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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Ana M. Troia

Ana María Troia

 

* Graduada como Técnica Óptica en diciembre de 1971, se especializó también en contactología.
* Se trata de la mujer en ejercer su profesión en esta ciudad.
* Estableció su óptica propia hace poco menos de cuarenta años.
* Es una activa integrante del Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires.
* En 2012 recibió, del Senado bonaerense, una importante distinción.
* Propietaria de la Óptica y Laboratorio “Del Sol”, ubicada en la avenida Mitre entre Robbio y Mendoza, es una referente, en su profesión, en nuestro medio.

En los albores del siglo XX ya existían en 9 de Julio, técnicos ópticos. Uno de ellos, Pedro Eppherre, introdujo por aquellos años, algunas innovaciones iniciales en la especialidad que, desde luego, se ha transformado notablemente en las últimas décadas con el gran desarrollo tecnológico.
No obstante, la temprana presencia de esta profesión en 9 de Julio, debieron pasaron varios años, hasta 1973, en que se instaló la primera mujer óptica: Ana María Troia, quien se encuentra cumpliendo, en el corriente mes, medio siglo de trayectoria profesional ininterrumpida.
Oriunda de la localidad de Baigorrita, allí transcurrió su infancia y adolescencia.
En 1967, una vez terminados sus estudios secundarios, se radicó en la ciudad de Rosario para proseguir los universitarios. Allí, en la Universidad Nacional cursó los estudios en la tecnicatura en óptica.
IMPECABLE TRAYECTORIA
El 13 de diciembre de 1971 se graduó como Técnica Óptica. Un año más tarde, se formó también en contactología, en el tiempo que esta especialidad comenzaba a desarrollarse en el país. Inmediatamente ingresó en una farmacia y óptica en la ciudad de Junín, por espacio de dos años.
En 1973, luego de casarse con un nuevejuliense, Miguel Mascheroni, se radicó en la ciudad de 9 de Julio. Aquí se empleó primero en Óptica Vanina y, unos ocho años después, adquirió la sede de su comercio, con local propio, apenas inaugurada la galería, en la avenida Bartolomé Mitre entre Robbio y Mendoza.
“Cuando instalé –recuerda, en diálogo con EL 9 DE JULIO- mi óptica, solamente había otras tres. Desde el comienzo conté con el apoyo de la comunidad y, desde luego, siempre de la familia”.
“Cuando comencé -añade- los estudios era una profesión mayormente elegida por hombres. Eran pocas las mujeres que cursaban óptica. De hecho, mis compañeros de promoción son casi todos varones. Con ellos nos reunimos todos los años para celebrar nuestra amistad y compañerismo”.
A lo largo de los años, Ana María, asistió a infinidad de cursos y congresos, tanto en el país como en el exterior. Ello le permitió actualizar sus conocimientos. Hoy, su óptica, es una de las referentes en nuestra comunidad.
La pandemia de COVID-19, que afectó a diferentes sectores de la comunidad, no estuvo ajena al de las ópticas. Ana María, lejos de detener su camino, se abocó de manera especial para darle un renovado impulso. Realizó refacciones en el salón principal de su local y, ni bien fue autorizada la apertura, al declararse a estos establecimientos como esenciales, abrió con la misma pasión y calidez en la atención que le caracteriza.
MERECIDO
RECONOCIMIENTO
Desde hace muchos años, Ana María, forma parte del Colegio de Ópticos de la Provincia de Buenos Aires. Ha desempeñado diferentes cargos en la mesa directiva y ahora ha sido llamada para conformar el Integra el Comité de Disciplina.
En diciembre de 2012 recibió un merecido reconocimiento. La Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires le otorgó el Diploma al Mérito.
PALABRAS FINALES
Ana María, quien como señalamos antes, formó su hogar con Miguel Mascheroni, es madre de tres hijos, Sebastián, Juliana y Agustina, quienes son motivo de orgullo.
Ana María no duda en expresar que, la suya, es una hermosa profesión, que no dudaría en volver a elegir. Asimismo, exhorta a los jóvenes a elegirla también y a los nuevos graduados a radicarse en las ciudades del interiores, donde pueden tener grandes posibilidades.

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