su rol de educador.
Javier entiende que “el conocimiento que uno trasmite rinde frutos; y eso se ve más claramente cuando el alumno supera al maestro”.
“Al alumno –destaca- se le debe dar la mayor información posible, porque cuanto más conocimiento tiene más libre va a ser”.
Para nuestro entrevistado, “desde el espacio intelectual de cada uno y en el alcance que el mismo tiene en su entorno, en las personas que lo rodean, se podrán intercambiar ideas y eso significa crecimiento”.
“Aquella persona que tiene mayor desarrollo intelectual es quien tiene mayor libertad. Por eso es necesario fomentar el conocimiento y garantizar el acercamiento, por todos los medios posibles, del conocimiento a todas las personas y en todas las áreas”, afirma de manera contundente.

PALABRAS FINALES
A lo largo de su trayectoria, Juan Javier Parise ha realizado aportes muy importantes tanto el 9 de Julio como en otras comunidades. Existe en su persona una característica que se revela apenas uno entra en contacto con su diálogo: la humildad propia del que sabe escuchar y trasmitir su conocimiento sin vanidad.
Hay en su persona un fuego interior casi febril, las llamas que tienen quienes buscan constantemente la verdad y abrazan esa búsqueda como un estilo de vida. Sin dudas, es un orgullo para la comunidad nuevejuliense contar con una persona como Javier.

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