spot_img
spot_img
15.9 C
Nueve de Julio
miércoles, mayo 8, 2024

Adviento, un tiempo de esperanza con mayúsculas

Monseñor Héctor Aguer (foto AICA)
Monseñor Héctor Aguer (foto AICA)

El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, recordó que el Adviento “son las cuatro semanas en las cuales nos preparamos para celebrar la próxima Navidad”, y destacó que “la Navidad representa para nosotros el acontecimiento central de la historia humana que es la venida de Cristo”.

El prelado aclaró que “el tiempo de Adviento no solamente se refiere a ese hecho pasado, que es siempre presente, sino que también nos dirige hacia el acontecimiento futuro que es la segunda venida de Jesús”.

“Por la fe nosotros creemos en la vida eterna. Creemos que Jesucristo nació en Belén, vivió, murió y resucitó para abrirnos las puertas de la vida eterna. Creemos que en su segunda venida, precisamente, concluirá la historia humana e introducirá a su Iglesia en la bienaventuranza”, explicó en su reflexión semanal por televisión.

Y añadió: “Nosotros por la esperanza aguardamos ese dichoso final que será nuestra plena realización. Lo deseamos, confiadamente, lo aguardamos y lo deseamos con pasión, apoyados en la gracia que nos da el Espíritu Santo, en la misericordia omnipotente de Dios. Por la esperanza teologal nos situamos especialmente en el nivel, a la altura, de aquel premio definitivo, de la auténtica felicidad que es la vida eterna en la comunión con Dios para siempre”.

El arzobispo platense profundizó en la enseñanza de Santo Tomás de Aquino, quien decía, respecto de la esperanza teologal, “que de Dios no podemos esperar menos que a Dios mismo. Es decir que por la esperanza esperamos de Dios y esperamos a Dios”.

“Por eso -precisó- para un cristiano desde esta cima de la esperanza teologal, se esclarecen y adquieren sentido y consistencia todas las legítimas esperanzas humanas. Con esta esperanza orientada a la vida eterna nosotros esperamos muchas cosas buenas para nuestra vida temporal”.

Monseñor Aguer manifestó que “todas las rectas esperanzas humanas tienen que ser medios, instrumentos, para alcanzar aquel último fin, y en ese sentido son asumidas por la esperanza teologal. Así el talante espiritual, psicológico, afectivo, de la esperanza colorea la vida del cristiano”, y señaló que el apóstol San Pablo dijo a las primeras comunidades que debían estar alegres por la esperanza”.

“A pesar de las muchas cosas que tengamos que afrontar y que no son nada agradables, a pesar de que muchas de nuestras pequeñas esperanzas cotidianas no se cumplan e incluso se frustren dejándonos una buena cuota de dolor, sin embargo, nos alegramos por aquella esperanza fundamental que da sentido y orientación a nuestra vida. Así también aprenderemos en qué cosas debemos poner nuestra esperanza”.+

Más noticias