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miércoles, mayo 1, 2024

Discapacidad: empezá por preguntarle su nombre


Las personas con discapacidad no son pobrecitos, ni tampoco angelitos, no son especiales, ni tienen capacidades diferentes. Todos somos personas, todos contamos con habilidades diferentes, todos vemos la vida desde ángulos diferentes y es justamente en esa diversidad donde nos convertimos en únicos. Lo diverso lo diferente es inherente al ser humano.
Debemos siempre pensar que cada uno tenemos un nombre propio que nos diferencia del otro y es nuestra seña de identidad.
Una identidad que debe verse siempre como una posibilidad de ser nosotros, así simple y sin etiquetas.
Pareciera que muchas personas se sienten con la necesidad de emplear expresiones diferentes, que quizá se consideran más decorosas o suaves al nombrar a las personas con discapacidad. Esto podría ser por miedo, pudor, desconocimiento tal vez, por ello debemos resaltar el valor que tiene llamar a las personas por su nombre.
Discapacidad no es una mala palabra. Hace referencia específicamente a la ausencia o disminución de una función física o mental. Y si esta ausencia o disminución existe no hay porque negarla, sino todo lo contrario: asumirla y tomarla como una posibilidad de generar empatía que lleve a cada uno a ser mejores a la hora de alojar al otro.
Para lograr una ciudad más inclusiva es necesario reconocer las diferencias y respetarlas. Decorar la forma en que nos referirnos a las personas con Discapacidad, no preguntarles sus nombres, no escucharlos y suponer que no tienen criterio propio son algunas de las formas de discriminación a las que están sometidos todos los días de su vida.
No debemos actuar desde el desconocimiento, por eso una sociedad inclusiva comienza con una escuela inclusiva que ayuda a que los niños desarrollen valores de empatía y colaboración que serán internalizados y naturalizados para así formar sujetos adultos sin prejuicios. Tenemos todos los días la posibilidad de aprender y despegarnos de viejas creencias, para lograr de a poco, con compromiso y responsabilidad una sociedad que vea a cada persona con lo que realmente es, lo que sí puede. Este trabajo es siempre con otros, colectivamente es cómo se logran los verdaderos cambios, la verdadera inclusión. Por eso invitamos día a días a revisar cómo somos ante lo diverso y así poder facilitar a quien las cosas le resultan tal vez más difíciles y hacer siempre visible lo invisible.
Agrupación «Tendiendo Redes».

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