El Aeroclub de 9 de Julio es una de las instituciones que en medio de la pandemia paulatinamente retomó sus actividades de acuerdo a las posibilidades. Además de reiniciar la labor de la Escuela, la institución continúa avanzando dotando de mayor infraestructura el predio.
VUELOS
Durante los primeros meses del aislamiento por la pandemia el Aeroclub estuvo sin actividad, de acuerdo a los directivas del Gobierno Nacional y del ANAC se prohibieron los vuelos. «Los únicos que estaban autorizados eran los sanitarios y otros de los que se denominan trabajo aéreo, como el caso de los fumigadores que legalmente podían volar» explicó a «EL 9 DE JULIO» Julio César Mascheroni en nombre de la Comisión Directiva.
Posteriormente, se sumaron los vuelos. Mascheroni «sólamente para pilotos e instructores. Eso se hizo más que nada para que no se venza. Si se vencen las licencias de todos los instructores, hay que llamar al inspector de ANAC. Si eso hubiera ocurrido, los inspectores no darían abasto. Por eso permitieron que vuelen pilotos e instructores».
En las últimas semanas se permitió el vuelo de los alumnos que estaban haciendo el curso. En el Aeroclub de 9 de Julio retomaron la actividad con normalidad, con todo el protocolo. Se dan turnos de vuelo, con 50 minutos para los alumnos. Media hora después aparece el otro alumno. El avión se limpia con alcohol, se le coloca un protector con film al auricular con micrófono que saca el propio alumno, con el uso del barbijo. «Se hacen las cosas como se deben para realizar las cosas prolijas y seguir en actividad», comentó el entrevistado.
OBJETIVOS: ESCUELA E INFRAESTRUCTURA
Las plataformas era una de las obras necesarias. Quedaban postergadas porque había otras necesidades. Mascheroni se integró a la Comisión en 2012. «Hace cinco años proyectamos un club a diez años y somos conscientes que por los vaivenes del país podemos llegar a tardar quince o veinte años. En su momento pensamos cómo queríamos el club pensado a diez años. Apuntamos la prioridad para las escuelas de vuelo, que es lo que dice el estatuto, además de tener planeadores para competir. El Club ha competido muy poco en relación a clubes vecinos que tienen historia. Decidimos apuntar a la Escuela principalmente y en segundo plano a la competencia de vuelo a vela que es algo deportivo», agregó.
La Escuela de Vela tiene una enseñanza para el vuelo de motor y de planeador. «De ahí salen los pilotos que después nos llevan a Europa, a Salta, a Bariloche, o a Estados Unidos en aviones de línea. Salen de un aeroclub por lo general. Me gusta eso de que un chico de 18 años que inicia, pueda hacer de lo que nos gusta una profesión a futuro. Apuntamos a eso y ahí vamos», indicó.
«Haciendo un resumen. De los cinco años hemos cumplido muchísimo de ese proyecto que nos propusimos. Ahora le llegó el tiempo a la plataforma de motor. Queremos hacer una vereda de punta a punta, uniendo los dos hangares, pasando por el Aerobar, hasta el expendio de combustible», explicó.
Como los recursos no alcanzaban para construir las dos plataformas a la vez, se decidió construir una en esta primera ocasión: la de motor. La idea era empezar con la inversión y si están dadas las cosas, el año próximo se terminaría la plataforma del hangar de planeadores y la vereda.
La plataforma tiene una finalidad, la comodidad para permitir un mejor desplazamiento de los aviones. Además de la funciona- lidad, es interesante la presentación estética, acompañada de luces.
Es necesario recordar que hace un año se puso en funcionamiento el balizamiento, que se inauguró en 2019 y tiene un mantenimiento que permite el uso diario.
Además de la plataforma se construyó un aro de hormigón, alrededor de la manga de viento. Cuando un avión se acerca a un club, necesita ver la manga para ver de qué lado está el viento para enfrentarlo. «Es obligatorio tener el aro, para resaltar la manga que también se hizo toda nueva», comentó Mascheroni.
