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Nueve de Julio
jueves, abril 18, 2024

Francisco Roca. Un político mitrista con quimeras progresistas

Por Héctor José Iaconis.

* Llegó a 9 de Julio para dedicarse a las actividades agropecuarias.

* Militó en las filas de la Unión Cívica Nacional, llegando a ocupar el cargo de intendente municipal.

* Fue concejal en 9 de Julio y legislador provincial.

* Proyectó obras de progreso para la comunidad, aunque la brevedad de la gestión de su partido no le permitió materializarla.

Cuando Julio César retornó a Roma, luego de vencer a Pompeyo Magno, encontró que las estatuas del derrotado así como las de su antiguo enemigo Lucio Cornelio Sila habían sido destruidas. Con visible indignación frente a este gesto, mandó que se les volviese a erigir, en una actitud que algunos entendieron motivada por espíritu de reconciliación tras la guerra. Cicerón, sin embargo, dijo entonces que, alzando nuevamente las estatuas de los vencidos se aseguraba la misma suerte, es decir, que más tarde no derriben las suyas (Cfr. Vidas Paralelas de Plutarco, tomo IV, N° 40).

Hubo, en momentos clave de la historia de 9 de Julio, quienes pretendieron, en la gestión pública, haciendo una alusión simbólica, derribar las estatuas de su predecesor, si este había sido su contendiente político.

En la fragorosa lucha entre “mitristas” y “vacunos” (conservadores), de finales del siglo XIX y comienzos del XX sucedió algo similar a lo acontecido después de 1917, con la caída del Partido Conservador, tras la intervención en la Provincia. El avieso intento, siempre latente, por superar, cuestionar o deshacer las obras públicas realizadas por gestiones del adversario ha rebrotado persistentemente, haciendo que el nombre de algunos prevalezca en el bronce y el de otros caiga en el olvido.  Lamentablemente, de ese bebedizo fétido siguen ingiriendo los políticos modernos.

Tal vez por ello el nombre de Francisco Roca sea poco recordado y no haya calle o pasaje que lleve su patrocinio. O, quizá, porque a tiempo, entre sus contemporáneos, se le anticipó un juicio más cerril.

Nacido en Buenos Aires el 2 de junio de 1857, en el hogar formado por Benito Rocca y María Sambucetti, ambos italianos, había recibido el sacramento del bautismo cinco días más tarde de la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro. El nombre registrado en su partida de bautismo es “Santiago Francisco Rocca”; sin embargo, optó por usar solamente el segundo y omitir una “c” de su apellido. Así rubricaba sus documentos y de esa manera se hacía llamar (1).

Partida de bautismo de Francisco Roca.

Si bien se tienen pocas noticias acerca de su infancia y primera juventud. Sus padres, hacia 1869, aparecen censados en Buenos Aires, en una finca de la calle Cerrito. Cuando Francisco nació ellos eran mayores, teniendo en cuenta los parámetros que se consideraban en la época.

Cursó estudios en el Colegio San Luis y, siendo joven, se dedicó primero a las actividades comerciales.

Francisco Roca adhirió tempranamente al Mitrismo, militando en las filas de la Unión Cívica Nacional. Participó de la Revolución de 1890, con el grado de Sargento, integrando el llamado “Cantón Coronel Julio Campos”, ubicado al sudeste de la esquina de Rivadavia y Santiago del Estero. Junto a otro compañero, en esa circunstancia, lideró un grupo de diez hombres, que procuró repeler la acción enemiga(2).

Fruto de su participación en la Revolución del Parque, ostentaba un diploma de honor con la firma del coronel Campos.

Francisco Roca.

PRODUCTOR AGROPECUARIO EN 9 DE JULIO

A comienzos de 1893 se estableció en el Partido de 9 de Julio, donde fundó la estancia “La Carmela”, cerca de la localidad de French.

“A comienzos de 1893 –explica una crónica periodística de 1926- fue a revisar un campo de 1800 hectáreas y lo adquirió para poblar, siendo la primera compra una fracción de 550 hectáreas, adquiriendo más tarde, de un lindero, 250 hectáreas, y últimamente 1000 hectáreas más…” (3).

Para 1926 su estancia estaba dividida en veintiún potreros de dedicados a la ganadería. Unas 240 hectáreas destinadas a sembrados o agricultura, poseyendo siete molinos; además, poblaban “los campos dedicados a ganadería 1020 vacunos y 40 yeguarizos.

“La producción pecuaria anual es cría y hacienda de tambo. Como subproductos, el establecimiento elabora cremas y expende al consumo público, diariamente, 600 litros de leche” (4), añade el texto referido.

FUNCIÓN PUBLICA Y MILITANCIA POLITICA

En la segunda mitad de la década de 1890, Francisco Roca tuvo su lugar de mayor relevancia en el contexto político local. La Unión Cívica Nacional accedió al poder comunal y ello le abrió camino para ingresar al Concejo Deliberante de 9 de Julio, cuerpo del cual fue presidente.

El 6 de diciembre de 1896 fue elegido intendente municipal de este distrito para el período comprendido entre enero de 1897 y diciembre del año siguiente. Se ponía al frente del Poder Ejecutivo municipal tras una intervención dictada por la Justicia luego de un juicio popular que había destituido a las autoridades municipales pertenecientes  a su partido.

Roca se anticipó a comprender la importancia que revestía la instalación de los servicios de energía eléctrica y de aguas corrientes para el pueblo. El primero, lo concretó su sucesor y correligionario, Benigno Martínez; mientras que, el segundo, corresponderá a la gestión de sus adversarios.

