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Mary Rosa Calviño Citro. Las Letras, el Arte y el espíritu

[15 de octubre de 2011]

* Poeta y escritora, desarrolló una importante obra literaria, de cuyos frutos son diecisiete  libros.

* Como compositora, su obra se encuentra contenida en once discos.

* Sus poemas y composiciones narrativas fueron, asimismo, publicados en el exterior, en España, Suiza, Uruguay y Chile.

* Docente y abogada, en su actividad profesional se destacó por su intachable conducta.

* Caracterizada por una natural donosura, ese garbo se conjugó armoniosamente con un temperamento bonancible, que revelaba por doquier su alma llena de nobleza y su corazón esencialmente bueno.

Una particular fruición produce la lectura de sus poemas, a sabiendas de que en cada verso, su espíritu se manifiesta íntegramente.  Sus palabras, tan pensadas, sentidas, vividas, cual reflejo de su existencia, profunda, íntegra, intensa.

Mary Rosa Calviño Citro, a quienes sus efectos distinguieron con el apodo de “Chichi”, fue una inteligente artista nuevejuliense que trascendió las fronteras de su tierra. Con su habitual humildad, siempre respetuosa ante el otro, pero con un innato talento, se abrió camino en el mundo de las letras y de la música, cosechando el prestigio, las loas y el merecido reconocimiento.

Hace pocos días, Mary ha partido de este mundo; pero ha dejado entre quienes tuvieron el honor de conocerla, un recuerdo imborrable. Por ello, desde estas páginas, con la concisión que obliga el espacio periodístico, hemos de recorrer su trayectoria, amplia, fecunda y perdurable.

Nacida en 9 de Julio, fueron sus padres Julio Calviño Prada y Rosa Citro. De ellos, sin dudas, Mary heredó su vocación artística, que se despertó en su ser cuando era aún una niña.

Su pasión por la música le llevó a estudiar piano en el prestigioso Conservatorio Beethoven, de la ciudad de Buenos Aires, que durante casi setenta años tuvo su Casa Central en la Avenida Santa Fe entre Callao y Rodríguez Peña. Allí, más tarde,  cursó también Armonía y Composición.

Con el correr de los años, la artista dejará un importante legado musical. En efecto, como compositora su obra quedará contenida en once discos de música clásica.

Desde la atávica heredad de la Música, en el estudio de los grandes maestros, le encontró también en la infancia su amor por las Letras.

Sus estudios secundarios los cursó con la modalidad de alumna libre, en la Escuela Nacional de Comercio de 9 de Julio, donde obtuvo el título de Bachiller.

Asimismo se recibió como Profesora de Francés en la Alianza Francesa de Buenos Aires. Más tarde, mientras ejercía la docencia en la Escuela Normal Superior y en la Escuela de Educación Media de Dudignac, cursó la carrera de Abogacía, en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó como Abogada, también con la modalidad Libre.

LA LITERATURA. SU POESIA, SU NARRATIVA, SU OBRA

Mary Calviño Citro comenzó a escribir cuando contaba apenas siete años. Cuatro años más tarde, su padre que también era escritor, llevó sus primeros poemas a un medio de prensa de esta ciudad en el cual fueron publicados.

Mary tenía sólo doce años cuando escribió un libro de poesías, tal vez aún inédito, bajo el título de “Hacia la luz”. Allí, como tomando sustancias de la melopeya, describía a la Poesía:

Qué es poesía

adorada madre mía?

Me pregunto y no

puedo comprenderlo.

La poesía es, hija mía,

de los poetas, melodía.

La poesía son las flores

que lucen en los prados sus colores.

El perfume que ellas exhalan.

La belleza de su policromía.

Eso, hija mía, sabes?, es poesía.

Es del ave canora, su alegría,

cuando entona sus dulces melodías,

en el bosque y la campiña.

Es del agua la armonía,

en la cascada, su querella.

El brillo inefable de la estrella.

El blanco cisne, hija mía,

cuando un copo de nieve,

que suavemente se desliza,

con su admirable ufanía.

Eso, hija mía, es poesía.

Para el poeta, belleza, luz, armonía.

