El Parlamento de Argentina aprobó una ley que regula el teletrabajo, tras convertirse en una modalidad que se masificó durante la pandemia del coronavirus. Sin embargo, varias cámaras empresariales rechazaron la nueva normativa.
El argumento de los representantes de estas cámaras es que la nueva norma desalienta el empleo. Mientras que la Cámara de Diputados recibió el visto bueno del Senado con 40 votos a favor y 30 en contra.
El oficialismo que encabeza Juntos por el Cambio resaltó que el marco normativo general debe ser adaptado a cada sector laboral. En el nuevo régimen legal se especificaron aspectos del contrato de teletrabajo, como: el derecho a la desconexión, tener una jornada determinada y el carácter voluntario del trabajador.
Uno de los puntos resaltantes en beneficio de los empleados es que este gozará del derecho a la desconexión digital. Esto significa que la persona contratada no será contactada fuera del horario laboral que fue establecido bajo previo acuerdo.
Mientras que los dos puntos más álgidos del debate en el que no coincidieron ninguna de las dos fuerzas políticas fue en la provisión de elementos de trabajo de hardware y software, así como la compensación de gastos por exceso de uso de conectividad. Además, en la Argentina se logró que los teletrabajadores tengan los mismos derechos, salarios, licencias y vacaciones, al igual que los que trabajan en forma presencial. Este sería un paso agigantado para el teletrabajo en Argentina y también pasa a formar parte los países que marcan el precedente en Latinoamérica junto a México.
Aunque ambos países avanzaron en materias regulatorias, lo cierto es que mucha de la dotación de implementos de oficina está cubierta por el teletrabajador.
En promedio, los nuevos teletrabajadores no disponen de material laboral ergonómico, lo que pone en riesgo su salud física. Pasar un largo periodo de horas sentado enfrente de una computadora, sin los accesorios necesarios, genera problemas musculoesqueléticos con el tiempo. Por ello, es imprescindible contar con una serie de elementos, como: una silla ergonómica para facilitar la postura correcta, una almohadilla reposamuñecas para aliviar la tensión del cuello y hombros, una base para laptop que proteja la columna cervical al elevar la pantalla a la altura de los ojos, entre otras opciones. Todo lo necesario para evitar futuros problemas lumbares.
Lamentablemente, ninguna ley contempla la relación entre los medios y el material para teletrabajar, ni la obligación directa de la empresa. Por lo tanto, esta negociación deberá realizarse personalmente.
La cara empresarial
Diversas entidades patronales expresaron su rechazo ante la ley, como la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) que argumentó que la norma «es difícil de implementar».
“La regulación fue estructurada sin medir el impacto para las empresas. No midieron cuestiones vinculadas a las jornadas flexibles. Tampoco los nuevos costos sobre el sector empleador, fiscalización e impacto en las alícuotas de los seguros de riesgos del trabajo», afirmó CAC.
Por otro lado, la Cámara Argentina de Centros de Contacto (CACC) advirtió que esta normativa más bien desincentiva la modalidad laboral presencial y atenta contra la generación de empleo federal, que además obstaculizará el desarrollo de nuevos puestos de trabajo en localidades del interior.
