Luego de un extenso debate y caliente, la Cámara de Diputados aprobó durante la madrugada de este miércoles el proyecto de ley de Aporte Solidario y Extraordinario para aquellos patrimonios que sean superiores a los 200 millones de pesos, con el fin de recaudar 300 mil millones de pesos para volcar a planes productivos y sanitarios.
Tras un debate de trece horas, la iniciativa impulsada por el Frente de Todos tuvo 133 votos a favor contra 115, 19 correspondientes a otras bancadas entre ellos dos radiales: los jujeños Gabriela Burgos y Jorge Rizzotti. En tanto que Juntos por el Cambio encolumnó a 115 diputados detrás del rechazo, entre ellos la representante del Movimiento Popular Neuquino y la lavagnista Graciela Camaño.
El proyecto de Aporte Solidario y Extraordinario, conocido como “impuesto a la riqueza” alcanzaría a menos de 10 mil personas, según la AFIP, es decir 0,8% del total de los contribuyentes que presentaron declaración jurada de bienes personales.
La recaudación se destinará a comprar equipamiento de salud para atender la pandemia, apoyar a las PyMEs con subsidios y créditos, urbanizar los barrios populares con obras que empleen a las/os vecinas/os de cada barrio, hacer obras y equipar a YPF para producir y envasar gas natural y financiar un relanzamiento del plan Progresar para que las/os jóvenes puedan seguir estudiando.
A lo largo del debate los legisladores oficialistas defendieron el proyecto con el argumento de reforzar las arcas públicas debido a la caída de la recaudación, y la necesidad de asistir al sistema sanitario y productivo, mientras desde la oposición sostuvieron que es un “impuesto confiscatorio”.
Al abrir el debate, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller (FdT), dijo que “no somos hinchas del déficit sino que somos enemigos del ajuste”. Tras reiterar el carácter “solidario y extraordinario de la iniciativa”, el diputado puso de relieve que el país está “ante una situación de emergencia” y se pretende con el aporte “alcanzar a aquellas personas que son titulares de grandes fortunas” para “morigerar” en los sectores más vulnerables “los efectos de la pandemia”.
Desde la oposición, el vicepresidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina (PRO), en su discurso adelantó el rechazo de Juntos por el Cambio. Dijo que se trata de “un impuesto a la inversión en la Argentina”. En la misma línea se expresó el radical Luis Pastori, quien justificó su rechazo al afirmar que se trata de una iniciativa con un “sesgo claramente antiempresa y antiinversiones”.
En tanto, el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, uno de los autores de la iniciativa, se retiró del Congreso por haber estado en contacto cercano con un portador de Coronavirus. Pero se expresó vía Zoom: “Los argentinos y argentinas necesitamos encontrar un punto de equilibrio y acuerdo. Necesitamos del sector privado y del sector público invirtiendo juntos. Se trata de encontrar entre todos y todas una salida en común”. (DIB)