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Nueve de Julio
jueves, abril 18, 2024

El delineamiento y la traza del pueblo de 9 de Julio

Por Héctor José Iaconis

No cabe duda que el avance en la instalación del pueblo de 9 de Julio, apenas establecida la Comandancia, fue más o menos rápida. La presencia de los primeros comerciantes en el promisorio asentamiento militar que se encaminaba a convertirse en pueblo, fue notoria. Además de las primeras tiendas comerciales de Emilio Carballeda y de Tomás Vío, entre noviembre de 1863 y enero del año siguiente se ubicaron las cantinas de Pedro Salazar y de Anselmo Díaz, a escasas cuadras del campamento (ubicado en torno a la manzana que hoy ocupa la Plaza España); poco después lo hicieron Antonio Guilino, José Molleda, Francisco Aguirre, Manuel Castellanos y Juan Rodríguez, entre otros. Asimismo, Cayetano Urbero había instalado una especie de almacén de ramos generales.
En febrero de 1864 Domingo Iraizos ya había instalado su, más tarde, popular fonda.
Emilio Carballeda recordaba: “Con pocos días de intervalo, también poblaron y se establecieron en el centro del pueblo Alejandro Cruz, José Molleda, Cornelio López, Manuel Lafulla, Luis Melinos, Domingo Duhart y Abelardo Gigena”.
El decreto por medio del cual es fundado el pueblo de “Nueve de Julio” está datado en Buenos Aires, el 12 de febrero de 1864 y lleva las rúbricas del gobernador de la Provincia, Mariano Saavedra y de su ministro, Mariano Acosta. A continuación ofrecemos el texto de esa disposición:
“El Gobierno ha acordado y decreta:
“Artículo 1º: En el paraje, denominado ‘Tres Lagunas’ y en el punto preciso que se designe, el Jefe de la Frontera del Centro, Coronel Don Julio de Vedia, procédase a la fundación de un nuevo pueblo, que se denominará ‘Nueve de Julio’.
“Artículo 2º: Comisiónase al agrimensor Don Miguel Vaschetti para hacer la traza del pueblo y ejido, con arreglo a las instrucciones que le dará el Departamento Topográfico.
“Artículo 3º: El Coronel Julio de Vedia queda encargado de proporcionar los mojones y demás necesario para la mensura, y para lo cual el Gobernador adelantará los fondos necesarios.
“Artículo 4º: Ejecutadas ambas trazas, el mencionado Coronel procederá a hacer por ahora la distribución de solares con arreglo a lo que dispone la ley del 5 de Octubre de 1858, sujetándose a lo prescripto en el decreto del 31 de Julio de 1863,
“Artículo 5º: Presentará a la mayor brevedad al Gobierno los planos y presupuestos de las obras públicas que sea urgente hacer en el nuevo pueblo, de acuerdo con las instrucciones especiales que le dará el Ministerio de Gobierno.
“Artículo 6º: Comuníquese a quienes corresponda y publíquese y dese al Registro Oficial”.

