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El Ariano, una empresa referente en piletas de natación

[24 de noviembre de 2009] La empresa nuevejuliense «El Ariano», referente en una amplia zona en piletas de natación de plástico reforzado y otros elementos del mismo material, llega hoy a sus 25 años de actividad comercial.

Rubén Picardo en el frente de El Ariano.
Rubén Picardo en el frente de "El Ariano".

En diálogo con Diario  EL 9 DE JULIO”, Ruben Picardo, presidente de la firma, habló de los inicios y la actualidad de “El Ariano”

En primer lugar, Ruben Picardo recordó que comenzó trabajando “con un hombre que me enseñó el oficio del plástico reforzado, Conrado Owi- chowi, haciendo piletas y otras cosas. Después no asociamos con el yerno de él, un par de meses. Desde allí arranqué solo, un 24 de noviembre fue cuando hice la primera factura por cuenta nuestra”.

Picardo siguió contando que “los primeros años fueron en mi casa, trabajando medio día. Me dedicaba a las reparaciones, en esa época trabajaba mucho en automovilismo, desde ‘Yoyo’ Maldonado con el Dodge 1500 hasta Sergio Cantú, y la gente me fue conociendo. Cuando iban seis o siete años, fue aumentando el trabajo, y alquilé un galpón, a la vuelta de mi casa, en Garmendia y Corrientes, donde estuvimos más de un año. Ya habíamos comprado el terreno y empezamos a construir un galpón en la Mendoza y Pueyrredón”.

En los comienzos, además de reparaciones, “arrancamos haciendo automáticos para molinos. Nuestro primer y único cliente por mucho tiempo fue Centenario, que ahora sigue siéndolo. Después fueron surgiendo otras empresas, hacíamos tanques para casillas”, señala.

Comienzos con las piletas

En noviembre de 1995, El Ariano comenzó a comercializar las primeras piletas. “Vimos que las piletas de natación eran un posible negocio”, explicó Picardo. “En 1992 habíamos empezado a vender piletas, y al traerlas de Buenos Aires, las mandaban medio desprolijas. Como teníamos que emprolijar las piletas que traían, surgió una necesidad de empezar a fabricarlas nosotros. Y con bastante sacrificio, empezamos a hacer los moldes, y a fabricar”, comentó. “Fuimos creciendo, tuvimos que ir ampliando el galpón, hicimos dos más, al aumentar la matricería se necesitaba espacio”.

Crisis y repunte

En agosto de 2001, se trasladaron a su ubicación en la Ruta 65, Km. 263.

El propietario de “El Ariano” indicó que “hacía tiempo que habíamos estado buscando otra ubicación, más visible. Y salió la posibilidad de alquilar este local, bien ubicado, con buena exhibición, y buenas instalaciones. Cuando nos vinimos, ya estábamos armados, teníamos una matricería. Empezamos a trabajar fenómeno, hasta cerca de fin de ese año, cuando comenzó la crisis”, recordó.

Fue una época difícil. “En ese momento, estábamos vendiendo piletas en cuotas, y las financiábamos nosotros, a 12 cuotas. Y de un día para el otro nos encontramos con que teníamos 14 piletas vendidas, financiadas, y cobramos los primeros cheques, después se cayeron todos. Algunas las terminamos de cobrar, el resto no. Y nos pagaron 1 a 1. En ese momento hubo que comprar dólares para comprar la materia prima, que pasó a valer cuatro veces más en un mes. La pasamos muy mal, sin trabajo, no nos pagaban lo que nos debían. Pero el dueño del local, Silvia Caballi, con su esposo Ruben Avila, nos dieron una mano bárbara”, agradeció.

“En esa época, entre 2001 y 2003, trabajábamos mucho la náutica, que anduvo bien en esos años, y eso nos salvó, porque piletas no se vendían”, afirmó.

Aunque con el tiempo la fabricación en náutica se dejaría de lado, debido a que para la venta que había a nivel local, no se justificaba una inversión como la que la fabricación de botes requería. No obstante, «El Ariano» tiene la representación de importantes firmas. “Somos representantes de semi rígidos, de astilleros de la zona del Tigre, San Fernando, y de Naval Motors, con los motores Mercury, siempre cero kilómetro”, detalla.

