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jueves, abril 25, 2024

La complejidad de un trasplante de órgano


Un hombre y su cuñado, ambos de nacionalidad guatemalteca, eligieron Argentina para realizar entre ambos un trasplante de hígado. En Guatemala esa operación está prohibida; en EE.UU. cuesta un millón de dólares y en nuestro país se paga diez veces menos y se obtienen excelentes resultados.
Como no se daba el supuesto de un trasplante entre parientes (la ley nacional solo admite el trasplante hasta el cuarto grado de consanguinidad y entre cónyuges; y en este caso el parentesco era por afinidad), en octubre pasado recurrieron a la justicia y en primera instancia una jueza de Rosario admitió la intervención.
Sin embargo, el Ministerio Público Fiscal objetó el fallo aduciendo un posible comercio de órganos en la operación, pues para permitir un trasplante entre vivos no relacionados la ley exige gratuidad, además de su imperiosa necesidad, la voluntariedad y el consentimiento informado del donante.
A principios de noviembre una cámara federal rosarina resolvió confirmar la sentencia, ya que no detectó vulnerabilidad económica en el donante como para necesitar hacer un negocio con la ablación parcial de su órgano, tampoco observó ignorancia ante el riesgo de vida de la intervención, y sí constató una cercanía afectiva entre donante y trasplantado, se conocen desde hace 19 años, y el apoyo de toda la familia para con el donante.

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