Y para las madres,

para las madres, niña mía,

sólo sus hijos, son poesía.

Si bien desde entonces Mary no había cesado de escribir, recién comenzó a publicar su obra hacia 1978, cuando una poesía suya fue seleccionada para el “Anuario de Poetas Contemporáneos” que, por entonces, dirigía Juan Manuel Fontenla, librero y editor católico de reconocida trayectoria. En las ediciones de ese Anuario, de los años 1979, 1980 y 1981 aparecieron poemas de Mary, como así también en la “Antología Poética” de 1979.

En 1979, a instancias del Club de Poetas, publicó su primer libro, titulado “Requiem para un amor”, en cuyas páginas sus poesías fluyen incisivas como aguafuertes y alígeras, cual primaverales mariposas. A partir entonces, Mary inició una prolifera publicación de libros, un total dieciséis, entre poesía y narrativa.

Entre los primeros, se destacan «Balance de otoño», de 1984; « Mensajes», del mismo año; «Tiempo prestado», de 1988; «Epifanía», de 1993; “Racconto”, de 1995, que también incluye textos narrativos;

“Andante Cantábile”, donde aparecen los poemas más distintivos de la autora, en los cuales deja su incuestionable identidad, su emotividad y trascendencia en su largo peregrinar por la poesía; “Poemas elegíacos y existenciales”, en el que Mary se interna en una caminata con su alma despojada de toda vestidura; y “Porfia”, donde emprende un nuevo recorrido por  sendas inmensamente profundas y penetrantes a través de la poesía, mostrándose en una faz íntima y sólida, dando un impulso a nuestra literatura contemporánea.

La escritora Clemen H. de Gaetán consideraba que «la poesía de Mary Rosa es apacible, sincera, libre de todo rebuscamiento; da el fiel testimonio de una dominante vigencia lírica, donde un alma registra memorias, sentimientos elevados».

En efecto, su poemario ha denotado en sus diferentes libros, madurez literaria, inspiración, canto, y una insobornable vocación de asombro y milagro.

En narrativa, su primer libro llevó el título de «Tiempo final», editado en 1991. En adelante, siguieron otros títulos que también fueron editados, tales como “Adagio en Sol Mayor”, donde Mary  Calviño, nuevamente,  su palabra tiene de relieve su incuestionable identidad; entregando al lector, a través de su mirada, las diferentes facetas que tiene la vida. Es esta una obra que, la crítica especializada calificó como “iluminada, trascendente e inmensamente plena de amor”.

El 2 de noviembre del año pasado, en “Gente de Letras”, Mary había presentado su novela “El misterioso destino de Adriana Marbel”, editada por Creadores Argentinos. Al respecto, Teodosio Luis Paz, director de esa editorial, había considerado que “en  esta novela la autora imprime un estilo poco común; el misterio, el amor y la intimidad juegan a lo impredecible, invitando a penetrar en los caminos brumosos del destino y sus interrogantes”.

Por otra parte, Mary Calviño Citro integró varias antologías de autores literarios, tanto en este país como en el extranjero. Sus poemas han sido publicados en diarios y revistas de Argentina, España, Suiza, Uruguay y Chile.

A lo largo de su amplia carrera como escritora, concurrió a encuentros, Congresos y jornadas en diferentes partes del país y en el exterior. En este sentido cabe destacar su participación en encuentros realizados en Río de Janeiro en 1998 y en México en 1999; como así también del Congreso Internacional de Poetas Celebrado en Chenay, India, en 2007.

Por citar tan sólo una de sus participaciones a nivel nacional, en el XIVº Encuentro de Poetas, Narradores y Ensayistas, organizado por “Gente de Letras” en noviembre de 2010, Mary expuso un interesante ensayo  “Homenaje a Enilda Salmerón”.

DISTINCIONES, RECONOCIMIENTOS  Y MEMBRESIAS

En 1982, Mary recibió el “Premio Alfonsina Storni”, otorgado en el Concurso Latinoamericano de Poesía Organizado por la Fundación Givré. Dos años después le fue otorgada la Faja Mérito Literario y, en 1987, se hizo acreedora al Premio Jorge Luis Borges, concedido por la Fundación Givré.

