spot_img
spot_img
12.8 C
Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Diagnóstico y duelo

Tendiendo Redes

Cuando una familia recibe un diagnóstico de discapacidad o de enfermedad incapacitante o limitante sin dudas es un balde agua fría para esos padres que habían proyectado una vida con un hijo de una determinada manera y de repente llega lo azaroso de la vida, irrumpe lo inesperado y ahí donde es necesario pensar en el proceso de duelo, un cambio radical en los planes de vida, duele y si como no va doler, hace pedazos aquello conocido o que creíamos conocer y que nos daba tranquilidad. Ser padres en un gran desafío lo sera siempre con o sin diagnóstico y ahí está el punto, que nadie nos haga sentir o creer lo contrario se puede salir del dolor y ser feliz resignificando la vida pero para eso insistimos hay que abrazar lo que duele, perdonar, cicatrizar y poder así continuar.
Ante esto hacer un duelo es un proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Y que por supuesto lleva un tiempo que es de cada uno, es un proceso individual y necesario. Y es inevitable no transitarlo más temprano que tarde debemos hacer un duelo.
¿Duelo de qué? Duelo por ese hijo/a soñado mientras estaba en la panza, y que no fue. Duelo por ese hijo/a que pensamos que imaginamos, sin saber que en realidad, era otro/a.
Duelo por ese hijo/a que al año y pico iba a caminar, y a decir mamá y papá, comer solito, etc, etc.
Duelo por ese hijo/a que iba a crecer con las hijas/os de mis amigas que nacieron al mismo tiempo que él.
Duelo por el hijo que iba a jugar al futbol con su papá gritando Gol bien fuerte y que iba a tomar mucha carrera antes de patear al arco.
Duelo por el hijo/a hermano/a mayor y ayudante con los demás hermanos/as.
Duelo por el hijo/a que se iba a escolarizar aprendiendo las letras y números junto a sus compañeros al mismo ritmo con el mismo entusiasmo.
Duelo por el hijo/a deportista.
Duelo por el hijo/a adolecente rebelde.
Duelo por el hijo /a que iba a ir a la universidad.
Duelo por el hijo/a que iba a casarse y formar una familia.
Duelo por los nietos que nos iba a dar.
Duelo por el hijo/ a con problemas comunes a los chicos de su edad.
Duelo por la familia que imaginamos.
Por todo esto y más….
Duelo necesario el duelo.
Lo que no implica que quizás si lo haga, tal vez más lento, y muy a su modo, con mayor ayuda, con más esfuerzo.
Pero si bien cada hijo es distinto y especial, y pocas (poquisisisiismas) veces se cumplen los sueños que tenemos los padres, suele ser porque ellos ELIGEN distinto. Entonces nuestro duelo quizá sea porque nuestro hijo/a que tanto adoramos no va a poder elegir del mismo “menú” que el resto. Nos cambiaron ese menú cuando recién elegíamos la entrada, y nos dieron uno mucho más corto.
Y ahí esta nuestro desafió, nuestros compromiso como padres y familiares, trabajar para acompañarnos en el duelo, trabajar para que ese menú que ofrece la sociedad se amplié y ofrezca posibilidades para TODOS, hacer que cada persona con discapacidad o enfermedad incapacitante y limítate no sea invisible.
Sabemos que se ha crecido mucho, pero cuanto más nos falta avanzar, los invitamos a pensar que una sociedad que aloje en la diversidad es posible y que somos todos y cada uno de nosotros responsables de construirla, la empatía es la bandera de muchos hagamos que sea la de todos.
Mariana Bozzuffi.
Tendiendo Redes.
Cel. 2345501103.

Más noticias