Retomando el relato de la empresa, Picardo manifestó que “en 2003 comenzó de nuevo a marchar el país, y acompañamos, estábamos armados, teníamos las instalaciones, la matricería, la gente, los vehículos y el conocimiento. Nos empezó a ir de nuevo bien, nunca hicimos grandes despilfarros, nos dedicamos al trabajo, por suerte, y a medida que la gente iba pidiendo, nos fuimos adaptando. Fuimos de los primeros que empezamos a hacer piletas de color, a elección del cliente”, ejemplificó.

El plástico reforzado

Ruben Picardo explicó que “las piletas son de fibra de vidrio con resina poliéster. Primero hay que tener un molde, que también es de fibra de vidrio. Este molde se encera, con una cera con agente de despegue, y lo primero que se hace es pintarlo. Después, sobre esa pintura yelco, que es resina con pigmento, una pintura bien espesa, cuando está seca, se le pone la fibra de vidrio con resina poliéster. Una vez que está seca y terminada la pileta, se aplican los refuerzos, los parantes verticales y horizontales, reforzando los puntos débiles. Después de 24 horas, eso está seco, porque la resina lleva un endurecedor, y se desmolda con aire en dos días. Después pasa a otro sector de la fábrica donde se recorta y se pinta de afuera, y ya está listo para transportarlo e instalarlo”, detalló.

“Una vez que se sabe hacer el plástico, es para una cúpula, una cucha, un tanque, para todo el mismo proceso”, sostuvo. También se fabrican en «El Ariano» cuchas de perro y tanques para casillas, entre otras cosas. “Cuando va saliendo lo vamos armando, pero en estos últimos años, desde agosto, septiembre, hasta febrero, nos dedicamos exclusivamente a las piletas”, subrayó.

Expansión en una amplia zona

En estos últimos años, «El Ariano» empezó a expandirse cada vez más, haciendo, entre otras cosas, presentaciones en exposiciones rurales en ciudades vecinas, como Junín, Bolívar, Pehuajó. “Eso nos ayudó a vender en estas ciudades, y estas zonas”, explicó el propietario de El Ariano.

Por otra parte, dio cuenta que “tenemos vendedores, en la Ruta 65, arrancando desde Junín, hacemos Los Toldos, Bolívar, Daireaux, llegando hasta Guaminí, Casbas y Bahía Blanca, tenemos instalaciones y ventas. Por la Ruta Nº 5, tenemos desde Carlos Casares, Pehua jó, Trenque Lauquen, y los pueblos de alrededores: América, Villegas, Lin- coln”, enumeró. Pero eso no es todo, también tienen presencia en Bragado, Chivilcoy, Mercedes, La Pampa, General Hacha, Pico, Bernasconi. “Hasta en Viedma hemos instalado”, indicó.

En referencia a la instalación, destacó que “fabricamos, con matriceria propia, las transportamos en nuestros vehículos, y tenemos dos equipos para instalar, las instala gente capacitada y responsable. Por eso damos 10 años de garantía. También hacemos instalaciones de filtros”.

Ruben Picardo manifestó que “hoy tenemos diez personas trabajando, entre la parte de fabricación e instalación, y estamos esperando que salga un poco más de trabajo, que no viene como años anteriores. Hay prioridades en la gente, entre las que no está la pileta de natación, entonces cuesta un poco más ubicarlas” admitió.

Por último, Picardo manifestó su agradecimiento “a mucha gente que nos ha dado una mano muy importante desde lo económico, lo anímico, el trabajo, y muy especialmente a mi familia: a mi esposa, Silvia Díaz, que se pone la fábrica al hombro, y a mi hijo Agustín, que también está interiorizado del tema y trabaja, en el escritorio está muy al tanto de todo, y en las exposiciones trabaja a la par nuestra”.

Y concluyó diciendo que espera que el año próximo sea bueno: “todos los años brindo por un año más y espero poder llegar al próximo, siempre con buenas expectativas y esperanzas, aumentando ma-tricería, mejorando moldes, ampliando y mejorando”.

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