Fruto de su eximia labor musical, en 1985, en el marco de un concurso internacional, fue premiada por la Academie Internacionale de Lutece de París.

Entre las instituciones que integró se cuentan la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), la Promotora del Libro Argentino, Asociación de Escritoras y Publicistas Católicas (ASESCA) y la Website of the International Artists and Writers Association, una institución norteameriana fundada en 1978, que ha contado en sus filas a figuras de la talla de Ernesto Sábato, Marcel Marceau, Carlos Drummond de Andrade, Alberto Moravia, Eugene Ionesco, Augusto Roa Bastos, Juan Rulfo (México), Julio Cortázar, Manuel Puig y Maguerite Duras, entre muchos otros.

El 3 de octubre de 1994, cuando Roberto B. Tarantino fundó en 9 de Julio, la revista cultural “Alas”, Mary Calviño prestó su colaboración y adhesión inmediata. Poco menos de un par de años después, el 24 de mayo de 1996, Mary participaba de la fundación del Club “Autores Libres Agrupados”, entidad que pudo reunir en su seno a más de medio centenar de autores, artistas y diletantes en el arte.

Mary Calviño Citro tuvo, del mismo modo, una actuación encomiable en “Gente de Letras”, sociedad civil fundada en diciembre de 1978, que reúne a escritores, estudiosos de la literatura Argentina y personas que se interesan en el progreso de la misma.

SU ACTIVIDAD PROFESIONAL

Además de su actividad como docente, Mary tuvo en esta ciudad un estudio jurídico ubicado contiguo a su domicilio particular, en la esquina de la calle San Juan y La Rioja. En el ejercicio del Derecho mostró, como en todas las instancias de su vida, una conducta intachable, sin mácula.

Sus colegas siempre justipreciaron, en toda su magnitud, la calidad humana y profesional que revestía la figura  de Mary y por ello, en cierta oportunidad, la designaron presidente de la Asociación de Abogados de 9 de Julio.

PALABRAS FINALES

Si bien, en los últimos años de la década de 1990, Mary Calviño se había radicado en la ciudad de Buenos Aires, había dejado un entrañable recuerdo en su ciudad natal; así como también amistades, antiguos clientes de su estudio profesional, exalumnos, antiguos colegas, que siempre la recordaron con estimación.

La sorpresiva muerte de esta abogada, escritora, poeta y compositora nuevejuliense, ocurrida en  Buenos Aires el pasado domingo 2 de octubre, nos lleva a explorar su extensa producción literaria.

«La poesía fluye en mi –expresaba- intenté dejarla, pero ella no quiere abandonarme».

En su último libro, «Resplandor en el ocaso”, finalizado de imprimir en agosto de este año, la autora revela una vez más su firme convicción religiosa frente a la finitud de la vida:

«¡No puedes escapar de la muerte!

ella va a atraparte finalmente.

Su sombra se perfila, pero…

sus pasos no se sienten.

……………………………………

“ ¡No temas! Dios está contigo,

nada podrá pasar.

Él te abraza con su amor

infinito y te protege.

Es el Padre, el aliado

el gran amigo” (18/6/2011)

“Camino por un sendero

sembrado de flores,

mi paso es lento, cauto

sereno… sereno.

Escucho el gorjeo

de los pájaros,

como los escuchaba

cuando despertaba,

en la casa de mi abuela.

Voces amadas me susurran

palabras de amor,

voces que creí perdidas

(no olvidadas), en el tiempo.

Y allí, a lo lejos,

una luz resplandece.

Estiro los brazos, sonrió,

me sonríen…

desde un punto que

precisar no puedo.

Alguien me llama,

¡me están esperando!

Lo presiento, lo veo

El Señor me espera”…

Al comentar su libro «Balance de Oroño», la escritora Teresa Carmen Freda, afirmaba, «Mary Rosa Calviño Citro, vuelca en su obra algo más que un puñado de filigranas dibujadas en palabras»

«Necesita -prosigue Freda- de la belleza que al rodear su vida hace más fácil el camino de un alma que, amada por la poesía, transita por ella esperando un más allá con Dios…».

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