LA NECESIDAD DE DEMARCAR
Durante la segunda quincena de mayo de 1864, el agrimensor Miguel Vaschetti, asistido por el coronel Vedia, efectuó la mensura y amojonamiento del pueblo, demarcando su ejido. Tras culminar este trabajo, el profesional redactó un informe técnico que elevó al Departamento Topográfico de la Provincia.
El texto de este documento fue sacado a la luz, por primera vez, por Buenaventura N. Vita en su “Crónica Vecinal de Nueve de Julio”. El original se conserva en el archivo histórico de la Dirección de Geodesia de la Provincia y dada la significación que el mismo posee, incluimos a continuación algunos fragmentos: “tomando por punto de partida el mojón de fierro puesto por mi algunos meses antes sobre el borde Sud Oeste de la más oriental de las ‘Tres Lagunas’, para esquinero Sud del terreno medido para D. Enrique Smith y costanero Nord Oeste del terreno del Dr. D. Emilio Agrelo”.
“Desde –prosigue Vaschetti- dicho mojón procediendo al Sud 46 grados 50 minutos Este medí 2944 metros y 46 centímetros (3400 vrs), y puse un palo de ñandubay para mojón esquinero Este del Ejido”.
“De ahí al Sud 43 grados 10 minutos Oeste medí 10392 metros (12000 vrs) y clavé otro mojón de ñandubay, demarcando el esquinero Sud. En esta línea a los 3190 metros y 34 centímetros (3684 vs) encontré el deslinde Sud-Oeste del terreno de Agrelo y a los 5528 metros (6384 vrs) pasé por el mojón esquinero Este del terreno medido por mí el año anterior para D. Juan Sagasta y que pertenece a D. Alberto Trejo, y de allí a la media legua encontré otro mojón costanero del mismo terreno. Cuadré enseguida al Norte 46 grados 50 minutos Oeste y a los 10392 metros (12000 vrs) clavé un palo de ñandubay para esquinero Oeste, en la laguna del Saladillo que se hallaba sin agua”, afirma el agrimensor.
“Cuadré –añade- al Norte 43 grados 10 minutos Este, y a los 3131 metros y 50 centímetros (3616 vrs) di con el mojón que demarca el ángulo entrante, del terreno medido anteriormente para D. Juan Sagasti”, indica; y continúa: “Cuadré al Norte 46 grados 50 minutos Oeste y a los 150 metros (173 vrs) encontré el mojón de fierro, puesto por mí para Esquinero Sud del terreno del Coronel D. Julio de Vedia”.
“Cuadré al Norte 43 grados 10 minutos Este y medí 7260 metros 5 decímetros (838 vrs) hasta el mojón de fierro esquinero Oeste de D. Enrique Smith. Cuadré por último al Sud 46 grados 50 minutos Este y a los 7597 metros 50 centímetros (8773 vrs) volví al mojón de arranque”, escribe.
En cada uno de los “costados” [sic] habían sido colocados mojones de palo “de diez en diez metros”. El ejido de 9 de Julio había quedado formado por una extensión de 2808 hectáreas y 7491 diez milésimos de hectárea (2808,7491) “equivalente a 4 leguas cuadradas más 403 diez milésimos de legua cuadrada (lg. es. 4,0403), con la figura de un hexágono irregular”.
En cuanto a la traza del pueblo, según el citado informe, Vaschetti había procedido de acuerdo con un plano-proyecto que le había asignado el Departamento Topográfico. Pero, sin embargo, había efectuado algunas modificaciones, siguiendo las indicaciones de Vedia. Al fundamentar esas transformaciones, explicó: “La existencia de algunos importantes edificios de material cocido y el gran número de habitaciones de rancho levantadas por los primeros pobladores a costa de grandes sacrificios, fue un obstáculo a que se diera a las calles del pueblo una dirección paralela con las de los costados del ejido”. En consecuencia, ello lo obligó a “hacer de 150 varas en lugar de 140 de frente a1 Sud Oeste y Nord Este la fila de manzanas comprendidas entre las dos calles que pasan por los costados Nord Oeste y Sud Este de la plaza”.
Del mismo modo, el agrimensor Vaschetti, al explicar los motivos por los cuales la plaza principal (hoy “General Belgrano”) había sido trazada de dos manzanas, escribió: “La misma circunstancia, agregada a la ventaja de hacer de la plaza principal una especie de campamento atrincherado en donde puedan guarecerse la población y defender sus principales intereses en caso de invasión de indios, y el gran número de solicitudes por solares en la plaza principal…”.

Plano original del trazado del ejido urbano de 9 de Julio realizado por
el agrimensor Vaschetti (gentileza Cristina Lanas y Juan Galluppi).

EDIFICAR
En la rica correspondencia que se conserva, escrita por el sargento Benjamín Basabilbaso –quien entonces formaba parte de la población en el lugar-, se revelan interesantes referencias sobre la vida de la primera población en el lugar.
En una esquela fechada el 1º de mayo de 1864, percibe el florecimiento que iba adquiriendo paulatinamente el pueblo:
“Edificaré –dice Basabilbaso- una casa para traer a Laura [su esposa] en primavera. Tengo un lindo terreno en la Plaza de este futuro pueblo que lo será pronto. Ningún pueblo fronterizo está bajo mejores auspicios, mejores pobladores, a más lo resuelto que está el Coronel Vedia a hacerlo prospera”.
Más adelante agrega: “…quiero tomar un par de chacras, pues esto dentro de unos años tienen que tomar mucho valor”.

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