PSICOLOGIA
Miedos tenemos todos, eso es verdad. Pero hay una etapa donde es más común que aparezcan. Varios recordarán algún miedo infantil. Un personaje de una película, una leyenda, la oscuridad misma… ¿Quién nos escuchó en ese momento? ¿De qué manera nos pudieron ayudar a aliviarlos?
Cuando un niño expresa un temor muy grande, que no le permite alguna actividad diaria como dormir, acercarse a una habitación de la casa, salir solo si antes lo hacía, es importante darle lugar a lo que le sucede. Escucharlo, darle importancia: en ese momento de su vida, eso que nos está contando es quizás lo más importante que le pasa.
A veces a los adultos nos puede ayudar que podamos recordar nuestra propia infancia, nuestra necesidad de ser escuchados como si lo que nos pasara fuera lo más sobresaliente del día de toda la familia, aunque más no fuera por un momento. Solo un momento, esto también es un factor de importancia.
Al miedo hay que poder mirarlo de frente para entender de qué se trata realmente, pero no darle el lugar de centro de nuestras vidas. Cuando se vuelve repetitivo, toma demasiada fuerza y no cede pese a los esfuerzos familiares, es hora de consultar con un profesional de la Psicología.
¿Recordás tus miedos infantiles… Y no tanto? ¿Tuviste oportunidad de ayudar a alguien con sus miedos? ¿Sentiste la necesidad de hacer una consulta psicológica?
Lic. Sabrina Valdez
MN 59064 MP 84332