Como intendente municipal suscribió cincuenta y tres decretos entre los que pueden mencionarse la designación de funcionarios y empleados municipales (5), organizado cuestiones administrativas o vinculadas con el cobro de impuestos o patentes y algunos, motivados por cuestiones más específicas: el nombramiento del “encargado de levantar la traza urbana de este pueblo” (6), la reglamentación de los juegos de carnaval (7) y el arrendamiento del Circo de Carreras (8), entre otros.

Durante su gestión propició la reglamentación del servicio de los “carruajes de alquiler” (9); la adquisición de muebles y decorados para el salón de recepciones de la Municipalidad, como así también la pintura de sus muros; la construcción de veredas y algunas obras menores para Carlos Casares (10).

Al organizarse la Guardia Nacional de 9 de Julio, constituida ante la posibilidad de un conflicto armado con  Chile fue nombrado comandante militar de la misma.

Un hecho dramático le tocó vivir siendo presidente del Concejo Deliberante, en abril de 1895, cuando eran designadas por sorteo las autoridades para conformar la mesa de autoridades electorales. Al parecen, en el recinto, se generó un clima de tensión y no faltaron los disparos hacia el estrado donde estaba Roca.

Aterrado ante los balazos que le arrojaban incesantemente, tomó el bolillero y las bolillas que servían para sortear y corrió hacia la Comisaría para pedir el auxilio de la fuerza policial. Como consecuencia de ese alboroto resultaron heridas algunas personas que se encontraban en el lugar (11).

Roca fue, asimismo, legislador provincial. Fue elegido en 1899 y se desempeñó por más de un período. En la Cámara de Diputados bonaerense llevó una gestión más bien tenue, aunque le cupo ser parte de algunos acontecimientos interesantes sucedido en esos años.

Cuando el Mitrismo comenzaba a entrar en el conocido marasmo que habría de apagarlo para siempre, Roca, se adecuó a los nuevos tiempos. Conocedor de los entresijos de la política vieja, corría con cierta ventaja frente a las generaciones nuevas.

Tres intendentes, pertenecientes a la Unión Cívica Radical, al sector interno más afín a sus ideas, lo convocaron, correspondientemente, para presidir el Consejo Escolar, entre 1922 y 1925.

Fue, por cierto, uno de los primeros representantes municipales de French.

Firma autógrafa de Francisco Roca (a la derecha) en documento del Concejo Deliberante de 9 de Julio.

EN LAS INSTITUCIONES

Tanto en la localidad de French, donde poseía su establecimiento agropecuario, como en 9 de Julio, integró varias instituciones sociales. Fue socio fundador de la Sociedad Rural de 9 de Julio y socio honorario de las Sociedad Italianas “Victor Manuel III” y “Amistad y Trabajo”, de French y 9 de Julio, respectivamente.

PALABRAS FINALES

Francisco Roca falleció el sábado 23 de enero de 1937. Enseguida, el comisionado municipal Fernando Lizaso decretó tres días de duelo en su honor, ordenando como símbolo del mismo que, la Bandera Nacional, sea izada a media asta en el mástil de la Municipalidad (12).

Poco sabemos sobre su vida fuera del ámbito de la acción pública y acerca de cuáles fueron sus deseos, aspiraciones e inquietudes últimas. Por ello, un ensayo biográfico sobre su protagonismo será siempre un capítulo abierto.

El nombre de Francisco Roca integra o, más bien, se pierde en una nómina de intendentes municipales del Partido de 9 de Julio; su rúbrica acompaña más de un centenar de documentos poco menos que olvidados y, desde luego, también se lo menciona en viejos periódicos de su tiempo que, salvo los historiadores, ya nadie lee. Sin embargo, de la galerna de los entreveros políticos  nuevejulienses de finales del siglo XIX, a hurtadillas, vuelve a nosotros, hombres y mujeres de siglo XXI, despojado de todo pendón o prosapia, para mostrarnos un pasado del cual podemos aprender tanto.

 

NOTAS

(1) Archivo de la Parroquia de Nuestra de Nuestra Señora del Socorro, Libro de Bautismos N° 13, folio 73.

(2) JOSE M. MENDIA, La Revolución (Su crónica detallada). Antecedentes y consecuencias, Buenos Aires, Imprenta de Mendía y Martínez, 1890, tomo II, pág. XXIVss.

(3) Revista “La República”,  año VII, N° 15, Buenos Aires, junio de 1926.

(4) Ibidem.

(5) Archivo de la Asesoría Letrada de la Municipalidad de 9 de Julio (en adelante, A.A.L.), Libro de Ordenanzas y Decretos nº 2, folios 21, 28, 35 y 43.

(6) Ibidem, folio 59.

(7) Ibidem, folio 85.

(8) Ibidem, folio 109.

(9) Ibidem, folio 45.

(10) Sobre la gestión de Roca, como intendente municipal y como edil, además, pueden encontrarse referencias en diversas fuentes. En el Archivo y Museo Histórico “Julio de Vedia” (en adelante, A.M.H.), de 9 de Julio (Centro Cultural, Museo y Archivo Histórico), se conservan un rico material archivístico, fuentes primarias, que pueden ayudar a comprender la época y la gestión desarrollada. Por ejemplo, Libro de Actas del H. Concejo Deliberante Nº 2;  carpeta “Notas Varias” (sección 1, cuerpo 1, anaquel 9, legajo 120); Libro copiador correspondiente al período 1895-1899; carpeta “Solicitudes varias”, 1895-1901 (legajo 110), entre otras.

Una fuente hemerográfica interesante para indagar sobre este período son los ejemplares del periódico «El Porvenir», que se conservan también en ese repositorio.

(11) BUENAVENTURA N. VITA, Crónica Vecinal de Nueve de Julio. 1863-1900. Prima versio, capítulo XXXIII. Original mecanógrafo inédito en A.M.H.

(12) A.A.L., Libro de  Resoluciones N° 5, folio 59 (Resolución N° 64).

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