Anoche, en Plaza Italia, tuvo lugar la realización del tradicional Pesebre Viviente. El mismo estuvo a cargo de los integrantes de Infancia y Adolescencia Misionera (I.A.M.) y de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad (A.F.A.P.Di.).
En la oportunidad, con una muy buena organización, se realizó esta representación del nacimiento del Salvador.
UNA HISTORIA
Los pesebres vivientes son manifestaciones al aire libre en las que intervienen voluntarios dispuestos a trabajar durante días para conseguir representar algunas de las escenas más famosas de la Biblia y, a su vez, dar a conocer a las nuevas generaciones las formas de vida de hace más de 2.000 años.
A pesar de que los pesebres vivientes son una tradición de gran éxito en América Latina, su origen se sitúa en Italia, en un pueblo llamado Greccio en el que en el año 1223. De la mano de Francisco de Asís, se hizo una pequeña recreación en una cueva.
La escena que representa el nacimiento de Cristo se fue completando con el paso del tiempo. A principios del siglo IV se representaba a Cristo en un pesebre y había solamente una vaca y un asno. A fines del siglo IV se agregó una estrella. La Virgen María, recién a partir del año 431, con el Concilio de Efeso, apareció en el centro de la imagen. Fue San Francisco de Asís quien popularizó la costumbre de armar un pesebre. En su viaje a Belén, en el año 1220, quedó asombrado por la manera en que se celebraba allí la Navidad. Entonces, cuando regresó a Italia, le pidió autorización al Papa Honorio III para representar el nacimiento de Jesús con un pesebre viviente. A partir de ese momento, la tradición se extendió por Europa y luego por el resto del mundo.
Tras este inicio simbólico, la tradición, que aún distaba de las grandes recreaciones actuales, se fue extendiendo por todo el Mediterráneo y se convirtió en una actividad muy popular durante el siglo XV.
