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miércoles, abril 24, 2024

La actividad física llegó al living de casa a través de la virtualidad


Por Ana C. Roche, de la redacción de DIB
Pandemia, covid, cuarentena, pantallas, nueva normalidad. Con estas palabras convivimos todo el 2020, año que generó grandes cambios en el devenir macro del mundo y, también, en el día a día, en la vida cotidiana de la mayoría de las personas.
Durante meses enteros, distintas actividades que antes se realizaban “puertas afuera” se volvieron “puertas adentro”, pasando al ámbito de lo privado por el tamiz de la virtualidad. Una de ellas fue la actividad física: cuerpos encerrados, ansiosos, pedían moverse. Y, por fortuna, hubo predisposición, opciones y capacidad de adaptación.
María Eugenia Carro, o Euge, como se la conoce en las redes sociales, es profesora de Educación Física y de Zumba. Desde la ciudad de Tandil, le puso mente y corazón a la pandemia y accionó más allá de la incertidumbre. Si bien ya tenía algunos videos subidos a YouTube, desde el inicio de la cuarentena empezó a estudiar todas las plataformas, para poder ofrecer de forma virtual a quienes entrenaban con ella en tres gimnasios, casi lo mismo que de manera presencial.
“La primera reacción que tuve fue pánico, jamás me había imaginado la posibilidad de dar clases desde mi casa y cuando me la imaginé dije ‘quién va a querer ponerse a hacer clases conmigo desde su casa’”, contó Euge a DIB.
Entre las opciones, decidió usar Facebook como espacio de transmisión en vivo y las primeras dos semanas dio clases de forma gratuita. “Me uní con Fede Castillón, un colega, y le dije ‘si te prendés damos clases gratis’, sobre todo para probar la plataforma, para entretener a la gente, muchos ya me habían pagado clases, era fines de marzo, y así empezamos, y del boca a boca en el grupo terminamos siendo más de 2.000 personas, las clases eran de arriba de 200 personas”, subrayó.
A partir de abril, cuando la pandemia mostró que había llegado para quedarse, Euge se planteó como continuar. “Tuve que empezar a cobrar, no sabía cuánto, pero no podía seguir regalando mi trabajo, fue difícil”, apuntó, y recordó que durante los primeros tres meses sufrió “muchísimo estrés”. “Todos los meses era no saber qué iba a pasar, porque la virtualidad si bien te abre las puertas al mundo, también te abre las puertas a la competencia, y eso genera más inestabilidad”, remarcó.
Esta experiencia, contó Carro, también le dejó muchos aprendizajes y gratitud, ya que le permitió crecer en su trabajo. De hecho, recibió un reconocimiento de la plataforma YouTube por la cantidad de seguidores que alcanzó su canal.
Con todos los protocolos, Euge ya volvió a dar clases presenciales, pero sigue su actividad de una manera híbrida, manteniendo también las clases grabadas que ofrece en formato pack, tanto de Zumba como de Strong by Zumba, a través de la aplicación Drive de Google. No está de más agregar que quienes quieran contactarla, la encuentran en redes sociales y YouTube como “Euge Carro Baila”.
Emoción, mente, cuerpo
Diego Labombarda es platense y desde hace varios años vive en Necochea. Es Profesor Formador de Yoga y también analizó los desafíos y aprendizajes que le impuso la pandemia, tanto a su trabajo como a su vida cotidiana.
“Al principio arranqué a dar clases online con un teléfono, en el living de casa, y cuando vi la cantidad de gente que se enganchó quedé anonadado, hasta tenía más alumnos que en las clases presenciales”, contó Diego a DIB. No obstante, con el correr de los meses, señaló que “esa explosión decayó”, aunque también lo atribuyó “a la cantidad de oferta que hubo en las redes”.
“Yo me tuve que reinventar, me tuve que meter en Internet muchas más horas de lo que me gusta, así que contraté a una Community Manager para que me ayudara y para poder mantenerme en las redes”, precisó.
En Necochea, donde hubo una cuarentena por fases como en todos los distritos bonaerenses, la presencialidad con protocolos se fue instalando de a poco, por lo que Labombarda admitió que “dejó de ponerle tanta energía a lo virtual”. De todas maneras, no descartó la combinación de las dos instancias para proyectar su trabajo hacia 2021.
“La posibilidad de hacer un mix entre las dos vías no es más un interrogante, es una realidad, la vida es online y es presencial, con virus o sin virus”, reflexionó. “Ahora estoy armando una página web para salir con todo a dar el Instructorado y el Profesorado de Yoga en 2021, la idea es darlo con la misma fuerza por los las dos vías, presencial y virtual, pero con clases grabadas”, precisó. La página para entrar en contacto con Diego, en la que está ultimando detalles, se llamará Yoga Necochea.
Consultado acerca de por qué recomendaría practicar esta disciplina, lo resumió en una frase: “Se van a sentir bien”. Más allá de lo físico, hizo hincapié en que “uno de los aspectos más importantes que acompaña el yoga es el mental y emocional”. En esa línea, Labombarda lamentó que a causa de la pandemia “hay muchas personas rotas, con mucho miedo” y aseguró que el yoga es una posibilidad para encontrar bienestar.

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