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Nueve de Julio
viernes, abril 26, 2024

José V. Tomassi. El cuarto Obispo de 9 de Julio

* Nacido en un hogar humilde, pero de marcada devoción, siendo todavía adolescentes respondió al llamado vocacional al sacerdocio ministerial.
* Profesor, prefecto y vicerrector del seminario; cura párroco, asesor de grupos parroquiales, vicario general y obispo auxiliar, conocieron de su apostolado los files de las Iglesias particulares de Azul y Bahía Blanca, respectivamente.
* Fue el cuarto obispo de 9 de Julio, entre 1991 y 1998.
* Aunque sus funciones pastorales debían extenderse a lo largo de la dilatada diócesis, estuvo presente en varios acontecimientos importantes de la vida comunitaria nuevejuliense.
* Una plazoleta en esta ciudad lleva su nombre.

Para formar parte de la historia de una comunidad, de tal o cual lugar geográfico, no se requiere, lo sabemos, ser nativo o haber transcurrido la infancia allí. Si realizamos un recuento, por así llamarlo, de los protagonistas que conformaron, por citar, la historia de 9 de Julio, realizando una obra importante en beneficio de los demás, sea a través de instituciones o de los cargos públicos, constataremos que una buena parte de ellos no fueron naturales de la ciudad o del Partido.
En el caso de quien nos ocupa, monseñor José Victorio Tommasi, sólo vivió en nuestra comunidad por espacio de poco más de un lustro. Pero su contribución a la historia de 9 de Julio o, más concretamente, a la historia de la Iglesia en nuestro terruño, ha sido importante, no sólo por la obra en sí, sino también por el recuerdo que ésta dejó entre los habitantes.
Había nacido en Olavarría, el 30 de agosto de 1930, en el seno de una familia de obreros, de una profunda fe cristiana.
Siendo aún adolescentes ingresó en el seminario a Azul para cursar los estudios secundarios, la Latinidad y la Filosofía. Más tarde, fue enviado por su obispo al Seminario Mayor «San José» de La Plata, donde completó su formación académica con los años teológicos. El 20 de noviembre de 1955 recibió el Presbiterado junto a los seminaristas de su diócesis, José Eduardo Giola, Emir A. Márquez, Eladio Pérez Guridi, Leandro J. Pérez, y Cesar Villamayor.

LOS ENVIOS PASTORALES
Poco después de su ordenación sacerdotal, fue nombrado profesor del Seminario Conciliar «Nuestra Señora del Santísimo Rosario y Santa Teresita del Niño Jesús», acreditada casa de estudios, cuya base fundamental la había implantado, en octubre de 1939, por monseñor Cesar Antonio Caneva (1854-1953).
Monseñor Manuel Marengo -designado tercer obispo de Azul por el papa Pío XII, para reemplazar a monseñor Plaza, en agosto de 1956- confió a Tommasi otro cargos importantes en el mismo seminario. En 1960 ya era prefecto general de disciplina del seminario, mientras desempeñada el rectorado interino el presbítero Miguel Hereyne; y poco después llegó a desempeñarse como vicerrector.
Por esos años también asesoraba el Consejo Diocesano de la Asociación de Hombres de Acción Católica.
En 1965 fue designado párroco de Santa Ana, de General Laprida. Una parroquia que había sido erigida canónicamente el 9 de febrero de 1899. Aquí permaneció hasta 1967, en que se le trasladó a Olavaria.
Ulteriormente, como vicario general en la arquidiócesis de Bahía Blanca levó adelante una tarea pastoral relevante: asesoró los cursillos de cristiandad, el Movimiento Familiar Cristiano, el Secretariado de Pastoral Parroquial y el secretariado de los jóvenes de Acción Católica.

EL EPISCOPADO
El 22 de noviembre de 1984, Juan Pablo II lo preconizó obispo titular de Equizeto, nombrándolo auxiliar del arzobispo de Bahía Blanca. La consagración episcopal la recibió el 21 de diciembre del mismo año.

OBISPO DE 9 DE JULIO
En 1991, monseñor Alejo Benedicto Guilligan, quien ocupaba la sede episcopal de Santo Domingo en Nueve de Julio desde 1969, presentó su renuncia a la Santa Sede al arribar a la mayoría de edad exigida por el Derecho. En consecuencia, el papa Juan Pablo II, en agosto de ese año, trasladó a Tommasi a esta diócesis.
Todavía no son pocos cuantos recuerdan la emotiva ceremonia en la cual, monseñor Tommasi recibió la sede, de manos de monseñor Galán.
Sintetizando la labor pastoral de monseñor Tommasi al frente de la diócesis, el padre Ernesto Eraso escribió, cierta vez:
«Era exigente con sus sacerdotes, porque decía: si yo no ayudo a mis curas a que sean santos ¿Qué sentido tiene ser obispo si no los ayudo a crecer en santidad?.
«En su predicación era sencillo como los sencillos, sin perder profundidad espiritual y humana. Y, con los más crecidos, sabía predicar con un vuelo espiritual propio de los hombres llenos de la sabiduría del Espíritu Santo…».
«Son más las cosas que arregló en la diócesis que las que dejó sin arreglar…».
«Vivió un verdadero martirio espiritual -prosigue Eraso-, ante problemas graves que debía solucionar y se angustiaba enormemente por la falta de sacerdotes y de vocaciones sacerdotales. No poder servir espiritualmente a todas las comunidades de la diócesis, por falta de curas, hacía que pusiera toda su confianza en la misericordia Divina».

PALABRAS FINALES
Mientras se hallaba participando en un Congreso sobre la Sagrada Familia, en Barcelona, después de una descompensación, un paro cardiorrespiratorio apagó su vida, el 16 de septiembre de 1998.
Acerca de la personalidad de monseñor Tomassi ha quedado en el recuerdo de la comunidad su afabilidad y cercanía.
«Era un hombre muy sencillo, muy simple. Tenía raíces italianas en las que la familia tenía un rol muy importante. Era un hombre honesto, sin doblez, no andaba con vueltas ya que decía las cosas frontal y sanamente…». Así lo describió el presbítero Edgardo Iriarte, por entonces cura párroco de la Iglesia Catedral de 9 de Julio.
En la homilía pronunciada durante sus exequias, monseñor José Luis Mollagan lo recordó como «un hombre de fe y oración, un hombre elegido y consagrado, marcado por el Espíritu. En su ministerio fue primero la predicación, el anuncio del Evangelio, del que fue constituido su ministro por el Don de la Gracia que recibió de Dios».
«También -continuó el prelado- en la vida de monseñor Tommasi estuvo siempre presente María, en todos los momentos de su vida sacerdotal estaba la Madre de Jesús; una devoción honda, sencilla y austera que dio a conocer a los demás»
En la ciudad de 9 de Julio una plazoleta lleva su nombre. Se trata de la que se encuentra ubicada en el Barrio “Tres Lagunas”. La misma fue inaugurada en mayo de 2010, en el marco del 25º aniversario de la Cooperativa de Viviendas «Tres Lagunas».

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