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Nueve de Julio
viernes, abril 26, 2024

Enrique Chanquet. El recuerdo vivo de un hombre de bien

* Oriundo de La Niña, desempeñó desempeñado importantes cargos públicos.
* Se unió a las filas del Peronismo, cuando esta corriente nacía en el país.
* Le tocó vivir, y ser coactor, en importantes momentos históricos.
* Perteneció a una generación de políticos y hombres públicos, dotados de un alto sentido del deber moral.
* Hasta en los últimos años de su trabajó para el engrandecimiento de su localidad.

Muchas veces, el reportero, en su continua búsqueda, puede enfrentarse con distintas realidades, muchas de las cuales –de inmediato- no puede advertir en su tamaña valoración. Al describir con su pluma un acontecimiento, o al plasmar en la hoja de prensa una apreciación sobre tal o cual hecho, sirve no sólo para dar a los contemporáneos, habidos de informarse sobre el presente. Además, es autor genuino de una fuente invalorable, de la cual –con el devenir del tiempo- beberá el historiador para analizar el pretérito. ¡Cuánto más importante es su tarea, desde este punto de vista, cuando debe entrevistar a las figuras gravitantes de la sociedad, describiendo la personalidad quienes, más tarde, serán las “figuras históricas”!. Hace más de veinte años, precisamente en noviembre de 2001, tuvimos el privilegio de entrevistar a Enrique Chanquet. De gran vitalidad, en esos años gozaba una ancianidad dinámica, tan enérgica como vital y de una memoria privilegiada, la cual nos permitió recoger la información que se despliega a lo largo de esta semblanza.

Enrique Chanquet.
Enrique Chanquet había nacido en La Niña, localidad del Partido de 9 de Julio, el 8 de marzo de 1920, hijo de Juan Pedro y de Margarita Etchart, inmigrantes franceses.
Radicado, siendo niño, en la Capital Federal, allí cursó estudios primarios y pudo incursionar en la contabilidad y en la teneduría de libros.
De regreso a La Niña, en 1938, se empleó –en tareas administrativas- en la firma de Jacobo Chabalgoity, dedicado a la explotación agrícola-ganadera y a la elaboración de productos lácteos. Más tarde, cuando la empresa pasó a manos de Errecarret, familiar del anterior, pasó a integrar su personal, con las mismas funciones, hasta 1991.
Sus primeras armas, por así llamarlo, en la vida institucional, las hizo en el seno de su localidad. Primero, en 1945, como secretario de la Escuela nº 27; luego, en el Club Atlético “La Niña” donde, además de colaborar incesantemente, pudo desempeñar su vicepresidencia; y, también, como secretario de la primera comisión administradora de la Usina Eléctrica Popular “La Niña”, en 1956.

DELEGADO DE LA NIÑA Y EDIL MUNICIPAL
Desde las primeras horas de la fundación del Peronismo, en el ámbito local, Enrique Chanquet formó parte del movimiento. Tal es así que, cuando el general Perón se encontraba en campaña proselitista, en su visita a 9 de Julio, pudo conocerle personalmente.
Hacia principios de la década de 1950, siendo delegado municipal, ad-honorem, de La Niña, fue elegido concejal municipal, para el bloque de su partido.
En efecto, el 14 de marzo de 1948 fueron realizados los comicios en los cuales se eligió el nuevo Intendente Municipal y para la renovación del Concejo Deliberante y el Consejo Escolar. En la oportunidad, el triunfo lo obtuvo el Partido Peronista por 4451 votos contra 2911 que había alcanzado la Unión Cívica Radical. Para desempeñar el cargo de Intendente Municipal resultó electo Mario B. Castro. Al Concejo Deliberante, junto a Enrique Chanquet ingresaron Eduardo Quidiello, José Tarantino, Manuel García Formoso, Nilo Molteni, Ignacio Girardi, Vicente P. T Galluppi, por el Peronismo; Gesualdo Lasorella, Manuel Barroso, Antonio Mussari, Bernardo Lizarralde y Bernardo Etchecopar, por el Radicalismo.
Hasta 1955, en que el gobierno en turno fue depuesto por la Revolución Libertadora, por lapso de tres años, ocupó la presidencia del Concejo Deliberante de 9 de Julio. Entonces, cumplirá funciones, como secretario del cuerpo el recordado Osvaldo Canusso.
Como secretario del Sindicato de Oficios Varios de La Niña -acompañando al secretario general de la delegación local de la Confederación General del Trabajo, Horacio Italiano-, asistió a una importante reunión, donde participaban 400 delegados regionales de la referida Confederación. Allí, le cupo compartir el almuerzo con el general Perón y su esposa María Eva Duarte.
En julio de 1952, en ocasión del fallecimiento de “Evita”, Chanquet, presidió la delegación local que participó –en Buenos Aires- de las exequias oficiales.
Entre 1973 y 1976, durante la intendencia de Jesús Abel Blanco, dio decidido impulso a los servicios públicos del Partido de 9 de Julio, a la sazón como subsecretario de esa área, en la Municipalidad de 9 de Julio.
Una vez más, por decreto nº 272, del Departamento Ejecutivo Municipal, del 19 de abril de este año, se le confió la subdelegación municipal en La Niña. En ese lugar debía reemplazar a Raúl Juan Sabino, fallecido poco antes. Cuarenta y nueve días más tarde, el 1 de junio, por razones de salud, le fue aceptada su renuncia.

PALABRAS FINALES
En vida fue objeto de merecidos reconocimientos, tanto por parte de la comunidad de La Niña como de la ciudad de 9 de Julio. Tras su muerte también se le tributaron homenaje. Hoy, su retrato se encuentra en una galería de peronistas nuevejulienses notables que se encuentra en la Unidad Básica “Juan Domingo Perón”
Hasta sus últimos años de vida fue colaborador de la Sociedad de Fomento, del Club Deportivo, de la Comisión de ex Residentes, y del Centro de Jubilados y Pensionados de La Niña.
Enrique Chanquet, un vecino de destacado, un hombre de bien, un ser excepcional dotado de virtud, ya forma parte de la historia de 9 de Julio.

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