Escribe
Sabrina Valdez-
Lic. en Psicología
MN 59064- MP 84332
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En una entrevista le preguntaron a Freud cómo era una persona sana y él respondió «alguien capaz de amar y trabajar». Es decir, tener la capacidad de disfrutar de los vínculos con otros y de producir, en el área que sea que a cada uno le interese o le haga bien.
La capacidad de disfrute aparece disminuída en algunos momentos y puede deberse a que la persona esté por ejemplo preocupada, ansiosa, triste… En parte lo que sucede es que su atención irá a parar a lo que lo aqueja y no estará disponible para otros fines (creativos, amorosos, profesionales, deportivos, etc).
El sufrimiento psíquico no ahorra en gasto energético. Por eso estar mejor, es equivalente a sentirse más tranquilo, con más energía disponible, más ganas de hacer, crear, emprender, movilizar.
El proceso analítico busca descomprimir y re-organizar. En definitiva, aliviar el padecimiento y que el paciente pueda desarrollar sus potencialidades con menos obstáculos que los que trajo. Que pueda asumir su deseo y responsabilizarse por él.
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